02 • Mentira

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Cuando los dos gemelos regresaron a el gimnasio ya estaba casi todo recogido por lo que se disculparon con Kita.

–No os preocupéis ¿Que te ha pasado Atsumu?– preguntó Kita.

–Es verdad ¿Te encuentras bien Tsumu?– cuestionó Ginjima acercándose a los gemelos.

–E-estoy bien, de verdad– respondió Atsumu notablemente nervioso.

–¿Estas seguro?– preguntó Aran.

–Tan solo se ha agobiado un poco, lo sentimos por haber interrumpido– añadió Osamu bastante seguro, usualmente era él el que se encargaba de mentir por lo que no se ponía tan nervioso.

Todos los miembros del equipo lo entendieron y no preguntaron más para no agobiar al rubio, todos excepto Suna. El rematador no se había creído ninguna de las palabras de su novio, conocía demasiado bien a los gemelos debido a que se conocían desde hace muchos años y sabía que Atsumu no era del tipo de personas que se agobian de la nada, tenía que haber un motivo para ello. Y otra cosa que le extrañó fue que Osamu fuese el que dijera la razón, usualmente se mantiene en silencio con respecto a esos temas.
Todo era demasiado extraño a los ojos de Suna, pero no dijo nada, ya hablaría con los gemelos cuando estuvieran solos.

–Está bien, acercaos todos chicos– dijo el capitan llamando la atención de todos los miembros del equipo, los cuales se acercaron a Kita para escuchar lo que tenía que decir– Vamos a tener un partido de entrenamiento contra el Itachiyama, he hablado con el capitán de su equipo y han aceptado venir aquí en dos días.

Todos en el equipo se emocionaron inevitablemente, no era la primera vez que tenían un partido de entrenamiento contra el Itachiyama, pero eso no quitaba que eran uno de los mejores equipos de Japón.

Atsumu por otra parte estaba el doble de emocionado, por un lado le emocionaba lo mismo que a sus compañeros, el Itachiyama era un muy buen equipo con el que entrenar. Pero por otra parte, eso significaría pasar todo el fin de semana con Sakusa, lo que le emocionaba aún más.

Al vivir en distintas ciudades tardaban tres horas de viaje en tren para poder verse, lo que quería decir que la mayoría de veces que se veían era en el torneo nacional o en partidos de entrenamiento.

Como los partidos de entrenamiento eran normalmente los sábados, Sakusa aprovechaba para quedarse todo el fin de semana con su pareja.

Al estar ya todo recogido los jugadores comenzaron a salir del gimnasio para que así Kita pudiera cerrar la puerta.

Al hacerlo todos se despidieron los unos de los otros y cada uno emprendió el camino a su casa.

Tanto los gemelos como Suna se iban en la misma dirección por lo que el rematador aprovechó para preguntar sobre lo sucedido al terminar el entrenamiento ese mismo día.

–¿Me vais a decir la verdad o no?– cuestionó Suna haciendo que los dos gemelos le miraran algo nerviosos, Atsumu más que Osamu.

–¿A-a que te refieres?– preguntó Osamu tratando de no sonar muy nervioso.

–Se que lo que le dijisteis a Kita era mentira, os conozco demasiado bien como para caer en una mentira tan básica– respondió Suna con su usual tono de voz calmado– entonces preguntaba si me ibais a contar la verdad o no.

–N-no sabemos a qué te refieres Suna, lo que le dijimos a Kita-san era la verdad– añadió Atsumu, a él no se le daba tan bien mentir como a su hermano.

Suna les miró dejando claro solo con su mirada que no les creía para nada.

–Está bien– dijo Suna finalmente– si no me lo queréis contar está bien, no me entrometeré.

Los hermanos se sentían mal al mentirle a su amigo de la infancia, Osamu se sentía incluso más culpable puesto que Suna no era tan solo su amigo de la infancia, era su pareja, y no había confiado en él tanto como para contarle sobre su pasado y hasta ahora su presente, puesto que nada había cambiado desde hace 13 años.

–Bueno, yo me voy por aquí– dijo Suna dejando de caminar al llegar a un desvío.

–Nos vemos mañana Suna– se despide Atsumu para después sacar su móvil y comenzar a caminar hacia la dirección en la que tenía que ir junto a Osamu.

Usualmente hacía eso solo para dejar a su hermano solo con su novio, para que según sus palabras "se despidieran adecuadamente". Atsumu solía hacerlo desde que se enteró de que su amigo y su hermano estaban saliendo.

–Nos vemos Samu– dijo Suna para después acercarse a los labios de su novio y dejar un corto beso en ellos.

–Hasta mañana Suna– añadió Osamu al separarse de su pareja después de unos segundos.

–Hablame cuando llegues a casa– dijo Suna comenzado a caminar en su dirección.

–Lo mismo digo– añadió Osamu siguiendo los pasos de su hermano, el cual no se encontraba muy lejos.

Y así los gemelos siguieron el camino hacia su casa en la que no sabían que les esperaba.

The Loud Voice ~ Sakuatsu & OsasunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora