EN LA NOCHE ( CAP 7 )

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En medio de la carretera, Crowley y Aziraphale tenían un abrazo más que sofocante pero agradable, teniendo tan cerca al amor de su vida Crowley pudo oler el aroma de su ángel, canela, chocolate, miel, vino, libros viejos, dulce y jazmín. Aziraphale pudo detectar los olores que provenían de su contrario, tierra húmeda, madera, whisky, producto para el cabello y azufre, este último para la mayoría es un hedor más que desagradable y muy sofocante ( menos para los caídos, ellos ya se habían acostumbrado) pero a el ser de luz no le molestó, cada vez que lo olía recordaba cada momento que había pasado al lado de su amigo, ese momento fue sereno.

En un segundo el abrazo terminó, cada quien estaba a un extremo con un metro de distancia,

— ¿Ángel? ¿Qué pasa?

Aziraphale fue quien rompió el encuentro

— Perdón, solo que... es Gabriel... Él está cerca, se aproxima, él esta volando.

— Ángel, cálmate, yo no siento nada... Quizás estás equivocado — Trato de acercarse para calmarlo.

— No, yo lo siento, es él — Dio unos pasos atrás , marcando una distancia, con preocupación en los ojos y con la mirada buscaba a el mencionado.

— ¡¡AZIRAPHALE!! ¡¿Qué crees que hacés?! ¿Estabas escapando de tu castigo?

El par volteo para encontrar a Gabriel volando a toda velocidad dirigiéndose a el ser de menor rango para capturar en sus brazos. Los ojos de Gabriel eran violentas, tenerlo tan cerca, cara a cara, solo separado por unos centimetros, pudo ver más claro el odio, repudio puro que le miraba, tenía miedo de nuevo, el miedo nunca termina para el . Las manos del Arcangel sujetaron con demasiada fuerza los brazos del rubio.

— No, solo... Estábamos ...

— ¡No mientas! Estabas por largarte con este — tomo un momento para señalar y encontrar una palabra adecuada — Este sucio demonio.

— ¡¡Oye!! Yo no estoy sucio — Crowley se acercó, tomo el brazo de Aziraphale, sacándolo del los brazos de Gabriel, Aziraphale soltó un pequeño gemido de dolor. Gabriel no soltó su agarré.

— Aléjate demonio, ven Aziraphale necesitamos...

— ¡No lo toques! — Crowley sacudió el brazo del Arcangel y tiro de Aziraphale tan fuerte que terminó tirado y llevándose consigo a el rubio.

— Mirá, ya lo tiraste, deja de entrometer ..

— ¡YA BASTA! — Aziraphale se puso de piel. — Gabriel, ya leí la carta y estoy consiente de mi misión y tú castigo, estoy dispuesto a hacer tu maestro.

— Bien, hasta que al fin alguien más que yo tiene sentido común.

— ¡¿Sentido común?! Tú no tienes sentido común, ¿es eso querer iniciar una guerra sin sentido?

— Escucha demonio, no voy a permitir que — Una gota de lluvia cayó del cielo, luego 2, 3 , 4... Una tormenta los termino empapando en unos segundos.

— Sera mejor irnos, la lluvia está comenzando a ser más fuerte.

— Cierto Ángel, sube al auto, te llevaré a la librería.

— Gracias querido, Gabriel tenemos que y... ¿Gabriel?

— ¿Qué? Ya se largó, mejor Ángel ya no tenemos que soportarlo.

— No puedo creerlo, primero me acusa de querer escapar y en menos de 10 minutos se va, típico de él.

— Tranquilo, estoy contigo ¿Si?

El camino de regreso a casa fue tensó, nadie dijo nada, cada quién tenía cosas que pensar y preparándose para todo eso. Sin duda eso tenía cansado a el par de seres sobrenaturales. Aziraphale entro primero, seguido por Crowley, nada más entraron y lo vieron. Gabriel estaba sentado en el sofá sosteniendo un libro.

A TU LADO YO ESTARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora