Lobo Que Camina Solo

Capítulo 36: Isla de las Pesadillas: Final

Las puertas del ascensor se abrieron y los guardias apuntaron sus armas hacia él, sin ver nada dentro. Una bomba de humo apareció casi de la nada y no tuvieron tiempo de reaccionar antes de que detonase, cubriendo el área en una densa nube. Todos y cada uno de ellos tosieron mientras el humo llenaba sus pulmones antes de que se escucharan cuatro disparos. Cuatro cuerpos cayeron al suelo y se escucharon tres disparos más, matando a tres más y dejando agujeros humeantes en sus cabezas.

Comenzaron a disparar hacia el humo, pero se detuvieron momentáneamente cuando uno de ellos le agarró el cuello ensangrentado. El siguiente fue arrastrado por el humo y apenas hizo ruido antes de que se escuchara un fuerte chasquido. Otro desapareció pero reapareció poco después, con una gran laceración en el cuello y lo agarró antes de derrumbarse al suelo. Los dos últimos se miraron antes de correr por el pasillo, solo para gritar de agonía cuando les dispararon por la espalda con el rifle binario. Sus células se rompieron y sus cuerpos comenzaron a desintegrarse antes de convertirse en cenizas.

Seis salió del humo e ignoró los cuerpos, pasando por encima de los que yacían inmóviles en el suelo. Los pasillos estaban cubiertos de sangre y algunos cuerpos estaban desplomados contra las paredes, mientras que otros estaban en el suelo. Sus pasos sonaban pesados ​​al ver que no estaba tratando de estar callado y su mirada escaneaba constantemente el área circundante mientras su rastreador de movimiento no detectaba nada. Tuvo que detenerse cuando el Monitor flotó frente a él antes de pulsar varias veces y luego sujetarse a su correa.

"No quedan guardias ni científicos". Ella informó.

"No importará si hay alguno. El transporte está destruido y su única salida de esta isla está efectivamente cortada". Él dijo.

"Sin mencionar que he desactivado la secuencia de autodestrucción". Ella dijo.

"¿Tenía uno?" Preguntó.

"Lo hizo. Supongo que como último recurso, ¡oh, cómo deberías haber visto su rostro cuando se dio cuenta de que ni siquiera eso estaba funcionando!" Ella sonrió.

"¿Qué tan fuerte es?" Preguntó.

"Lo suficientemente fuerte como para destruir todo aquí". Ella respondió.

"Bien." Asintió y siguió caminando por los pasillos. Cada habitación fue revisada cuidadosamente, destruyendo cualquier evidencia después de aprender un poco sobre ella y luego pasar a la siguiente. Hubo un científico que pidió piedad, pero ignoró sus súplicas antes de cortar la cabeza de sus hombros con un golpe. En este punto, estaba completamente sin piedad y era repugnante pensar que incluso intentarían suplicar por alguna. Los minutos pasaron zumbando y se convirtieron en decenas de minutos antes de que finalmente se extendieran a casi una hora.

Realmente no quedaba nadie con vida, lo que significaba que Merlot era el único bastardo que quedaba respirando. Las pantallas de los pasillos cobraron vida y vio al médico; se veía más loco que de costumbre, pero eso no le molestó a Six. Solo significaba que ese feo intento de disfraz se estaba deslizando y mostrando su horrible rostro. Su cabello estaba aún más despeinado, la piel estaba húmeda y las arrugas aún más presentes, su ojo normal temblaba de rabia y un toque de locura mientras su ojo cibernético brillaba malévolamente.

"¡Criatura repugnante! ¿Tienes idea de cuántos datos se perdieron? ¡Años de investigación y recursos invaluables, por el desagüe! ¡Ni siquiera puedes intentar comprender lo que estaba haciendo mi trabajo por Remnant, por la humanidad en su conjunto! iba a llevarnos a la siguiente... Merlot no pudo terminar antes de que Auspicious lo interrumpiera una vez más.

"..." Él la miró mientras ella hacía lo mismo antes de encogerse de hombros y luego caminar hacia adelante. Había una puerta grande, más grande de lo que jamás había visto, al final del pasillo. Tenía al menos diez metros de altura y las puertas de aspecto pesado guardaban algo peligroso en el interior. Le hubiera gustado encontrar otro camino, pero resulta que este era el único camino a la oficina de Merlot. A juzgar por los gritos enfurecidos en la distancia, el bufón probablemente estaba lanzando otra de sus rabietas por no ser la persona más inteligente de la habitación.