— lenguaje explícito/ vulgar, nsfw
— advertencia. temas delicados
— headcanons al final de la historia.
— prohibida su copia y/o adaptación
Días después de la boda
La tarde llegó más rápido que de costumbre, Mikey se encontraba atareado aún en su aula correspondiente, estaban a pocos días de terminar las evaluaciones de los niños de último grado de kinder y sabía era más papeleo para él y administradores de la dirección.
Así que con aburrimiento y ya muy claro cansancio, se levantó de su lugar tomando en mano su mochila con todas las cosas necesarias y pidió al ser del universo poder encontrar relajación ese fin de semana, enseguida para salir del aula y caminar por los pasillos despidiéndose de colegas y personal de limpieza
Cuando estuvo fuera de la escuela se dirigió hasta el estacionamiento y de ahí salió junto a su motocicleta hasta casa, moría de hambre y tenía antojo de muchos dorayakis, aparte de un plato de ramen picante. Ya después vería que comprar para cenar con Mitsuya o en todo caso, pedirle al pelilila que lleve algo él
. . .
Dando un bocado grande al delicioso pescado relleno de dulce, siguió anotando en su laptop las preguntas bastantes fáciles de los exámenes, no sabía como es que había reprobado de niño esos trabajos cuando ahora se burlaba de ellos. Pero eran los giros de la vida, y eso, sono muy Shinichiro
Cerca de las siete de la noche un mensaje se hizo visible en la bandeja de su celular y no perdió tiempo cuando abrió el mismo y respondió a su amigo
Mikey, esta noche llegaré más tarde, tengo
algunos planes con Hakkai. Duerme temprano
y sal a comprar algo de cenar 06:41 p.mTranquilo Taka, ve con cuidado, soy un hombre
adulto, se resolver mis problemas 06:43 p.mDespués de aquella respuesta, con una sonrisa llena de orgullo volvió a dar un mordisco a su dorayaki, aunque se vió interrumpido por el sonido del timbre de la puerta. Claramente confundido pensó en quién podría ser, él no esperaba a nadie, y dudaba que Mitsuya también
Se puso de pié encaminándose hasta la puerta de entrada, donde al abrir la misma se llevó gran sorpresa. Frente suyo, el alfa rubio, alto con un tatuaje y que incluso se le podía confundir con un asaltante. Estaba ahí, con ese atuendo que lo hacían ver más atractivo y que por muchas razones provocan el sonrojó descontrolado del omega, sus nervios y que como ahora, hiciera tomarlo malas desiciones