Infierno

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~Mauro~

A la mañana siguiente, me desperté con el sol brillando sobre mis ojos, sentándome lentamente miré al reloj, que indicaba las 9:00 am.

Ahhh, joder, estoy suspendido por tres días, lo que quiere decir que estoy atrapado en este infierno llamado 'Casa de Londra'.

Se supone que hoy debería despertarme a las 10:00 am para quitar todas las hierbas en el patio, también debo rastrillar la tierra.

Como sea, aún me queda una hora así que debería dormir.

Mientras recargaba mi cabeza sobre la suave almohada, no pude evitar pensar en cierta persona.

Recordé lo de la noche anterior y mi gusto por las personas que se ven justo como Paulo.

¿Es raro?.

Vi el reloj de nuevo y ya eran las 9:52 am.

¿Qué demonios?.

Diez minutos después, la mamá de Paulo entró y se veía sorprendida al ver que ya estaba despierto.

"Oh." Dijo. "Ya estás despierto."

"Si..." Respondí.

"Bueno, vístete y baja." Dijo, sin emoción alguna.

Después de cinco minutos bajé y vi a ambos señores esperándome.

Ambos tenían esas miradas sobre el rostro como indicándome que no será fácil mi estadía aquí, especialmente con ellos alrededor.

¿Mencioné que ando con resaca?.

~Paulo~

"P-por favor, detente." Gemí de dolor, sintiendo un puñetazo sobre el estómago.

Como Alejo, Sebastián y Marcos no estaban aquí, Luciano dijo que 'me cuidaría' por ellos.

Actualmente estamos en los baños y después de que me negué a hacer su tarea, comenzó a golpearme.

Muy fuerte.

"Sólo haz mi puta tarea y tal vez te deje ir, no es tan difícil, idiota." Me dijo sonriendo con maldad.

No sé qué me pasó pero sacudí mi cabeza, alejándome de él.

Me observó, tirándome al suelo y alzando mis brazos, colocándolos sobre mi cabeza, no importaba lo mucho que lo intentara, no podía zafarme de su agarre.

Se acercó más a mí, poniendo su boca cerca de mi oído.

"¿Entonces qué pretendes, Paulo?"

Comenzó a morderme el cuello, lentamente, lastimándome más de lo que pensé.

Es un maldito enfermo.

Sentí que la sangre comenzaba a bajar por mi piel, fue ahí cuando supe que había cruzado la línea.

"B-bien." Comencé a llorar, lágrimas rodaban por mis mejillas.

Se alejó, riéndose mientras yo estaba ahí tirado, actuando como si fuera un cuerpo muerto.

"¿Qué mierda te pasa?" Le susurré.

Alzó sus manos a la defensiva.

"Alejo me dijo que te hiciera cosas mucho peores." Me guiñó. "En todo caso, fui muy ligero contigo."

Con eso, se alejó caminando.

Cuando creí que estaba lo suficientemente lejos, murmuré un 'imbécil', bajo mi respiración.

Adicción // Pauki  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora