Destinos Opuestos: Hadas Malditas (Winx Club)

Reencuentro

Bloom volaba como loca a través del helado castillo de Dyamond tratando de llegar lo antes posible a la nave. No había sido su intención abandonar a sus amigas en medio del combate contra los monstruos de hielo, pero en cuanto Timmy le comunicó que Diana estaba en la nave, no pudo evitar ir a su encuentro. De verdad que no sabía cómo era que Luis había conseguido encontrar a Diana con tanta rapidez, aunque si no hubiera sido por él su gemela seguiría cautiva. Era como si todos los monstruos se concentraran solo en las Winx, como si las Trix o los especialistas no estuvieran ahí. Era algo raro, pero estaba impidiendo que hicieran algún avance en la búsqueda de Diana.

Tuvo que entrecerrar los ojos al salir al exterior, sus ojos se habían acostumbrado a los oscuros corredores del palacio en ruinas por lo que la luz del exterior (aunque era algo opaca) le lastimaba los ojos. Tardó tan solo unos segundos en llegar a la nave, pero le parecieron que habían transcurrido horas. Antes de entrar miró hacia atrás buscando a los otros, sin embargo, no había nadie, solo los restos de los monstruos. Aunque estaba preocupada, sabía que estarían bien y que en unos minutos volverían a la nave sanos y salvos.

Las puertas se abrieron una tras otra hasta que pudo ver a su hermana gemela. Se quedó parada en la puerta observando a Diana, casi parecía que alrededor de la reina de Eraklyon el tiempo se había detenido. Diana estaba tan diferente a la última vez que la había visto. Tenía el cabello más largo y se veía más adulta, pero lo que realmente la asustó fue ver que en sus ojos y en su sonrisa se reflejaba una tristeza mayor que la que tenía la última vez que la vio.

Su ojo empezó a tener un tick nervioso en cuanto vio a Grian sentada en las piernas de Diana. Aunque este fue intercambiado casi momentáneamente por una sonrisa al notar que la pequeña se había quedado dormida en el regazo de Diana mientras esta le cantaba y le acariciaba el cabello.

Diana no se había percatado de la presencia de su hermana, no solo por la alegría de volver a tener a Grian en sus brazos, sino por Luis. No podía negar que la presencia del rey de Midgard la ponía demasiado nerviosa. Grande fue la sorpresa que se llevó al verlo luego de recuperar la conciencia. Nunca se hubiera esperado despertar en los conocidos brazos de Luis. Realmente pensaba que cuando se volvieran a ver él le volvería a gritar y la trataría como un monstruo, justo igual que la última vez.

Por un momento sintió un fogonazo intenso en su interior, era una ola de emociones descontroladas, pero no eran suyas. Al levantar la vista, sus ojos carmesíes dejaron escapar un torrente de lágrimas. Habían pasado casi diez años desde la última vez que había visto a Bloom.

-Luis ¿Puedes sujetar a Grian un momento?

Luis no reaccionó durante un momento, como si no creyera lo que estaba escuchando. Al comprender lo que le estaban pidiendo, asintió con alegría y cargó a la pequeña. Eso era una esperanza para el corazón de Diana. A pesar de todo seguía teniendo miedo de cómo reaccionaría Luis si supiera que Grian era su hija.

-He vuelto, Bloom.

Ninguna de las dos dijo nada, no hacía falta. Corrieron el corto tramo que las separaban y se abrazaron con fuerza mientras las lágrimas corrían y los sollozos retumbaban en las paredes metálicas de la nave.

No sabían exactamente cuánto tiempo habían estado abrazadas, pero al parecer había sido bastante. Los gritos de Sky y Stella diciéndole a Timmy que encendiera la nave fue lo que trajo a la realidad a las hermanas. Todos entraron a la nave en tropel, como si estuvieran huyendo y seguramente eso estaban haciendo.

Los especialistas rápidamente tomaron el control de la nave, pero las Winx no se movieron de la entrada, estas se quedaron observando a Diana como si no creyeran que era cierto. Los sentimientos de todas estaban desbocados, había alegría, sorpresa e incredulidad; por lo que no tardaron en estar abrazadas y llorando a mares.