A Crowley no le gusta que Gabriel viva con Aziraphale y se le ocurre un plan para estar cerca de su ángel.
Gabriel es condenado a pasar una temporada en la tierra, a vivir como un humano, ver lo importante que es la vida en la tierra y a comprender...
El sol ya se había metido pero eso no impedía que el cielo fuera iluminado por algunos rayos y relámpagos cada poco tiempo.
— ¿Dónde estás angel? — recostado en el sofá de tartán saco el celular en busca del contacto de Aziraphale.
Marcando...
Sonando...
Sonando...
Sonando ...
a buzón..
— perfecto — colgó, guardo su celular, se puso de pie sacando sus llaves, no tenía opción tendría que salir en la lluvia por su Bentley para buscar por las calles a su Angel.
Crowley odiaba mojarse, odiaba el sonido de los truenos resonando en sus oídos, los charcos en las calles, los fuertes vientos y el frío persistente , en pocas palabras odiaba la lluvia. Pero ese odio no era nada comparado con su preocupación por Aziraphale.
La puerta de abrí de golpe mostrando dos figuras demasasiado juntas compartiendo un mismo paraguas, eso no le importó a la ferroz lluvía, estaban empapados de cabeza a los pies,
— angel...
— hola querido, perdona la demora como verás la lluvia nos retraso — le sonrió, sin inmutarse por la ferros lluvia que lo golpeó.
A los ojos de Crowley, Aziraphale lucía más que tentador, su cabello mojado, toda su ropa y la camisa... Joder, parecía como si no tuviera nada puestos de la cintura para arriba, si ponía atención podía ver tenuamente sus pezones. Todo termino cuando de un milagro volvió ha estar secó, menos mal o terminaría en una erección obia
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— toma Aziraphale, gracias por prestarme lo, espero no hacerlo ensuciado — después de entrarle la prenda se adentro a la cocina
— de nada, me alegro que te haya servido
— angel ¿Por qué le diste tu abrigo?
— Gabriel necesitaba cubrirse, no sabemos si le puede dar pulmonía
— eso es fácil de averiguar, lo dejamos amarado a un póster con una camisas y pantalones cortos.
Por detrás apareció el mencionado, golpeando suavemente en el hombro del pelirrojo
— oí eso — le miro con odio — Toma Aziraphale te prepare un chocolate calenté, me iré a dormir, estoy cansado.
— ¡oh! tiene bombones, gracias pero será mejor que te pongas algo para abrigarte para cubriré de este frío
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