11 • Contigo

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Atsumu bajó del autobús junto con Sakusa, el cual se había quedado en Hyogo un tiempo más debido a lo sucedido con Osamu. Cuando llegaron al lugar se encontraron a Suna, Kita y Aran esperándoles.

–Hola Atsumu– saludó Kita al verle llegar abrazándole en el proceso.

Atsumu no respondió nada por lo que los demás supusieron que se debía al reciente fallecimiento de su hermano.

El rubio teñido miró a Suna y vio que tenía los ojos rojos de llorar. Ambos se estaban aguantando las ganas de hacerlo ahí mismo, de llorar sin importarles nada ni nadie. Pero ese no era el lugar adecuado.

Atsumu nunca se había imaginado a si mismo acudiendo al funeral de su propio hermano gemelo, no tan pronto al menos.

El doctor que les explicó hace tres días lo que había sucedido con Osamu, les dijo que el golpe lo había dejado inconsciente pero lo que realmente había causado su muerte fue un derrame cerebral causado por lo anterior mencionado.

Desde que le dijeron eso Atsumu no dejó de pensar en que si hubiera traído a su hermano más rápido al hospital se habría salvado. Osamu había muerto unos minutos después de llegar al hospital por lo que si hubiera sido más rápido al llevarlo se habría salvado tal y como su hermano le salvó a él años atrás.

Los presentes entraron y el funeral dio comienzo, todo el equipo estaba presente al igual que algunos amigos de Osamu y otras personas a las que Atsumu no llegó a reconocer.

Su padre había sido arrestado gracias a la declaración de Atsumu frente a la policía.

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La ceremonia terminó y los presentes comenzaron a irse a casa de vuelta. Atsumu se mantuvo de pie frente a la lápida de su hermano durante unos minutos mientras la muchedumbre abandonaba el cementerio entre lágrimas.

Osamu era querido por todos los que lo conocían, no parecía muy divertido a primera vista pero cuando llegabas a hablar con él era todo lo contrario y la gente disfrutaba estar con él. Todo lo contrario que con Atsumu, el cual a penas hablaba con Sakusa y con el resto de su equipo de voley. Por lo cual no le resultó extraño ver a tanta gente de la preparatoria en el lugar.

Aún que al no ser amistades tan cercanas a él tan solo se quedaron durante unos minutos antes de irse.

Atsumu salió de su ensoñación al sentir una mano en su hombro. Al levantar la vista pudo ver a Kiyoomi a su lado. Apartó la mirada rápidamente mientras que Sakusa tomó su mano y la apretó con fuerza.

Sakusa dijo algo sin soltar su mano pero Atsumu aún no podía escuchar nada. Desde hace tres días, cuando le dieron la noticia, Atsumu había dejado de escuchar por completo. Sabía desde pequeño que en algún momento le ocurriría pero, de nuevo, no esperaba que fuera tan pronto. No esperaba quedarse sordo tan pronto.

–Omi...– susurró Atsumu sin escuchar su propia voz.

–¿Mhm?– añadió Sakusa mirándole de nuevo.

–¿Podemos ir con los demás?– dijo refiriéndose al resto del equipo que se encontraba al otro lado del lugar.

–Claro– respondió Sakusa para después caminar los dos juntos hacia el resto.

–Chicos– dijo Atsumu haciendo que todos le mirasen. Suna tenía los ojos enrojecidos al igual que Kita y Akagi, los demás trataban de esconder sus lágrimas, cosa que no funcionaba del todo. Todo el equipo estaba ahí pero ya no sentían como si lo estuviera. No sin Osamu entre ellos.

–¿Qué ocurre Tsumu?– preguntó Kita. Atsumu no pudo escucharlo pero si pudo leerle los labios para saber qué responder.

–Necesito que me escuchéis pero antes quiero pedir que no me interrumpais, por favor.

–Claro– añadió Suna.

–No escucho nada– todos se extrañaron al escuchar eso sin entender a qué se refería exactamente– Cuando eramos pequeños nos pasó lo mismo que pasó hace tres días pero esa vez fui yo el que recibí el golpe. Osamu me llevó al hospital y me dijeron que había una gran probabilidad de que me quedara sordo si escuchaba muchos gritos o por estrés– todos escuchaban silenciosamente y perplejos todo lo que Atsumu tenía que decir y tal como había pedido no le interrumpieron– Cuando me enteré de que Osamu estaba... M-muerto... Dejé de escuchar y no he vuelto a escuchar nada desde entonces...

Pasaron varios segundos en los que todos trataban de procesar lo que el rubio acababa de decir notablemente sorprendidos.

Nadie sabía que decir o cómo reaccionar hasta que finalmente Suna se lanzó a sus brazos llorando mientras le abrazaba. Atsumu aceptó el abrazo y comenzó a llorar él también.

Cuando se separó de Suna y se dio la vuelta pudo ver a Sakusa aún en shock por lo que había escuchado. Atsumu entonces se asustó. ¿Sakusa iba a dejarle ahora que no podía escuchar? ¿Iba a abandonarle?

Y mientras Atsumu pensaba en eso Sakusa no esperó un segundo más para unir sus labios con los del contrario, haciendo que Atsumu se aliviara y aceptase el beso mientras una fina lágrima escapaba de su mejilla.

Cuando se separaron, ambos llorando, Sakusa sacó su teléfono del bolsillo de su abrigo y abrió la conversación de ambos comenzando a escribir algo.

Cuando se separaron, ambos llorando, Sakusa sacó su teléfono del bolsillo de su abrigo y abrió la conversación de ambos comenzando a escribir algo

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Tras escribir esto, le dio su teléfono a Atsumu para que lo leyera. Si Atsumu no podía escuchar le escribiría todo lo que tenía que decirle. No iba a abandonar a Atsumu en este momento, no en el momento en el que más necesitaba a alguien a su lado, no iba a abandonarlo jamás.

Atsumu sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas y abrazó a Sakusa fuertemente. Este aceptó el abrazo y se lo devolvió mientras Atsumu tan solo lloraba en su hombro.

–No pienso abandonarte...– susurró Sakusa para si mismo sabiendo que el contrario no lo escucharía.

The Loud Voice ~ Sakuatsu & OsasunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora