Capitulo 5: Solo una Charla.

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POV, Normal.

Dolor entumecedor y agonía silenciosa era lo que sentía Hefesto en estos momentos.

Un nuevo renacimiento es la mejor explicación a la que Hefesto pudo llegar después de pensar un rato en lo que le paso.

Su cuerpo se estiro y se expandió a medida que las almas entraban en él, y se fusionaban con la suya. Su cuerpo paso de seis años a doce. Probablemente mas. El joven herrero se sentía pesado y aletargado. Apenas podía mantenerse despierto por pocos minutos sin sucumbir al sueño y querer descansar durante dias enteros.

Aun así, Hefesto duda de que sirva para que el dolor se le vaya.

Pero lo que mas le dolía era que Tetis y Eurínome estén llorando.

Le dolía mucho al joven Dios herrero.

.

.

.

"Ah T-tu tu ¡Tonto cabeza de yunque!". Grita Tetis a la cabeza de Hefesto que estaba entre sus pechos. La grimas caían en su cabello.

Con un mucho dolor y agotamiento, Hefesto movió los brazos para abrazar a Tetis. Estuvo desmayado durante una hora antes de despertarse acostado rodeado por las dos Ninfas, que no lo dejaban ni un segundo.

Mientras Tetis lloraba, Eurínome le acariciaba la espalda. El herrero podía sentir las lagrimas caer y rodar por su espalda. Con una mano, Hefesto alcanzo la cabeza de Eurínome detrás de él y comenzó a acariciarlas como pudo.

*Lloriqueo* *Lloriqueo*

*Lloriqueo* *Lloriqueo*

Las dos lloraron, Hefesto se sentía fatal. Mucho peor de lo que la absorción de las almas lo hizo sentir. Pero mucho peor.

"Hice eso sin contar en lo que les podía pasar o como se podían sentir". Hefesto quiso golpearse la cabeza contra su yunque, pero el yunque no estaba y el momento no era el adecuado.

" ... ".

*Suspiro*

"Supongo que es natural que los hombres, sin importar que raza, nazcan con el impulso de idiotez incorporado en sus cerebros". Hefesto dedujo una verdad universal.

"Estoy bien, estoy bien, calma, no tienen que seguir llorando por este cabeza de yunque". Hefesto les dijo a las Ninfas que seguían llorando.

"¿No tenemos que llorar? ¡Si tenemos que llorar!". Grita Eurínome separándose de Hefesto con lagrimas aun cayendo de sus ojos. "¡Hefesto creímos que habías muerto! ¡¿Tienes idea del miedo que sentimos cuando sentimos tu poder, y no te encontramos en la cueva?!".

Las lagrimas de ambas comienzan a caer con mas fuerza.

"No. No lo se. Lo siento". Hefesto se disculpo desde su corazón. "Lo siento de verdad".

Hefesto siento como Tetis se mueve, se aleja un poco de él para poner su cabeza en su hombro y susurrarle.

"No vuelvas a hacerlo". Susurro con una bella y tierna voz.

Hefesto sintió como si cubos de hielo le bajara por la espalda.

"Te lo prometo". Hefesto sabia que tal vez no podía cumplir esa promesa.

*Suspiro*

Eurínome suspira, antes de abrazar la espalda de Hefesto y poner su cabeza en el hombro libre.

Y así se quedaron los tres un largo rato. Hefesto regularmente acariciaba la espalda de Tetis y la cabeza de Eurínome. Al cabo de un rato las dos Ninfas terminaron durmiéndose en donde estaban, demasiado cansadas por las reciente explosión de emociones y de actividades repentinas. El nadar a todo lo que tiene hasta la isla, y encima de eso cruzar el liquido dorada que las obligaba a hacer el doble de esfuerzo, era demasiado para dos simples Ninfas con apenas el poder de un Dios menor.

Un Destino Forjado a Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora