Había sido un magnífico desfile. Aplaudían. Aplaudiamos. Me aplaudían. James agarró mi mano llevándome a la pasarela. No paraba de sonreír de felicidad. Miraba a todos saludando con la mano. Ya era la modelo estelar. Nos cambiamos en los vestuarios. De repente una chica gritaba algo que habían encontrado a Anna. Todas corrieron hacia al baño del pasillo. Yo tuve que hacerme la sorprendida corriendo también. Entraron todos. Ella se encontraba desvelándose con unas pastillas en su mano. Y una botella de champán en la otra. Martina nos empezaron apartar. Ella se sorprendió más que ninguna. Intentaba ayudarla levantándola. Anna despertaba lentamente. Con mareos. Soltó lo qué tenía en sus manos. Miraba su alrededor. No sabía que había pasado. -¿Has estado tomando pastillas y.. alcohol?.-Preguntaba Martina.- -Y-yo no sé como acabé aquí Martina -Se quedaba sentada en el suelo, veía que estaba desorientada.- -Ya me dirás este..-Se agachaba cogiendo el bote de pastillas, se lo mostraba.- Este maldito bote de pastillas.- -No es mío, no es mío.- -Hm.-Guardaba el bote de pastilla. Martina la ayudaba a levantarla.- Nos mandaron a que nos fuéramos a fuera para que pudieran pasar con tranquilidad. Tuvieron que irse a sus habitaciones. Yo me quedé en el pasillo para ver como la sacaban de el baño. 30 minutos antes. Iba a salir la última para cerrar el desfile. Buscaba desesperadamente algo para culparla de algo. Para que la echasen de esta agencia. Tocaba los bolsos de la diseñadoras. Encontré algo. Un bote de pastillas. Para la depresión. Esto me valdrá. Sigilosamente salí con el traje con cuidado hasta al baño. Seguía inconsciente. Dejaba un par de pastillas en su mano. Dejando el bote al lado. Tenía que encontrar algo. Vamos Charlotte. Salía del baño. En el pasillo había un carro pequeño con bebidas. Bien. Le dejé también esa botella de champán para que fuera como un suicidio. Ya tenía motivo perfecto. Para que se fuera. ******* Martina salió soltándola. Andaba Martina primero al despacho. Anna se quedó mirándome abriendo su boca sorprendida. Le dejé que viera mi sonrisa de victoria de lado a lado. Puse después unos pucheros pestañeando varias veces. Le decía adiós con la mano. Una menos. Al cabo del año. Ganaba un millón cada vez. Y no paraba de mandar dinero por cada lado del mundo a mi madre para las sesiones. Estaba cansada de modelar cada dos por tres. Por suerte. Nos dieron dos semanas de vacaciones. Y como estábamos en la ciudad de Alemania. Decidimos beber hasta reventar. Bailaba con Kitty en una discoteca. En una gran sala de discoteca. Fumábamos y bebíamos. Llevábamos tiempo sin irnos de fiesta. Suerte que también nos invitaban. Había muchos admiradores qué le gustábamos. No paraba de hacerme fotos con aquellos rubios y altos alemanes. De firmar autógrafos en mis propias fotos. Era una locura. En ese momento sostenía mi copa de vodka. Y mi otro brazo rodeaba el cuello de Kitty. No necesitábamos a nadie para pasarla bien. Miré entre cerrando mis ojos notando flash. Había chicas rubias alrededor de unos de los modelos. Cogía la mano de Kitty andando para acoplarme. Y resultó que era Tyler quién lo estaban fotografiando. Di un trago a mi copa mirando como él posaba. Como rodeaba las cinturas a esas chicas. Le di la copa a Kitty andando hacia a ellos. Tyler giró su mirada a mí. No se esperaba qué estuviera en el mismo sitio. Se despidió de la chicas andando hacía a mí. -Estos alemanes nos sacan medio metro más.-Decía Tyler.- -¿Que importa? Están para echarles un polvo.- -¿Quieres tirarte a algún tío de aquí? Pobre Nathan.- -Es una expresión, y nunca le sería infiel a Nathan.-Dije a la defensiva.- -Lo decías tan segura.- -¿Y que pasa? ¿Eres ahora el qué salva mi relación?.- -¿Yo? A mi me da igual lo que le hagas a Nathan.- -Te conviene.-Hice como si tosiera, para que no lo escuchará.- -¿Qué?.- -¡Que quiero otra copa!.-Gritaba alzando mis brazos al aire.- Tyler negaba riéndose. Bajé mis brazos con una sonrisa. De broma y broma. Nos retamos a beber chupitos. Los demás también se apuntaron. Estábamos demasiado bebidos. Y algo drogados. Era algo tarde. Algunos iban a irse a América para ver a su familia e aprovechar las vacaciones. Por eso nos volvimos al hotel. ****** Quité mis tacones tirándolo por los aires. Eché una carcajada. Me tire en la cama tumbandome boca abajo. Quería quedarme dormida. Pero los pasos de Kitty no me dejaban dormir. Me giré quedando boca arriba mirándola. Se estaba haciendo un porro. Me acomode en la cama mejor mirándola. -Tu como siempre.-Negaba riendome leve.- -Quiero relajarme.-Se sentaba en su cama, haciéndose el porro.- Cansa muchísimo, te agota modelar, y ahora irte de fiesta de repente, es dolor de cabeza, me fumó esta mierda y duermo tranquilamente.- -Yo pensaba antes que modelar era un juego, pero tiene sus riesgos, ahora tengo que adelgazar unos kilos más por ser la estelar.- -Por eso prefería quedarme en una modelo normal.- -¿Es malo ser una modelo famosa internacionalmente?.- -No, pero cuando uno se convierte en más famoso, quiere más y más, eso ya es un problema.- -No creo que lo sea Kitty.- -Lo es, he visto como modelos se han machacado entre ellos para conseguir un puesto más, y al final.. acaban mal.- -¿Crees que acabaré yo así?.- -Lo dudó, tu te ganaste lo qué tienes ahora a mérito propio.- -Ya.- Lo que decía Kitty. Me preocupaba. Tenia razón. Arruiné la carrera de Anna. Pero ella iba hacer lo mismo. A si que tampoco hice nada malo. Nos fumábamos el porro entre la dos. Alguien estaba pegando a nuestra puerta. Kitty se levantó. Entro Kitty con Tyler. Me quedaba mirándole fumando. Se sentó Tyler en mi cama. Se inclinó quitándome el porro. Le eché una mala mirada. -Ya podrías a ver preguntado.-Dije irónicamente, me sentaba en la cama.- -Tu estas demasiado ciega.-Decía él.- -¿Y Christopher?.-Decía Kitty.- -Se quedó dormido.-Decía él.- -¿Y que haces tu aquí?.-Preguntaba Kitty, bordemente.- -También quería relajarme un poco.- -Relajate en tu cuarto.-Alzo su mirada a mi.- Voy al cuarto de baño, cuando vuelva, le echas.-Se iba al baño.- Tyler se terminaba de fumarse el porro, y lo tiraba en un cenicero. Me miraba estirándose. -Que manía me tiene.-Decía él.- -Sera por algo.-Decía sin mirarle, miraba al suelo.- -Paso de ella.- No se por que. No le dije nada más. Toqué en ese momento el colgante de Nathan, el que me regaló. Ya qué tenía mis vacaciones. Yo podía irme también a Chicago. Quería ver a mi madre.
Quería ver a Nathan. Le echaba de menos. Eran muchos meses sin vernos. Pero otra parte de mi corazón, no quería verle por qué algo me lo impedía. -Creo que mañana me voy a ir a Chicago.-Dije susurrando, de repente, sin soltar el colgante.- -¿De verás? Mandale saludos de mi parte a Nathan.-Decía él, se levantaba de la cama andando.- -Diselo tu mismo.- -¿Como que yo mismo?.- -Ven conmigo a Chicago.-Alce mi mirada a él, soltaba el collar despacio.- -¿Yo?.-Frucía su ceño extrañadamente, sacudió su cabeza.- ¿Yo para qué?.- -Pienso que echas de menos a tus padres, supongo que lo querrás ver.- -Sería a los últimos en ver.-Dijo echando una risa irónica.- A mi padre más bien.- -Ah bueno.-Aparte la mirada de él.- -Haz lo que te he dicho, manda saludo a Nathan, y también a tu madre, aunque no la conozca.- -Claro.-Dije secamente.- Creó que esa parte que no me dejaba querer ver a Nathan era él. Por qué ya era meses, casi un año. Yo vine aquí sin querer a Nathan como de pareja. Y me sigue pasando lo mismo. Solo le tengo cariño. Amor de amigos. Nada más. Estoy reprimiendo mis sentimientos por una relación que no vale.. para nada. **** Todos se fueron a sus respectivas ciudades muy temprano. Kitty se fue con Chris de compras creó. Le dije que me iría a Chicago más tarde. Estaba en el aeropuerto para coger uno vuelo. Voy a ver a mi madre finalmente. Que alegría. Estaba andando a recepción. Mis pasos se helaron cuando noté una mano en mi hombro. Me giraba despacio para ver quien era. Me sorprendí metiendo mi pelo por la oreja. Tyler había venido. Me quedaba mirándole fruciendo mi ceño. -¿Que haces aquí?.-Pregunté.- -Voy a ir contigo, prefiero saludar a Nathan en persona.- -Me parece una buena idea.-Decía poniendo una pequeña sonrisa.- -Ah, y conocer a tu madre también.- -Eso es una idea mejor.-Dije echando una risa, mostrando al final una sonrisa.- Avión. Taxi. Enfrente de mi casa. Andando a la puerta de mi casa. Quietos. Nos mirábamos el uno al otro. Volví a mirar a la puerta. No sé como mi madre reaccionaría después de sin verme durante nueve meses. Me escapé. Toqué la puerta un par de veces. Abrieron un poco la puerta a los segundos. Nadie salía. Alcé una ceja sin entender. Puse la mano en la puerta abriéndola despacio. Entraba en casa buscando a mi madre. La llamaba para ver si me escuchaba. Ella respondió. Ande hasta la cocina corriendo. Tape mi boca sin creerme lo que veía. -¡Mamá!.-Grité con asombro, no paraba de quitar la vista en ella.- -Hm.-Se giró dándose la vuelta. Abrió su boca sorprendida. Abría sus brazos corriendo hacía a mi.- ¡Charlotte!.- Me estaba abrazando.- -Mamá.-Decía atónita dejandome abrazar. Le seguía el abrazo después. Ella se apartó poniendo una mano en cada cintura. No paraba de mirar sus piernas.- ¡Puedes andar!.- -Si mi vida, puedo andar, y gracias a ti.- -No estoy para que me des agradecimientos ahora, si no para estar contigo.- -Pero eres mi hija, y te lo agradezco, esto no sirve con un simple gracias.- -Para mi si, mamá.-Miraba a sus ojos sonriendo felizmente, asentía. Luego mire de reojo a la puerta. Estaba Tyler apoyado en ella mirándonos.- -Bonita escena de madre e hija.-Decía Tyler.-
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El precio de la vida.
Teen FictionCharlotte Jenkins tan solo tiene 18 años. Entra en la universidad de América más cara y famosa junto a su mejor amigo Nathan. Pero no por que sean ricos, si no por su buenas notas. Es por eso que la reputación de ambos cambiarán. Aunque ella sigue p...