La mujer de mi padre - Pt. 3

2.2K 19 1
                                    

Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue irme a mi habitación, cerré la puerta colocando el seguro, tomé mi laptop y me dispuse a buscar la dirección, resulta que el hotel se encontraba fuera de la ciudad, lo cual resultaba perfecto, ya que no deseaba ser descubierto por alguna persona allegada a mi familia, o por mi familia misma, a pesar de eso, la idea de tenerla por fin para mí en un lugar más discreto me encantaba, de hecho, ya imaginaba lo bien que la íbamos a pasar. De repente, algo detuvo mi tan excitante momento con mis pensamientos: Eva no me había escrito la fecha.

Así que me dispuse a escribirle a su teléfono, pero no recibí respuesta alguna, tenía ganas de verla, pero, no quería verme como alguien intenso, sobre todo porque no lo era, no quedándome más remedio que esperar hasta la noche para volver a intentarlo, mientras tanto, me quedé terminando algunos asuntos que tenía pendientes. No fue hasta que el reloj de mi habitación había marcado la medianoche que volví a escribirle a Eva, esta vez ella respondió, primero pidió disculpas por no contestar antes, y luego de eso, me dijo lo que deseaba saber: Ella y yo nos encontraríamos en una plaza en el centro de la ciudad, el día sábado a las nueve de la noche, yo le dije que estaba con ansias por verla, ella contestó que estuviera tranquilo, que cuando sea el día, ella y yo tendríamos la noche más ardiente que hayamos tenido, yo me emocioné más, luego de eso colgué el teléfono y estuve mirando el techo de mi habitación, y masturbándome varias veces, ya que estaba demasiado caliente con toda la situación.

Los días parecían pasar lento — quizá era mi percepción—, a pesar de eso mis ganas de tenerla aumentaban, más aún cuando ella y yo hablábamos por videollamada, siempre esperábamos que mi padre durmiera como un tronco para que ella se levantara de la cama y fuera a la sala únicamente con su camisón de dormir, Eva siempre se quitaba la ropa interior antes de verse por videollamada conmigo, y me lo hacía saber siempre con la intención de excitarme, ella sabía que lo lograba tan fácilmente, yo no ponía resistencia para sus actos de provocación, nos tocábamos de una forma tan deliciosa, que perdíamos la noción de la hora, luego de estar vas desnuda tocándose los senos y estimulando su vagina al punto de alcanzar el famoso y rico squirt, siempre sucedía que mi padre se levantaba al baño, al no verla siempre la llamaba, lo que hacía que nuestro encuentro se terminará abruptamente, pero esa vez no me importó como en otras ocasiones, ella pedía parar, pero esta vez me rehusé, lo deseaba, quería que Eva termine, que acabara en sus hermosos dedos, y así lo hizo, al terminar, ella rápidamente cerró la videollamada, cuando mi padre salió, Eva estaba sentada en el sofá, mirando el teléfono como si nada ocurriera.

Pasaron los días y mis ganas de tenerla creían, estaba demasiado ansioso, hacer mis cosas era casi imposible, inclusive mis hermanos se estaban dando cuenta de mi ansiedad, de vez en cuando tenía a mi hermano menor, Andrés, siempre jodiendo con preguntas para saber si estaba bien, o si necesitaba, "hacerme una paja" para estar tranquilo, yo siempre tenía que darle su correctivo por metiche, y le advertía que no esté de fisgón en mis cosas. Cuando Andrés no estaba molestando, era Gianluca, mi hermano mayor, la persona que estaría detrás de mí, siempre preguntando si algo sucedía, a lo que siempre respondía con un, "Estoy bien, ya deja de joder".

Cuando llegó el día viernes, yo estaba más que extasiado con todo lo que pasaría, tanto era mi éxtasis que, de solo imaginarlo, provocaba en mí una tremenda erección en mis pantalones que era casi difícil de ocultar. De pronto, un mensaje llegó a mi teléfono celular, el mensaje era de Eva, al parecer tenía algo importante y urgente para mí, abrí el mensaje, era corto, pero me dejaría con una gran inquietud.

"Ya hice la reservación para el hotel, solo debes ir, yo estaré esperándote. Prepárate, mañana te tengo una sorpresa, estoy seguro que te encantará. Besos. Eva."

Aquello me dejó sumamente intrigado, enseguida pensé que hablaba sobre alguna prenda íntima que se compró y que justo estrenaría conmigo, quizá era una lencería de encaje, o un babydoll, lo que fuera que sea, estaba seguro que me gustaría.

Historias Lascivas Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora