Aquella ducha tan relajante que me di. Me sirvió para pensar lo que hice a noche mientras me miraba en el espejo. Secaba mi cabello pensando en qué no estoy para nada arrepentida de a verme acostado con Tyler. Al contrario, me gustó. Hablando del Rey de Roma. Limpiaba con mi mano el vapor de el espejo. Estaba apoyado en la puerta. Le miraba en el espejo sin parar de secar mi pelo. Dejaba la toalla encima de el lavabo. Cogía mi peine peinándolo despacio. -Buenos días.-Decía Tyler. Se acercaba a mí. Se ponía detrás mía poniendo cada mano a mi cintura rodeándola.- -Buenos días.-Me quedaba quieta. Me seguía peinando actuando normal.- -¿Te duchaste ya? Quería ducharme contigo.-Susurraba en mi oído.- -Pues ahí otros dos cuarto de baños más para que te puedas duchar.-Alzaba mi ceja mirándole por el espejo. Sonreía un poco de lado.- No invades este que es mío. -Oh, la señorita Charlotte no quiere que le invadan su baño, pero si otras cosas.-Seguía susurrando en mi oído. Notaba como me besaba luego por mi cuello.- -Por qué no es molestó que me invades otros sitios.-Estiraba mi cuello intentando peinarme. Dejaba el peine encima de el lavabo dejándome hacer. Se me escapaba la risa intentando quitarme.- Pero como eso fue anoche, ya no ahí más.- -Hm.-Me giraba por la cintura. Quedaba cara a cara con él. Notaba su mano subiéndolo por mis labios. Lo acariciaba.- ¿No habrá mas? Me haces pensar que no te gustó lo de anoche.- -Puede que si, puede que no.-Alzaba mis cejas haciéndome la dudosa. Me reía levemente.- Lo que hicimos anoche lo hace las parejas, y nosotros no lo somos.- -Por favor Charlotte, no me digas qué..- -Si no me lo propones, no seremos nada.-Me daba la vuelta de nuevo. Me ponía bien la toalla de mi cuerpo. Le miraba en el espejo.- A si que tu sabrás.-Sonreía pícaramente, dejando ver mis dientes.- -Charlotte, no tengo quince años.-Miraba a otro lado algo avergonzado. Aunque se reía.- -Tienes veintidós, no eres un viejo aún.-Frucía el ceño mirándole por el espejo. Me giraba de nuevo amarrando mi toalla.- Si vas a usar este baño, recogelo todo después.-Tocaba su pelo alborotandolo.- Y ve pensando lo que te he dicho, o si no..-Dejaba caer mi toalla. Ponía mi manos a cada lado de mi cintura.- Esto no vuelves a ver.- Tyler bajaba la mirada. Veía como se mordía el labio. Subió la mirada a mis ojos. Entre abría un poco sus labios. Notaba su mano poniéndola en mi cadera.
Le di un azote en la mano. Luego negué riendo levemente. Volvía a mirar hacia a otro lado riendo mientras negaba.
Después de vestirme en mi habitación. Nada mas y nada más que unos vaqueros ajustados. Una camiseta manga larga y pegada negra. Y volviendo a rizar mi pelo. Iba a la cocina para desayunar y hablar con algunos abogados. Tenía que arreglar lo de Nathan. Estaba apoyada en la encima mientras comía un croissant. Comía despacio mientras veía en una guía a los mejores abogado. Oía como Tyler entraba en la cocina. Giré unos instantes la mirada hacia a él. Para luego centrarme a la guía.
-¿Tengo que hacerlo? ¿En serio?.-Preguntaba él, con un tono de pesadez en su voz.- -Si quieres, si no no.-Hablaba cuando no comía. Luego seguía comiendo atenta a la guía.- -Si no lo hago no podré invadir tus zonas íntimas.- -Ajá.-Asentía mirando la guía.- -¿Por qué tengo que hacerlo?.-
-Hm.-Terminaba de comerme ese croissant. Sacudía mis manos. Subía la mirada a él.- La primera es por qué quiero un respeto, no seré tú..-Intentaba buscar una palabra poco grosera.- Tu segundo plato por a sí decirlo, no quiero que cuando te vayas de la casa te acuestes con una y luego por qué estoy aquí te acuestas conmigo.- -Venga Charlotte, no haría eso, sabes perfectamente que tengo sentimientos por ti, y aparte..-Ponía la mano en su nuca, encogiendo sus hombros.- De lo que hicimos anoche, te consideró ya como mi pareja.- -Pues yo no, por qué no he oído la frase famosa que todos los chicos le dicen a las chicas buenas.- -Charlotte te estas flipando.-Echaba una risa, mientras se me quedaba mirando.- -Vale, estaré flipando, pero más flipando estarás cuando tengas que verme en lencería todo los días en casa.- -Pero si nunca pasas por casa en lencería.- -Oh.-Ponía mi boca en "O".- Ahora si.-Encogía mis hombros, sonreía ampliamente irónicamente. Andaba la puerta de la cocina para salir. La mano de Tyler me lo impidió cuando cogía de mi brazo. Me pegó hacia a él.- -No te me escapas.-Cogía de mi culo para sentarme en la mesa.- Eché una carcajada nerviosamente. Rodeaba su cintura para no caerme. Me dejaba sentar en la mesa. Tyler se inclinaba a mi dejando unos centímetros de nuestros labios un espacio. -¿Quieres ser mi novia?.-Preguntó él. Se me quedaba mirando a los ojos ansioso a la respuesta.- -Hm.-Escondía mis labios para no reírme. Aguantaba la risa a su reacción. Se me escapaba la risa de repente. Vi como se aparto uno pasos de mi. Ponía mi mano en el estómago sin parar de reírme.- Tu cara, tu cara era para..-Decía entre risas.- -Por favor no te rías de mi.-Decía el riéndose levemente, aunque negaba.- -Vale ya en serio.-Paraba de reírme poco a poco mientras le miraba, puse pucheros.- Que mono eres.- -Que bromista.-Forzaba esta vez su risa.- -Lo siento, perdona.-Dejaba de reírme, mientras alzaba mis cejas.- -En serio Charlotte.-Se volvía acercar a mí. Cogía mis manos de repente. Centraba sus ojos azules a mí fijamente.- ¿Quieres ser mía o no?.- Miraba cada acto que hacía. Miraba sus manos como tocaba las mías con suavidad. Cuando oí su pregunta. Me fijaba en su mirada.
El corazón me iba como un motor de un coche cuando va acelerando más rápido. Entre abría mis labios. Cogía aire luego.
-Claro que quiero, quiero ser tuya.-Asentía rápidamente. Rodeaba su cuello inclinandome a sus labios. Esta vez era yo quién le estaba besando.- Noté sus manos pasándola por mis espaldas. Otra vez iba a caer en sus redes. Me apartaba de sus labios mientras sonreía levemente. Me bajaba de la mesa. Me ponía bien la ropa mientras le miraba.
-Voy a ir al despacho, tengo que encontrar un abogado y solucionar lo de Nathan.- -¿Ahora? Arreglalo después, vámonos de vacaciones.- -¿De vacaciones? ¿Crees que voy a estar tranquila de vacaciones sabiendo que ese cabrón vive en una casa que es por cierto mía?.- -Charlotte, cuando volvamos tendrás tiempo, por una vez, vámonos.- Me quedaba mirando como me pedía que me despejará con él. No era mala idea. Pero el pensamiento que tenía de él viviendo en mi casa. Mientras se reía de mi cara. Todo el dinero mandado era para él. No podía. Negaba despacio. -No puedo.-
Estaba en el despacho sintiéndome un poco mal por Tyler. El quería que me relajará. Pero no podía. Si Nathan me hubiera dicho que necesitaba dinero para una casa se lo hubiera dado encantada. Pero no con engaños. Rotundamente no.
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El precio de la vida.
Novela JuvenilCharlotte Jenkins tan solo tiene 18 años. Entra en la universidad de América más cara y famosa junto a su mejor amigo Nathan. Pero no por que sean ricos, si no por su buenas notas. Es por eso que la reputación de ambos cambiarán. Aunque ella sigue p...