Todo comenzó cuando te vi desnudo
Créditos a @lovelylittletaco , ella es la autora de esta obra y tengo su permiso para hacer esta traducción
*Esta historia está originalmente en inglés. Se prohíben copias y/o adaptaciones.
*Leer las advertencias...
N/A: En este capítulo se narran escenas de acoso sexual, cabe aclarar que no se busca normalizar ni justificar las acciones de los personajes, en caso de ser sensible al tema se recomienda evitar esa parte de la historia, leer con discreción.
~Paulo~
"¿Escuché bien?" Le pregunté a Mauro.
"Sí, deberíamos escaparnos, vamos a la fiesta de unos amigos."
"N-no creo que sea una buena idea, ¿y si nos atrapan?" Pregunté, mi ansiedad comenzaba a aumentar.
"No te preocupes, bebé, estaremos bien."
Me sonrojé ante sus palabras, pero lo pensé por un segundo.
"B-bien, pero tienes que hacer algo por mí."
"Lo que quieras." Me respondió.
"Por favor no bebas mucho y no consumas drogas."
Oh Dios, soné como mi padre.
"Muy bien, entonces es un trato," Me dijo. "pero tienes que prometerme que te dejarás llevar y te divertirás en serio."
"Pero, Mauro, de seguro tengo baja tolerancia al alcohol." Me quejé.
"¿Cómo lo sabes?"
"Es obvio, sólo mírame."
Comenzó a reírse de mí mientras me alejaba de él.
"Entonces alístate, nos vamos a las 12, no uses nada muy ajustado." Murmuró la última parte.
"Lo que digas, papá." Me burlé.
"Prefiero 'daddy'." Sonrió ladino.
"Idiota." Le dije, lanzándole una almohada.
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~Narrador~
Después de pelear en silencio por algunos minutos, Paulo y Mauro procedieron a vestirse y escapar...
A pesar de que escapar consistía en Paulo casi llorando por tener que bajar por un costado de su casa. Mauro, por otro lado, ya estaba sobre el suelo, partiéndose de la risa. No porque Paulo estaba llorando si no por lo que estaba diciendo.
Dejaba salir bastantes frases como...
"¡Voy a morir!"
"¡No voy a lograrlo!"
"¡Deja de reírte!"
"¡Dile a mi mamá que la amo!"
Gracias a Dios el cuarto de Paulo estaba del otro de la casa.
Cuando Paulo logró bajar, golpeó a su novio en el brazo pero aún así, Mauro se siguió riendo como si su vida dependiera de ello.
