Adicción // Pauki

Un mal comienzo

"Mauro espera un momento antes de entrar" 

~Mauro~

¿Qué coño querrá esta mujer ahora?.

"¿Ahora qué hice?" le pregunté. 

"Nada," me respondió, "es sólo que, bueno, tienes un historial de peleas en la escuela y, um, simplemente quería pedirte que no te metas en ninguna pelea hoy."

"Oh, sí." Le dije con burla. "¿Por qué?"

La mujer me miró como si estuviera loco.

"Bueno, pues no sólo porque puedes salir realmente herido si no también porque es tu primer día en una nueva escuela."

Suspiré. "Como sea."

"Lo digo en serio, Mauro." La mujer me dijo, mirándome fríamente.

"Lo sé." Le dije sonriendo, luego salí del auto y entré a la escuela.

~Paulo~

Después de explicarles a Matías  y Lit lo que sucedió con Mauro, ambos se me quedaron viendo con sorpresa

"Así que, déjame tenerlo en claro," Matías comenzó. "¿Le dijo a toda tu familia que le gusta chupar pijas y luego se atrevió a tener un puto sueño húmedo... en tu habitación?"

"Algo así." Le dije mientras me alzaba de hombros.

"Bueno, ¿al menos es sexy?" Lit preguntó.

"Lit." Matías se quejó.

Antes de que pudiera responder, la campana sonó, indicándonos que debíamos ir a clase.

"Adiós, Paulo." Lit e Ignacio dijeron.

No tenemos las primeras clases juntos así que estoy solo hasta tercer periodo.

Estaba caminando por los pasillos, mi primera clase era en la otra punta de la escuela, lo que hizo mi día mucho mejor.

Mientras caminaba por el pasillo, esperaba, no, rogaba, por que mi día fuera al menos un poquito bueno hoy.

Pero se probó lo contrario cuando sentí a alguien empujarme contra el casillero, gruñí de dolor y alcé la vista para ver a Alejo y su grupito riéndose de mí.

"Vaya, pero si es mi trasero gordo favorito." Alejo dijo, burlándose 

"¿Qué quieres?"

"Dame tu dinero, todo el que tengas." Me dijo, sonriéndome.

"¿Puedo quedármelo aunque sea por hoy? Tengo hambre."

"¿Por qué?" Alejo dijo. "¿Por qué un cerdo como tú tendría hambre?"

"¿No eres lo suficientemente gordo ya?" El amigo de Alejo, Sebastián, añadió.

Después de oír aquellos comentarios, no pude más. ¿En serio soy tan gordo?.

"Bien." Respondí, respirando profundamente.

"Gracias, maricón."  dijo Alejo, dando media vuelta pero deteniéndose antes de irse. "Antes de que me vaya..." Añadió.

Antes de que pudiera si quiera parpadear sentí un puñetazo directo en las costillas.

Caí al suelo, jadeando de dolor mientras recibía una patada en el estómago.

"¿Por qué no te mueres de una vez?" Otro chico dijo.

Y después, se alejaron caminando.