Felix no tenía idea de a dónde se había ido Changbin, y no lo iba a esperar. Pops había desaparecido y tenía que encontrarlo. Corrió a la cocina y movió las manos. —Tenemos que irnos.
Los sándwiches estaban posados en sus platos individuales, y Jeongin acababa de meterse un puñado de patatas en la boca. —¿Ir a dónde? — Preguntó, trozos de patatas saltando de su boca.
—Pops se ha ido. Creo que vagó por la puerta de atrás. —Rebotó de un pie a otro, mordiéndose las uñas. —Tienes que olerlo por mí. Hay una de sus camisas sobre su cama, si necesita su aroma.
Jeongin frunció el ceño. —Amigo, ¿me veo como un maldito sabueso?
Levantó los brazos. —¿Lo harás?
Con un gruñido, Jeongin levantó su dedo. Agarró algunas secciones del rollo de toallas de papel y envolvió los sándwiches. —En caso de que tengamos hambre.
—¿Cómo vas a comer y ser un zorro al mismo tiempo? —Jeongin lo miró con el ceño fruncido. —Bien. Vámonos.
Cuando dejó los sándwiches, agarró uno y lo siguió hasta la habitación de su abuelo. Su mejor amigo se quitó la ropa, luego cambio y salió corriendo por la puerta. Se apresuró a alcanzarlo. Tal vez debería llamar a Changbin y decirle a su pareja dónde estaba y qué estaba haciendo.
No estaría de más tener un shifter lobo a su lado. Lo último que quería, era ser comido por un león de montaña. Luego pensó en todos los otros animales que podrían vagar por el bosque. Imaginar dientes afilados y garras casi lo hizo voltearse, y lo habría hecho si su abuelo no estuviera desaparecido.
No estaba seguro de cuánto tiempo habían estado allí, pero habían recorrido una buena distancia. ¿Hasta dónde se había ido Pops y cuánto tiempo había estado allí? ¿Minutos, horas, años?
Redujo la velocidad, cuando Jeongin lo hizo. El zorro inclinó su cabeza hacia atrás y olió el caliente aire de la noche.
—¿Tienes su olor, muchacho?
Jeongin cambió. —No soy un maldito perro—gruñó. —Y no, no tengo su olor, pero huelo algo podrido.
Giró la cabeza, cuando escuchó ese ominoso clic. Su corazón martilleó cuando su cuerpo se puso paralizado. Dejó caer el emparedado, mientras giraba, mirando a su alrededor.
—¿Qué demonios es ese ruido? —Jeongin miró a la izquierda, luego a la derecha. —No suena como grillos.
—N-no lo es. —Retrocedió. —Tenemos que irnos, ahora.
—¿Pero ¿qué hay de tu abuelo?
Dejó de moverse, inseguro de lo que debería hacer. Sacó su teléfono de su bolsillo trasero y marcó el número de Changbin.
—Estoy regresando —le dijo este. —Solo tenía que salir y ocuparme de algunos asuntos.
—No estoy en casa —le respondió. —Estoy en el bosque, buscando a Pops, pero creo que algunos alimentadores me encontraron.
—¡Qué!
Hizo una mueca. Chico, su compañero sonaba completamente lívido.
—Dime dónde estás.
—Uh, el bosque—Duh. Eso era todo lo que había alrededor de la casa de Changbin. No era como si hubiera tiendas en la esquina o señales de calle.
Se giró, cuando escuchó el clic otra vez. Sonó más cerca esta vez. Jeongin agarró su brazo, clavándole las uñas en la piel.
—¿Qué diablos es ese ruido?
—Alimentadores —le dijo. —Esas cosas de las que te advertí.
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Changbin (Changlix)
Fanfiction-¿Hay algo que necesites? -Changbin lo alzo del piso de madera y lo acunó en su regazo. -¿Lo que sea? -Lo que sea -repitió Changbin. Se tocó el mentón con el dedo. -Un millón de dólares. -¿Efectivo o cheque? Sus cejas se alzaron. -¿En serio? -¿En v...