07 • Invertidos

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Los hermanos llegaron a casa junto a su padre el cual se veía más enfadado a medida que pasaba el tiempo.

Osamu no iba a permitir que el hombre se saliera de nuevo con la suya, esta vez juraba que protegería a su hermano pasase lo que pasase.

–No te acerques a él Tsumu– susurró el menor de los dos tomando la mano de su hermano con firmeza– Esta vez si que te protegeré.

Atsumu asintió y reforzó el agarré de sus manos.

El hombre les permitió entrar en la vivienda y en cuanto se cerró la puerta les empujó a ambos haciéndoles caer al suelo.

–¿¡COMO SE OS OCURRE IR AL HOSPITAL!? ¿¡PENSABAIS QUE ASÍ OS LIBRARIAIS DE MI VERDAD!?

–Tsumu ve a nuestro cuarto y cierra la puerta ¿Está bien?

–¿Y qué hay de ti?– preguntó el niño preocupado.

–Iré en seguida, no dejaré que te haga daño de nuevo...

Atsumu confió en su hermano y asintió para después correr hacia su habitación.

El hombre estuvo a punto de seguirlo de no ser porque Osamu le agarró de la pierna haciendo que se detuviera.

–¡SUELTAME!

–¡Deja a mi hermano!

Osamu sintió un golpe que le hizo soltar la pierna de su padre, aunque esté no fue el único golpe que recibió.

El hombre desató todo su estrés en el niño mientras Atsumu por otro lado escuchaba con lágrimas en los ojos los gritos de su padre al otro lado de la puerta.

Después de un rato se escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse por lo que Atsumu salió de la habitación y caminó hacia el salón con el miedo de encontrarse con su padre aún presente.

Cuando llegó se encontró con su hermano en el suelo. Casi se le para el corazón del susto hasta que corrió hacia él para comprobar su estado.

–¿¡Samu estás bien!?

El niño del suelo se quejó un poco y abrió los ojos encontrándose con los de su hermano.

–¿Tu estás bien Tsumu?

–¡No preguntes tonterías! ¡Te ha pegado a ti, no a mí!

–Me alegro de que estés bien– añadió con una pequeña sonrisa– Yo estoy bien también.
Osamu se incorporó sintiendo su cabeza dar vueltas.

–No es suficiente– pensó Samu– Lo que le ha pasado a Tsumu ha sido mucho peor y esta vez si que voy a protegerlo.

–Ya se lo que estás pensando...

Osamu le miró con curiosidad.

–Estas pensando que lo que me ha pasado a mí ha sido peor y crees que tienes que protegerme...

–¿Como lo-?

–Somos gemelos, los gemelos se pueden leer la mente ¿No lo sabías?– añadió Atsumu sonriendo– No tienes que cargar con esto tú solo Samu, yo también quiero protegerte.
–Lo se...

–Hagamos una promesa– Osamu miró a su hermano con curiosidad– Yo te protegeré y tú me protegerás. Nos protegeremos el uno al otro.

Osamu sonrió para después asentir.

–Está bien...

{~~~}

Atsumu corrió hacia el hospital cargando a su hermano y con lágrimas en los ojos.

Estúpido Samu, al final él ha sido el que ha cargado con todo siempre. Sin darse cuenta había dejado a su hermano cargar con el peso de tener que protegerle.

A pesar de la estúpida promesa que hicieron de niños, a pesar de todo...

Osamu había roto la promesa hace tiempo y Atsumu no se había dado cuenta.

–Por favor Samu no mueras– susurró el rubio mientras las lágrimas se escapaban de sus ojos.

Llegaron a la puerta del hospital pero esta vez era Atsumu el que cargaba a su hermano inconsciente.

Los papeles se habían invertido, ya no era él al que debían proteger.

The Loud Voice ~ Sakuatsu & OsasunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora