06 • Botella

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Atsumu se despertó gracias a la alarma de su móvil que le indicaba que era hora de prepararse para ir al colegio. No quería levantarse de su cama por lo que estiró el brazo hacia el móvil para apagar ese molesto sonido y volvió a acurrucarse entre las cómodas sábanas de su cama.

–Atsumu no seas vago, solo falta media hora para que tengamos que estar en el entrenamiento matutino.

–Cinco minutos más Samu...– dijo Atsumu medio dormido.

Osamu cansado de pasar por esa situación cada mañana estiró de las sábanas de Atsumu con intención de destaparlo para que el frío le despertara del todo. Con lo que no contó fue con que su hermano estaba tan enrredado entre las sábanas que en el momento en el que tiró de ellas con fuerza se llevó a su hermano con él tirándolo de la cama.

–¡Auch! ¿¡A que ha venido eso!?– exclamó Atsumu mirando a su hermano al borde de estallar en carcajadas– ¡Ni se te ocurra reírte Samu!– exclamó Atsumu haciendo así que Osamu comenzara a reírse.

–¡CALLAOS YA!– se escuchó desde fuera de la habitación haciendo que la risa de Osamu se detuviera en seco y que el pequeño "enfado" de Atsumu se disipara. Habían despertado a su padre.

Atsumu comenzó a cambiarse de ropa rápidamente mientras que Osamu guardaba algunas cosas en su mochila y en la de su hermano.

Cuando los dos gemelos estuvieron preparados respiraron profundamente en frente de la puerta de su habitación.

–Corre lo más rápido que puedas hacia la puerta, papá está despierto así que trata de evitar pasar por la cocina o el baño. Seguramente esté ahí– dijo Osamu con el pomo de la puerta en una mano.

Atsumu asintió para que así Osamu abriera la puerta y ambos salieran corriendo en dirección a la salida principal.

–¿¡A donde creéis que vais!?– exclamó el hombre desde el salón al ver a sus dos hijos salir rápidamente de la casa y cerrando la puerta detrás de ellos. Trató de encontrar algo para lanzarles antes de que salieran pero no había ninguna botella llena o vacía en el salón. Al parecer esos niñatos habían recogido la casa–Estúpidos niños– pensó el hombre.

Atsumu y Osamu llegaron finalmente a la preparatoria. Antes de entrar al gimnasio se encontraron con Suna esperándoles.

El chico era el mejor amigo de Atsumu y la pareja de Osamu por lo que no era extraño que les esperase antes de entrar a la práctica.

–¡Suna!– llamó Atsumu al ver al chico ahí.

–Hola Tsumu, hola Samu– añadió guardando su teléfono en la mochila y acercándose al de pelo platinado para dejar un corto beso en sus labios.

–¿Has esperado solo para ver a mi hermano? Me siento traicionado Sunarin...– dijo Atsumu fingiendo tristeza.

–Callate Tsumu, de no ser porque te pareces a Osamu no me acercaría a ti– añadió Suna con gracia.

–Me siento atacado Rin...– dramatizó Atsumu.

–Los dos sois lo peor– interrumpió Osamu antes de que Suna pudiera seguirle el juego a su hermano.

–Así te conquisté.

–Lo siento Samu pero vas a tener que aguantarme por unos años más.

Osamu suspiró y después caminó hacia el interior del gimnasio dejando a los dos amigos charlando detrás suya.

{~~~}

Después de un entrenamiento de casi una horas los jugadores pudieron descansar al fin.
Mañana sería el partido de entrenamiento contra el Itachiyama así que debían entrenar si querían tener un buen juego mañana.

Atsumu comenzó a practicar algunos ataques rápidos con varios miembros del equipo como Suna, Osamu y Aran.

Todo iba bastante bien y los gemelos estaban tratado de despejar su mente después de esa mañana. No querían pensar en lo que su padre sería capaz de hacer cuando volvieran.

Después de una hora la práctica matutina terminó, lo que quería decir que ahora tendrían clases.

Todos salieron del gimnasio después de recoger y fueron a la sala del club para cambiarse la ropa por el uniforme de la preparatoria.

Cuando Osamu terminó de cambiarse Atsumu le estaba esperando por lo que ambos salieron juntos y caminaron hacia el interior del edificio junto a Suna.

Atsumu se despidió de su hermano y su mejor amigo y entró en su clase. Mientras que Osamu y Suna seguían hacia la clase que compartían.

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Las clases llegaron a su fin por lo que Atsumu salió del edificio y caminó hasta llegar a el gimnasio en el que le esperaban sus compañeros de equipo.

Ahora tenían un entrenamiento de dos horas antes de volver a casa. Las mejores dos horas del día.

Atsumu caminó hacia la sala del club y dejó ahí sus cosas para comenzar a cambiarse de ropa. Poco después llegaron también Osamu, Suna y Kosaku por lo que el rubio les saludó antes de salir de la habitación y caminar hasta el gimnasio.

Poco después llegó Kita junto al resto de integrantes del equipo y el entrenamiento comenzó.

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Tal y como había comenzado, el entrenamiento llegó a su fin y todos los miembros del equipo habían comenzado ya a recoger.

Atsumu se encontraba ayudando a Akagi a recoger la red mientras Osamu, Aran y Riseki recogían los balones y el resto pasaban las mopas por el lugar.

Pocos minutos después todo estuvo listo y todos comenzaron a caminar hacia la sala del club a por sus cosas.

Atsumu y Osamu salieron junto a Suna del edificio y comenzaron con su camino hasta la bifurcación en la que sus caminos se separaban.

Se encontraban hablando sobre temas triviales hasta que llegaron al lugar y su rutina habitual se repitió. Atsumu siguió caminando mirando su móvil dejando atrás a la pareja que se despidió con un beso.

Los gemelos siguieron juntos el camino hasta su casa y como era costumbre Osamu sacó las llaves al llegar al portal.

Las luces de la casa estaban apagadas por lo que pudieron respirar hondo para tranquilizarse, su padre estaba dormido.

O eso creían. En el momento en el que Osamu abrió la puerta la situación le provocó un déjà vu al rubio.

Una botella voló desde el otro lado de la habitación y golpeó a su hermano en la cabeza. Los gritos comenzaron a escucharse al instante y Atsumu se encontraba completamente helado.

Osamu había caído inconsciente debido al golpe y su padre no dejaba de gritar. Todo el sonido desapareció para él y se acercó velozmente a su hermano.

Tenía miedo, mucho miedo, miedo de que su padre tuviera cerca otra botella.

Atsumu miró al hombre y vio que se encontraba tratando de acercarse a ellos. Protegería a su hermano, era su turno de hacerlo.

Miró a su alrededor y vio la botella de vidrio que había sido lanzada segundos antes. No se había roto por lo que la agarró y debido a toda la presión del momento la lanzó de vuelta hacia su padre.

La botella se rompió pero no escuchó nada, ningún sonido. Tan solo su cabeza dando tumbos.

Se acercó de nuevo a su hermano y lo cargó en su espalda como pudo para después salir de esa casa y correr al hospital.

Los papeles se habían cambiado, ahora no era su hermano el que lo cargaba inconsciente, era su turno de hacer de hermano mayor.

The Loud Voice ~ Sakuatsu & OsasunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora