El día transcurrió rápido desde que fueron a comer juntos, Gulf se sentía a gusto con Mew. Era tan agradable, tenía sus propias opiniones de Dios pero en ningún momento lo atacó o corrigió como hacían otras personas al decir cuál era su religión. Era una cosa más que le fascinaba del pelinegro.
Mew lo acompañó a su casa y estando en la puerta a punto de despedirse recordó lo de esta mañana había sido muy grosero y el pelinegro solo fue cortés debía darle una explicación, entonces le dijo que pasara adelante. Mew aceptó siguiendo al enfermero y se sentaron en la orilla de la cama.
—M–Me quería disculpar por contestar enojado hoy en la mañana—habló tímido Gulf.
—Mencionaste que estabas aturdido¿Por qué?—el pelinegro tenía una idea pero quería escucharlo de Gulf.
—Ee- estoy confundido por el beso.
—¿No te gustó?
—No es precisamente eso. Me gustó pero no creo que sea correcto Mew, yo pienso que es porque jamás he tenido una relación, además soy un hombre con una religión.
—Pensé que no juzgabas—dijo el pelinegro con evidente desilusión.
—No juzgo a los demás. Pero mi vida es aparte. Es que no entiendes, no podría seguir asistiendo a la iglesia, no sé qué pensaría mi madre o el cura Willy, tengo miedo.—dijo con respiración agitada y ofuscado.
—Mírame Gulf—demandó el pelinegro agarrando las manos del enfermero—no debes ocultar lo que te gusta, a nadie debe importarle lo que a ti te guste, ni siquiera el hecho de que tengas una religión. ¿Qué dice tú corazón Gulf?
—No lo sé—sollozó.
—Te parece si lo averiguamos—dijo el pelinegro agarrando su barbilla y juntando sus labios en un delicado beso.
Gulf recibió el beso, sintiendo un remolino de sensaciones buenas. No sabía cómo besar pero Mew estaba siendo gentil con él. Siguieron besándose, el pelinegro tenía una mano en su mejilla y besaba con devoción.
Gulf se separó por falta de oxígeno, sentía sus mejillas sonrojadas.
—Tu cara me dice que te gustó—dijo atrevido el pelinegro.
—Tal vez—prosiguió el enfermero evitando la mirada del pelinegro.
—Gulf no reprimas tus sentimientos, yo no tendré ninguna religión, pero se que el amor no es malo y menos si te gusto así como me gustas tú a mí.
Gulf se mordió el labio tratando de averiguar qué hacer.
—Dame una oportunidad de demostrarte que nada está mal. Si ya no te sientes a gusto conmigo dejaré de venir. Y no me volverás a ver. Lo prometo.
A Gulf le dolió la última parte de ya no volverlo a ver. Estaba inseguro pero quería averiguar qué era todo lo que sentía y si estaba mal o bien.
—E–esta bien. Pero no le diremos a nadie, por favor.
—Entendido—contestó el pelinegro sintiendo que tal vez saldría herido, pero quería arriesgarse con el enfermero. Iba a ir despacio, aunque sus labios eran muy tentadores y quería besarlo en cada momento. Sus caderas eran suaves y delgadas que quería sostenerlo todo el tiempo.
Por la noche Mew debía irse porque tenía que trabajar con su tío en el bar, ya se había ausentado mucho tiempo, no hubo más beso con el enfermero pero mañana intentaría robarle más besos de sus jugosos labios.
Cuando el pelinegro se fue Gulf se sentía como en un sueño, la sonrisa no se le borraba sentía adolorida sus mejillas de tanto sonreír. Al hablar con Mew de sus sentimientos se sintió correcto, pero creía que si lo compartía con el mundo no iba a soportarlo, por eso no se sentía tan seguro.
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Diferente [MewGulf]
FanfictionGulf es ayudante de un cura exorcista. No tiene miedo, ni duda de su espíritu fiel. Pero a su vida llegará alguien que lo hará cambiar de opinión, lo hará dudar de si mismo y el mal querrá aprovechar tal oportunidad para arrastrar a Gulf y llevarse...