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Ya era tarde, la fiesta había iniciado hace unas horas pero se sentía igual de aburrido, George estaba en el balcón donde veía todo el panorama del salón, solo que ahora estaba solo, sus padres habían ido a hablar con los reyes, probablemente a negociar cosas importantes, entre ellas su mano.

Al empezar a aburrirse empezó a localizar a cada uno de los invitados, los que bailaban, los que disfrutaban o solo los que estaban, tratando de buscar al de aquella máscara tan peculiar, pero no reconoció a nadie, solo los mismos con las mismas aburridas máscaras.

De lejos vio a Wilbur, quien conversaba con reyes, ahora aliados de el futuro reino de Technoblade. George soltó una pequeña risa al ver a Wilbur tan incómodo, sabía que Wilbur no quería estar ahí pero su hermano lo ayudaba a hacer algo en la vida.

Escuchó a alguien acercarse, pero solo era el mayordomo diciéndole que sus padres lo querían abajo, George hizo caso, llegando a uno de los extremos del salón.

—¿Aún no hay nadie especial? — Preguntó el rey, como si encontrar a alguien fuera lo más buscado por el menor.

George pensó una y otra vez si seria buena idea contarle sobre el enmascarado, pero finalmente negó con la cabeza. Había sido un acto muy raro e irrespetuoso para si mismo ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué no lo detuvo?

—Luego hablaremos. — Dijo el rey, al observar que un chico se acercaba a ellos con intenciones de hablarles, George pasó su mirada a la persona que había interrumpido.

El chico era alto (mucho más alto que George, con mucho esfuerzo le alcanzaba su hombro), tenía el cabello rubio y ojos verde claros, una sonrisa serena y amigable se reflejaba en su rostro, vestía y traje verde oscuro a juego con su máscara, sus guantes eran negros completamente.

—Siento interrumpir, señor. — Inclinó su torso en forma de respeto, el rey solo inclinó un poco su cabeza.

—Príncipe Clay, un gusto volver a verlo. — Respondió el padre de George.

—Igualmente. — Habló Clay, notando a George a lado del rey quien solo miraba al príncipe, este al notarlo le dio una sonrisa y se inclinó nuevamente ahora en su dirección. — Príncipe George.

George no lo recordaba mucho, pero sabía que el padre de Clay era muy cercano al suyo al igual que el reino. Apesar de eso, nunca tuvieron una conversación formal, solo miradas de niños tratando de darle una señal al otro para ir a jugar.

—Tengo que irme, espero sigan disfrutando la fiesta. — Se despidió el rey mientras caminaba a otro lado, dejando a ambos príncipes solos.

Los dos príncipes tenían la mirada en la fiesta, parecía calida y llena de alegría, pero sin dejar de lado la formalidad.

—¿Recuerda las fiestas a las que íbamos? — Habló de repente Clay, provocando la mirada confundida de George. —Tal vez nunca hablamos ni convivimos, pero siempre quise conocerlo más cerca. — El rubio tomó una copa y después pasó la mirada al menor.

—Si está aquí por esto, no creo que-... — Fue interrumpido por el mayor.

—¿Recuerda aquellas flores en una caja que le llevaban cuando estaba enfermo? Algunas veces me ayudaron a recolectarlas. — Clay miró su copa mientras movía sutilmente el líquido en su interior.

Esa era la única cosa que recordaba, cada día que estuviera enfermo le llegaba una pequeña caja con flores pequeñas, pero en cada caja, había una nota firmando "Dream", George no sabía que era él. Bajó un poco su mirada, sabía que los colores se le habían subido a sus mejillas.

—Puede sonar raro, pero nos conocemos más de lo que parece. — El rubio dio un pequeño trago, para después volver a dejar la copa y ofrecer su mano a George. —Solo que nunca nos dimos el tiempo. ¿Quiere bailar?

George asintió con la cabeza mientras tomaba su mano, mientras caminaban al centro, miró a su padre, quien hablaba con el director de la orquesta, solo vio como este último asentía a lo que decía el rey. En cuanto inició la canción, supo que había sido preparado y era un baile solo para dos.

—Príncipe, no es buena idea. — Dijo George, mientras Clay lo llevaba al centro, ya ahí y con la atención de todos, se sentía más pequeño aún.

—Hey, solo mírame a mi ¿Esta bien? Tus ojos en mi. — Respondió mientras ponía su mano en la cintura de George y este último ponía su mano en el hombro del rubio, las manos sobrantes las juntaron.

El menor hizo lo que el mayor le recomendó, ambos se miraban, Clay con una mirada serena y una sonrisa, mientras que George una mirada genuina e inocente. Ambos danzaban al ritmo de la música, daban vueltas por el salón, sus pasos eran tan coordinados como si hubieran nacido para eso, danzar juntos.

De vez en cuando le guiaba una vuelta con la mano a George, ambos disfrutaban ese momento. La luz caía en ellos, haciéndolos ver como una verdadera pareja, como si encontrarse y vivir juntos era parte de su destino. Tenían la atención de todos pero eso ya no le importaba a Clay ni a George.

La música fue acabando poco a poco, dejando a Clay y a George en el centro, ambos mirándose el uno al otro, la gente dio algunos aplausos, murmullos e incluso halagos, lo que hizo sacar a George de sus pensamientos y a sentirse otra vez intimidado.

—Un placer bailar con usted. — Habló Clay que, con aún la mano de George sobre la suya, le dio un suave beso en esta, la cuál estaba fría al no tener guantes.

El mayor sacó a George de la pista, la música continuó y los presentes seguían hablando entre sí.

La corona [DreamNotFound] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora