Capitulo 11: Corazón Afligido.

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POV, Normal.

Hefesto estaba sentado frente a Tetis y Eurínome, sentado no en el sentido común de la palabra. Era más como él arrodillado y ellas sentadas viéndolo con firmeza. Las esferas de metal y mineral estaban juntas en el suelo, acomodadas es una esquina apartada.

Ya habia contado todo lo que tenia que contar, dicho todo lo que tenía que decir y admitido todo lo que tenía que admitir. Bueno, no todo en lo absoluto, aun hay cosas que no dijo.

Y ahora espera el juicio de las dos.

" ... Entonces". Comienza Eurínome de manera lenta, no sabía exactamente cómo comenzar.

"Tienes los ... recuerdos ... de un tiempo futuro". Después de una muy corta deliberación, Eurínome suelta sus palabras. Aun así, se sintieron raras en su paladar.

" ... ". Tetis no dijo absolutamente nada, solo se quedo viendo a Hefesto con ojos apagados.

"Sí". Hefesto dice, aun con la cara viendo al suelo. Podía sentir los ojos de Tetis en su nuca, y le daban mucho miedo.

"Entonces, durante todo este tiempo que estuvimos contigo". La voz de la Oceánide obtuvo un tinte ... diferente, uno que Hefesto no pudo ubicar de inmediato. "Eras consciente de todo, y sabías ... exactamente lo que pasaba".

"Sí". El joven herrero volvió a responder.

" ... ". Tetis siguió sin decir nada, sus ojos vacíos fijos en Hefesto. Como la mirada de un cazador en su presa.

"Eso significa que cuando te dabamos leche ... tu ..". En tono en la voz de Eurínome sigue ahí,y se volvía más fuerte sin que ella aumentará su voz.

"Sí". Hefesto responde antes de que ella pueda terminar, ya las almas femeninas dentro de él pudieron ubicar ese tono. 

Y queria terminar rapido con esto.

" ... ". Eurínome no dijo nada, solo veía a Hefesto.

" ... ". Tetis seguía sin decir nada, solo se quedo ahí viendo a Hefesto.

" ... ". Hefesto no dijo nada, solo se quedo quieto esperando el juicio de las dos mujeres presentes.

Se quedaron ahí, sin decir nada en ningún momento.

En silencio inundo la casa de mármol, ni siquiera los habituales sonidos del fuego se podían escuchar. En concordancia con la actitud de Hefesto, la isla parecía apagada y trataba de esconderse.

En silencio se prolongó durante más tiempo, al punto de que para el pobre Hefesto parecieron horas, horas que sintió muy firmemente. Su espalda le dolía, su cuello le dolía, sus piernas le dolían.

Cosa que debería ser imposible dado su estatus de Dios, pero parece que su miedo en la situación le hizo olvidarlo y que su cuerpo fuera afectado por las dolencias más comunes.

"¿Que hiciste con ella?". Tetis habla repentinamente, su voz era fría, en total contraste con la dulce voz que tenía normalmente.

"¿Q-que hice con quién?". Pregunta Hefesto, sabia a quien se refería su madre sustituta, pero su nerviosismo lo hizo actuar como un tonto.

*Hissh~*

Cosa que termino muy mal dado que causó que Tetis se molestara, y liberara su poder como entidad casi divina. Aunque era sumamente menor e inferior al de un Dios en pleno derecho o a un Titan, si podía hacer sudar a cualquier mortal, y en la situación de Hefesto, se sentía muy por debajo que eso.

"Tu. Sabes. Quien". Dijo Tetis con una seriedad mortal.

*Gulp~*

"Bueno, fui a-". Hefesto comienza, pero interrumpido bruscamente.

Un Destino Forjado a Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora