Destinos Opuestos: Hadas Malditas (Winx Club)

El Fénix

El mandoble de Luis desvió el primer ataque de la bruja. La potencia de este lo hizo retroceder varios metros, dejando las marcas en el suelo. A pesar de su fortaleza física y del poder de su espada, no podría resistir más de tres ataques de esa magnitud, y algo le decía que eso era solo una chispa del poder de la bruja.

La bruja trató de rematar la jugada y acabar con él, pero Sky intervino con su espada. Gram relucía en sus manos y, junto con gallarda pose, le daba un aire de héroe mitológico. Luis solo pensaba en las historias que se contarían de Sky luego de su muerte, de seguro su capítulo en los libros de historia sería formidable, mientras que el de él (si es que algún día llegaba a ser recordado) sería la historia de un rey traidor y sin honor.

El rey de Eraklyon agitó a Gram, cortando el mismísimo espacio-tiempo y volviendo el ataque de la bruja en una suave brisa veraniega. Esa era la extraña peculiaridad de la espada sagrada de Eraklyon, poseía en su interior el poder del tiempo, por lo que su filo cortaba el tiempo y las dimensiones. Sky parecía moverse a una velocidad normal, pero gracias al poder de la espada se movía a una velocidad que los ojos no podían observar. Sin ese poder jamás hubiera tenido la oportunidad de parar dos ataques seguidos de la bruja.

En la maltrecha fuente, Bloom soltó un alarido de dolor cuando Flora y Daphne trataban sacarla del agua. La joven reina estaba herida de gravedad. El brazo derecho estaba en un ángulo para nada natural, su rostro celestial ahora era decorador por un centenar de cortes y la sangre que salía de estos le manchaba la cara.

La sola escena bastó para distraer a Sky. La bruja aprovechó el momento y lo atacó con fiereza, dejándolo en la mismísima situación que a Icy. A los futuros monarcas de Eraklyon les encantarían sus árboles humanos.

En todo ese caos Diana era la única que no se movía o hacía nada. Estaba ahí, parada en el medio del patio observando aterrada como masacraban a sus seres queridos. En la fuente Bloom todavía gemía de dolor mientras trataban de sacarla sin dañarla aún más. Las Trix estaban en condiciones parecidas y, a Stella, Musa y Flora se les empezaba a notar la fatiga de la extenuante batalla.

Sabía que todo dependía de la decisión que tomara. La bruja no dejaba de recordárselo con sus miradas maliciosas cada vez que atacaba a alguien distinto.

Sky había sido herido y lo más probable era que no pudiera levantarse en un buen rato y las chicas estaban ocupadas tratando de ayudar a las heridas. Él único que quedaba en pie delante de la bruja era Luis y pronto quedaría en las mismas condiciones que Sky o puede que aún peor. No, no podía permitir que dañasen a Luis. Ya había fallado en cuidar de Bloom, no dejaría que lo hirieran a él también.

A pesar de haber conseguido la determinación que necesitaba, demoró demasiado en tomar una decisión, pues la bruja apuñaló con su magia a Luis. La sangre no tardó en empapar todo su abdomen. El rey de Midgard le dedicó una mirada de espanto total mientras se desplomaba en el suelo. Miedo, eso era lo que mostraba el rostro de Luis. Ella conocía muy bien ese miedo, el miedo de ver como poco a poco la Muerte te arrastraba hasta los reinos del dios del inframundo.

Un grito gutural salió de su interior y todo a su alrededor se volvió rojo oscuro. Al principio pensaba que sus ojos le jugaban una mala pasada, pero en verdad todo a su alrededor estaba ardiendo en unas llamas de un rojo tan oscuro que parecía negro. El calor era tan abrumador que al tomar su forma de hada el traje de protección se volvió cenizas.

En ese momento ya no recordaba su nombre o la razón por la cual luchaba, solo sentía como las tinieblas del Fénix Oscuro la rodeaban, y a este llamándola, atrayéndola hacia su oscuridad. Sentía frío y veía el exterior como si estuviera detrás de un cristal. Ni siquiera podía controlar su cuerpo, este actuaba solo. Había perdido el control, ahora el Fénix estaba libre.