Capitulo 9: Nuevos Juguetes.

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POV, Hefesto.

Una de las cosas de las cuales me acabo de dar cuenta, es que soy malo con las armas.

No un momento ... palabras equivocadas.

No soy bueno con las espadas.

Sí, esas son las correctas.

Use espadas por conveniencia, considerando que son las armas más fáciles de usar y las más prácticas.

Tuve razón, tengo una habilidad decente en el uso de las espadas. Misma que tendría cualquier persona normal, y que puede subir con el entrenamiento adecuado. Al ser un Dios de la herrería y las artesanías, así como el fuego y los volcanes. Mis capacidades y fortalezas radican en esas áreas.

Dioses de la guerra como Ares y Atenea, son muy superiores a cualquier cosa que yo podría llegar a lograr sin un dominio las artes bélicas como tal.

Lo comprobé cuando vi a Ares y Atenea peleando entre ellos con armas, ambos usaban los regalos que les di.

No soy ningun experto, pero sé con seguridad que ambos podrían haber derrotado al Podrido y a Gundyr con más facilidad de lo que yo lo hice. Aun esto es como una estimación, no sé qué tan fuertes serían si se volverian mortales, y su divinidad fuera bloqueada.

Lo descubrí cuando fui a buscar a Hécate en el Monte Olimpo.

Afortunadamente tenía la autorización para entrar libremente, siempre y cuando mostrara cortesía a Zeus o a alguno de los Dioses principales. En los cuales esta Hera como esposa de Zeus.

Afortunadamente no me encontré con esa última.

Durante el camino al templo de Hécate en el Olimpo, oí de las Ninfas y de otros seres divinos presentes, que Atenea y Ares estaban peleando. Solo los vi peleando un momento, antes de volver a mi camino. No se necesito ser un genio para saber que Atenea va a ganar. Es fácil ver que Ares solo usaba la espada que le di, mientras Atenea usaba el escudo que le di y una espada propia.

Ares no tiene defensa más allá de su armadura, y Atenea tiene un escudo enorme que puede clavar en el suelo como punto de apoyo para dar una estocada o un corte con la espada.

Además, yo cree esa espada y ese escudo. Se muy bien cual es mas fuerte.

Pero con solo ver como manejan sus armas, me deja en claro que no soy bueno usando espadas.

Después de unos momentos llegue hasta el templo de Hécate, que estaba cerca del de Deméter y Perséfone.

Era relativamente grande, y era un espacio excavado a un costado de la montaña, separándose de ella por unos pocos de metros. Se separaba un poco del resto de los templos, como si quisiera distanciarse del resto de Dioses del Olimpo. 

Tenía el mismo diseño y forma típico de todos los templos griegos. Pero esta tenía muchas telas y velos de colores oscuros colgando el techo y los pilares.

Había alfombras y cojines por el lugar cuando entré, así como farolas y platos colgando del techo. Hay un círculo grande en el centro, así como otros más pequeños que dejan pasar la luz del sol. Con lo que se de Hécate, ella está relacionada con la luna hasta cierto punto. Lo comparte con otras entidades lunares divinas.

Artemisa y la hermana de Helios, creo que es.

No importa, seguramente los conocere más tarde. Probablemente obligado.

"Ah, el nuevo Dios me visita, que singular". Dijo una voz repentinamente, sonando desde todos los lados productos de un eco muy extraño.

No pude evitar voltear a todos los lados, buscando su origen. El sonido de un viento que me sacudió la espalda me lo contesto.

Un Destino Forjado a Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora