Una sesión de maquillaje

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Era una noche brillante, plagada de estrellas y sin luna, envuelta entre los sonidos estrepitosos de los gritos y aplausos. La quietud de la noche no existía en el centro de Wartwood, las casas estaban vacías, sus moradores se encontraban en las calles, vitoreando con emoción ante los diferentes artistas que mostraban lo mejor de sus talentos en la batalla de las bandas; algunos eran muy ingeniosos y fascinantes, mientras que otros eran simplemente un desastre para los oídos y la vista. De cualquier forma, había sido una semana estresante, y no había nada mejor que este evento para aligerar los ánimos negativos de la paranoilla.

Pero, mientras todos se divertían al son de la música, a las afueras del pueblo el ambiente era totalmente diferente. En la granja de la familia Plantar, el silencio se acentuaba de una forma extraña, casi fantasmal, ningún animal hacia ruido, y dentro de la morada, específicamente en la sala de estar, se encontraba la razón del silencio expectante del mundo. Una mesa estaba volcada contra el suelo, manchada con los restos del maquillaje de una caja actualmente rota a su lado, y entre el caos de la pila de productos de belleza esparcidos por el piso, dos chicas disfrazadas creativamente como insectos se encontraban una encima de otra, rostros tan rojos como los pétalos de una rosa, miradas fijas entre si sin atreverse a parpadear, parecía que ni respiraban realmente, paralizadas en una posición demasiado comprometedora.

—Y-yo... —una de ellas quiso hablar, pero las palabras simplemente se negaron a surgir mientras miraba el hermoso rostro de su amiga. "¿Cómo terminaron así?" se preguntaba, solamente estaban arreglándose para la batalla de las bandas, dándose los últimos retoques antes de su presentación, pero se puso nerviosa al aplicarle el lápiz labial a su compañera, y a su vez, la misma se puso nerviosa cuando le toco hacerlo también. Pero la más joven era torpe, y no pudo controlarse, solo hizo falta de un ligero rose de sus dedos contra los labios de su amiga, para que todos sus sentidos se estropearan, provocando que chocara contra la mesa y cayera contra el suelo, fue muy tarde cuando se dio cuenta que sus nervios arrastraron a su compañera consigo.

Volviendo a la realidad, ambas trataron desesperadamente de alejarse, moverse y fingir que nada de esto había sucedido, pero la calidez del tacto entre ellas era demasiado opresiva, y la bruma de sus emociones confusas no ayudaba en lo absoluto.

—¡¿Puedo besarte?! —dijeron al mismo tiempo, gritando con los ojos cerrados y las mejillas aún más enrojecidas, y fueron dos segundos, el tiempo que los tomo para que se dieran cuenta de que no lo pensaron, sino que lo dijeron abiertamente.

—Oh.. yo..

—Bueno... yo...

Estaban tan sorprendidas como confundidas, más al saber que el deseo era mutuo, no dijeron palabra alguna, decidiendo que la acción seria su respuesta. El primer beso fue un simple picoteo, nada demasiado extravagante y fuerte como en las novelas o películas románticas; pero luego hubo otro, y otro, hasta que el sabor de sus labios las llenaron de confianza, y su unión se tornó aún más intensa y apasionada. Los besos ahora fueron más largos y rítmicos, separándose únicamente para respirar y luego repetir. Para ellas era fascinante lo fácil que esto era, lo buenas que eran aun cuando nunca antes habían besado, tal vez era el profundo amor que sentían el que camuflaba su torpeza pasional, tal vez esto era algo que habían esperado por tanto tiempo como para importarles si era perfecto o no, solo disfrutaban del momento, nada más importaba ahora.

Pero tristemente las cosas no duran para siempre, y sus besos tuvieron que terminar cuando sus labios empezaron a doler, y sus pulmones exigían una mayor cantidad de oxígeno. Los jadeos ahora llenaban el silencio, ellas estaban sentadas en el sofá mirando hacia la nada, con la mente en blanco, pensado que deberían hacer ahora, el calor del momento se esfumo y solo quedo espacio para la lógica.

—Creo que deberíamos dejar los lápices de labios...

—S-si...

Entonces la puerta de la casa se abrió de golpe y ambas chicas casi se caen (otra vez) por la impresión. Una chica cabellos rubios y mirada severa emergió en la sala, cubriéndose la frente con su mano izquierda como si tuviera una horrible jaqueca, murmurando para sí misma.

—¡¿Donde demonios estaban?! ¡Su turno está a punto de comenzar y... —mas sus regaños murieron en lo más profundo de su garganta, al contemplar el desastre en el suelo, y sobre todo las marcas de labial azul y verde mesclado en sus rostros, con una mayor prominencia en sus labios—¿Q-que... —sus ojos se abrieron como platos, seguida de un rojo profundo que se pintaba en sus mejillas, trato de ordenar sus pensamientos y decir algo, pero sus palabras no encontraban lugar en sus cuerdas vocales.

—Hey... Sasha... —una de ellas saludo muy nerviosa, esforzándose por sonreír—Nosotras solo... —se volvió hacia su compañera de cabellos negros, suplicando por ayuda, ella era la más lista de las tres, ella podría decir algo convincente que explique esta situación incómoda.

—Solo... probábamos el sabor de nuestro labial? —pero ella no podía pensar claramente en momentos de presión, y dijo lo primero que se le vino a la cabeza, siendo todo lo contrario a lo que debió haber dicho, sin embargo, de alguna forma, su respuesta pareció aliviar la expresión en el rostro de su amiga de cabellos rubios, mas el rojo de sus mejillas seguía presente.

—Oh... ya veo... —dijo desviando un poco su mirada, rascando el lunar de su mejilla con el dedo índice, el tiempo pareció transcurrir muy lento hasta que ella hablo de nuevo—Y-yo... también... —dudo—...Puedo probar?...

Eso fue más que suficiente para que el silencio regresar en la habitación, el carmesí esparcido al completo sobre el rostro de las tres chicas, se miraban unas a otras, luego evitaban sus miradas, querían decir algo, pero al final se quedaban cayadas; repitieron el proceso por un tiempo que pareció eterno. Entonces, las dos adolescentes asintieron y eso fue todo, la rubia se unió a ellas en el sofá, sonriendo con determinación pero a su vez con un ligero rastro de nerviosismo, el viento cerró la puerta, dejando a la imaginación lo que sucedería dentro de esas paredes... solo habría que decir que ninguna de las tres se presentaría en el concierto.

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Wow no puedo creer que después de mucho tiempo volví a escribir "romance". Jeje debo decir que esta no era la historia que tenia planeado publicar, pero vi esta imagen

 Jeje debo decir que esta no era la historia que tenia planeado publicar, pero vi esta imagen

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Y mi cabeza exploto con una idea que no me podía sacar hasta no haberla plasmado aquí. Las palabras simplemente fluyeron como la cascada y vaya que estaba inspirado, no es lo mejor que escrito, pero tampoco tenia la intención de que fuera algo tan elaborado. Pero bueno, espero que les haya gustado esto y nos vemos en otra historia.

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