Capitulo 5: Despertar

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El moreno abre los ojos...estaba oscuro pero no era penumbra total. Olía el aire... estaba fresco, una cueva. Le dolía la cabeza, casi todo su cuerpo, intento mover algo pero noto que tenia vendas y un yeso. Al menos no lo comieron, giro con dolor el cuello mirando un hueco por la roca donde entraba luz era de día. Parpadeo un poco antes de ajustar la vista, olía a hierbas medicinales, agua y sangre; asumía que era la suya.

Ya recordaba quien era, valla suerte, finalmente era rey, era respetado incluso por otros reinos y lo joden unos nobles codiciosos, unos simples peones...que mal partida. Cheka seguro estará llorando porque lo dejo solo y su cuñada de mal humor, eso no era bueno, daba miedo cuando se enojaba. Mueve las orejas viendo una niña morena observarlo de lejos, no entendía que murmuraba pero suponía que al salir corriendo así, avisaría que despertó. ¿Cuántos días estuvo así?

Pronto unos pasos más se acercaron viendo a una mujer de avanzada edad caminar lento junto con la niña, tenía un aura mágica, lo podía notar a simple vista. Una bruja de la sabana, sus adornos la delatan.

-Es bueno que hallas despertado muchacho-dice la mujer africana sonriendo con sus ojos cerrados, tomando asiento en una roca algo alejada. – cuida tus palabras, tienes la garganta lastimada.

-¿Cuánto tiempo...dormí? ¿Dónde estoy?-pregunta cansado, le dolía hablar.

-Ciertamente lejos de casa, has estado inconsciente 8 días, es mucho sueño incluso para un león. Sospecho que te ha pasado pero la pregunta seria... ¿Recuerdas que te paso?

-Algo...se quien soy...me atacaron pero grr no se cómo llegue aquí-responde con voz rasposa.

- ya veo, es mejor que lo tomes con paciencia. La magia se maneja diferente de donde provienes. Tardaras en recuperarte. Aprovecha a pensar sobre tu vida...en un rato mandare comida-dice la mujer sonriendo caminando como vino misteriosa para la salida seguida de la niña

-¿Sabe quien...soy? ¿De dónde vengo?-deduce Leona al pensar sus palabras

-No conozco toda tu historia muchacho pero si se de dónde vienes. Por eso se tu idioma, descansa...ya habrá tiempo de explicaciones.-agrega antes de irse dejando al león solo de nuevo.

Era la siesta más larga que se dio en su vida, aunque no de la manera que esperaba. Mirando el techo de la cueva, creo un gran torbellino de arena, arraso armas y atacantes a la vez. Los convirtió en arena y entre el viento de magia algo se volvió demasiado brillante y todo se puso negro de pronto.

Hizo un vistazo de cómo estaba su cuerpo, tenía el brazo derecho inmóvil con tablas y vendas. Olía a hierbas medicinales en las vendas, suponía por el veneno que reconoció antes. Su torso estaba vendado y su pierna derecha tenía un yeso hasta arriba de la rodilla, no sentía nada, ni dolor ni podía mover un dedo. Lo único que tenia lo más sano de todo era su brazo izquierdo, aun usaba su pantalón del traje del día del ataque. Alzo su mano tocando que su magia estaba ahí, le dolía hablar, respirar y apenas puede moverse. No sabía que era mejor, al menos estaba vivo. Esa bruja vieja, le recordaba al brujo real de la familia, ese aire de misterio y calma que no sabes nunca con que te sale, le agradecería apropiadamente cuando este estable.

Mirando el techo de la cueva nuevamente, pensar sobre su vida. Que chiste, finalmente cuando las cosas iban bien, otros reinos reconocían su trabajo como rey, su sobrino ya podía dormir solo y no se le colaba en su cama. ¿Era un castigo por querer ser el primero? ¿Sus ancestros, los gloriosos ancestros que tanto habla Farena querían esto? ¿Lo odiaban? Todo ese tema le daba dolor de cabeza. Sin mucho que hacer se dedico a dormir, al menos no lo molestarían en ese remoto lugar.

Pasaron horas cuando escucho movimiento nuevamente, fingió estar dormido para ver quién era y que hacía. Por el sonido de sus pasos no era ni la niña de trenzas ni la bruja mayor, viendo una figura subir unos peldaños de piedra caminando hacia él; el aroma a comida subió a su nariz , su estomago lo delato abriendo los ojos viendo a la misma joven que lo hallo. Era el mismo aroma, aun que su rostro estaba borroso esa vez.

You can be king againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora