La Rueda De Tique

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Cada vez que la enorme espada de hierro del rey Luis de Midgard se alzaba tres monstruos se disolvían en polvo, pero cada vez que los monstruos utilizaban sus garras, diez soldados morían. El ejército de la bruja era superior en número y poder. Las bestias de tres metros eran horrorosas, con poderosas mandíbulas llena de filosos y enormes dientes capaces de partir una columna de hormigón de un mordisco. Se paraban sobre sus patas traseras, parecidas a las de un toro, con pesuñas negras y enormes garras del mismo color en las manos. Tenían todo el cuerpo lleno de un pelo corto y seco de color marrón oscuro y algunos, los más fuertes, llevaban un mechón blanco en sus enormes cabezas. Stella trató de recomendarles un buen tratamiento para el pelo y les prometió una cita con su estilista, pero al parecer a las bestias no les gustaban los productos de belleza porque una horda de monstruos aún la perseguía por todo el lugar.

El gran ejército que comandaba era solo la distracción, pero tenían un objetivo crucial: abrir el paso al palacio donde la bruja se ocultaba. Sabía que pronto las hermanas de Domino aparecerían y para ese momento tenía que despejar el camino. Ellas tres eran la clave para derrotar al ser oscuro.

Al menos los trajes que Tecna y Timmy habían diseñado los protegían del duro ambiente, sin ellos no hubieran durado ni cinco minutos. El hada guardiana de Zenith aguardaba noticias desde su planeta, ya que estando embarazada no ayudaría mucho, al igual que Layla, pero las dos habían hecho todo lo posible por ayudar.

- ¡Chicas! –Gritó a Musa y Flora que pasaban volando junto a él.

Flora tenía a un gran número de bestias sujetas con sus lianas mágicas mientras Musa mareaba a las otras con sus ondas sónicas. Cuando el hechizo de las dos hadas se hubo completado las bestias estallaron en polvo, y ellas volaron hacia Luis.

-Necesito que reunáis a las hadas y liberéis el camino hacia el palacio. –Gritó con fuerza para que se escuchara por encima del estruendo de las armas y los gritos de agonía y júbilo. –Diana y sus hermanas deben venir en camino, debemos mantener el camino libre de monstruos para ellas.

-Dalo por hecho Luis. –Contestó Musa.

Salieron con cuidado por la boca del túnel tratando de hacer el menor ruido posible, aunque con esos trajes era algo prácticamente imposible para Diana. Estos eran demasiado diferentes a lo que estaba acostumbrada, era un hada, su ropa estaba hecha para facilitarle el vuelo y la magia, pero aquella cosa solo era para mantenerla viva.

Sky y Brandon atacaron a los dos monstruos de la entrada con sus espadas, atravesándolos justo entre los omóplatos y regando todo de una viscosa sustancia negruzca. Era como si aquellos seres tuvieran corazones de carbón con petróleo recorriéndoles las venas. Nunca había visto seres así, ni siquiera en las antiguas crónicas de la biblioteca privada de la directora de la Academia Alfheim.

Avanzaron por los corredores subterráneos del palacio aniquilando a uno que otro monstruo, pero aun así eran menos de los que en un principio esperaban. Aunque los ruidos de la batalla en el exterior explicaban por ellos solos la ausencia de criaturas de terror.

Iban en una formación estratégica –defensiva o algo así lo habían llamado Brandon, Sky y Dakota (el escuálido chico del refugio). Esta consistía en reservar a las hadas (Bloom, Diana, Daphne y Rea) para la batalla contra la bruja, mientras que especialistas y guerreros las protegerían. Hasta el momento el plan funcionaba a la perfección, pero solo era posible gracias a la distracción de Luis. Cuando lo volviera a ver debía reconocerle sus méritos.

Un fuerte estruendo sacudió todo el palacio, haciendo que grandes pedruscos amenazaran con aplastarlos y el polvo no los dejara respirar. Los miembros del pequeño grupo se arrinconaron contra una pared que se mantenía en buen estado, por si llegara a ser necesario, las hadas utilizaran sus escudos para protegerlos a todos. Gracias a los dioses, esto no fue necesario ya que el agrietado y maltrecho pasillo se mantuvo intacto.

Destinos Opuestos: Hadas Malditas (Winx Club)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora