2 HISTORIAS EN PARÍS (CAP 36)

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Las cosas entre dos ángeles y un demonio estaban algo tensas. Cómo siempre Aziraphale estaba en medio de la pelea, Sariel se estaba divirtiendo y observado al demonio mientras el pelirrojo están más que furioso pero sin poder hacer algo al respecto.

Había sucedió varias veces pero la primera fue un meses desde que Sariel estaba en la librería. Ese día estaba descansando en la librería los dos ángeles

— Sabes... He pensado en comienzas a entrenar con el cardys para magos — Sariel se encontraba acostado en el sofa más grande con unas cartas en sus manos — Solo es memorizar los pasos y la rapidez de las manos. Es muy famoso en París.

— También en los bares, truco de fiesta si mal lo me acuerdo

— trucos ¿Eh?, Podremos ir a Francia a jugar cartas y beber un buen vino como la última vez.

— La última vez fue por la guerra — Recordaba esa fecha — Casi te caes de la torre.

— Jajaja, si me acuerdo — Cerro los ojos reviviendo el momento — Pero esta vez será mejor por qué no hay guerra. — Siguió jugando con las casetas hasta que salieron volando. — Que bien — Se reprochó

— He visto algunos movimientos — Aziraphale tenía un libro con el en otro sofa — Son buenos ¡Oh! Mira esto — De un salto salió del safa y conjuro una baraja — Fíjate bien — Toma las cartas comenzando moverlas entre sus manos, esta vez no volaron pero seguía siendo impresionante — He practicado un poco en los últimos años, no es magia pero aún así me gusta — Aziraphale están asiendo movimientos rápidos y elefantes con sus manos, Sariel no se perdió ninguno hasta que alguien (para molestia de Sariel) intervino en la demostración.

— Que bien mueves las manos ángel — Crowley acaba de aparecer entre las estanterías — ¿Que más sabes hacer?

— Hola querido — Y con eso dejo la demostración — ¿Cuando llegaste?

Desde que Sariel estaba con él, Crowley ya no se presentaba en la librería como solía hacerlo, antes entraba con la puerta anunciando su llegaba con sus gritos o su Bentley sonado en la calle.

Eso cambio y ahora salía de la nada para interrumpir lo que sea que estaba haciendo con su amigo angelical, podría ver a la serpiente que se acerca sigilosamente. Una parte del rubio pensó que estaba espiando, esperando a que algo pasará.

— No mucho, cuando estabas con tus cartas — Invoco un sofá en la trastienda — ¿No deberías estar trabajando? — Le preguntó al castaño. Tenía que largarse

— Ya hice mucho, te estoy tomando el día libre. — Sariel le contesto vagamente  ignorando la molestia del demonio

— ¿Que hacían ustedes dos? — Cuestiono el demonio.

— Nada solo hablando y jugando con las cartas. — Sariel le contesto mostrando las cartas.

— No sabía que jugabas a las cartas de esa forma — Antes, cuando solo eran ellos dos solían jugar canasta, póker y pesca — Nunca te vi hacerlo.

— No te gusta cuando te muestro mis trucos de magia, te quejas de eso — Le recordó Aziraphale  — Y Sariel y yo tenemos eso en común.

Por primera vez lamentó lo que decía a su angel, debió esforzarse por apoyar los pasatiempos de su enamorado.

— Eso no es magia pero aún se usa entre magos — Aclaró Sariel

— ¿Para que hacer magia humana cuando tenemos nuestros poderes? — una pregunta que nunca entendió

— Así es más divierto — Aziraphale habían dejado las cartas volviendo a su libro — Tienes algo que hacer. — Tener una eternidad solía ser molesto.

A TU LADO YO ESTARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora