El regalo perfecto

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Un pequeño sapo de una piel verrugosa cuya tonalidad se acercaba entre lo verde y grisáceo, croo desde el interior del escaparate de una tienda de mascotas en el centro comercial más grande de Los Ángeles; el anfibio lamia sus ojos oliva de forma ociosa, inclinando su cabeza hacia un lado mientras observaba con confusión a las dos criaturas altas y larguiruchas que lo contemplaban fijamente desde afuera, se veían demacradas, como si este fuese el peor día de sus vidas.

—No creo que esto vaya a funcionar Mar-Mar... —Anne se quejó rendida, sentándose en un banco cercano a la tienda de mascotas.

—Ella dijo que extrañaba mucho a Grime, y este amiguito de aquí se parece bastante —Marcy insistió señalando varias veces al sapo en el escaparate, provocando que el pequeño empezara a incomodarse—¡Es el regalo perfecto!

—No negaré que es idéntico —la mirada de Anne regreso hacia el sapo—Pero luego de convivir más de medio año con sapos, ranas y tritones que hablan... —hizo una mueca de desagrado—No puedo evitar sentirme un poco incomoda con las contrapartes de nuestro mundo... Quiero decir ¿Cómo te sentirías si te regalaran dos salamandras exactamente iguales a Yunan y Olivia?

—Bueno... —los ojos de la mujer de cabellos negros se cruzaron entre el sapo confundido y la mirada plana de su compañera—Me sentiría muy incómoda... —admitió sentándose junto a Anne en el banco—Seria extraño tratar a Olivia como una mascota... ofensivo incluso...

—Ese es mi punto... y si es de Sasha de quien estamos hablando....

—Doble incomodidad.... podría tomarlo como una broma de mal gusto....

—Sep —la tailandesa asintió centrando su vista hacia ningún lugar en particular, dejando que el silencio se acentuara entre ellas por un momento, pensaba—¿Y ahora qué? —dijo después de unos minutos, cansada y con el ceño fruncido.

—No lo sé... —Marcy admitió—El sapo fue lo mejor que se me ocurrió realmente... ¿Cuánto tiempo nos queda hasta que cierre el centro comercial?

—Mmmm... —Anne alzo su vista hacia el gran reloj del centro comercial, entrecerrando sus ojos para mirar los pequeños números entre el minutero y el segundero—Según esa cosa nos queda como dos horas más o menos..

—Dos horas... —la pequeña parecía desmoronarse sobre su asiento—Llevamos más de siete horas aquí... ya revisamos todas las tiendas... y nada —Marcy soltó un suspiro abatido, apoyando su mejilla contra el hombro de su compañera.

—Ugh ¡¿Por qué conseguir un regalo de navidad es tan difícil?! —la mujer tailandesa grito con frustración, su voz cansada se perdió entre el bullicio de más de doscientas personas atrapadas en su misma situación.

El aroma festivo de la navidad podía olerse en el aire, junto a las luces que adornaban hasta donde la vista podía alcanzar, y los villancicos que se oían en cada esquina. En una tarde normal del 24 de diciembre, lo que inicio como una simple compra de último minuto para Anne y Marcy, se terminó convirtiendo en la búsqueda infructuosa por el santo grial o la propia piedra filosofal, ya que al igual que estos objetos míticos de leyenda, el encontrar el regalo apropiado para su novia en común parecía ser una tarea imposible. Y sé que muchos les dirían que el regalo perfecto para navidad no es algo que puedas comprar en cualquier tienda, que el regalo perfecto es la felicidad y el amor que brindas a tus seres queridos durante estas fechas llenas de paz y alegría, durante todo el año que pasan juntos... Sin embargo, la cursilería típica de una película o novela de los noventa, popularizadas por personas avaras como una excusa para su egoísmo y falta de memoria, no se aplicaba en la vida real, sobretodo en una fecha tan importante y estresante. Los regalos son indispensables, ya sea algo pequeño o miserable, es una muestra física de cuán importante es alguien para ti, una forma de compartir tu propia felicidad con esa persona a la que realmente amas. Y aquella era la razón por la que estas dos jovencitas se sentían tan miserables por su rotundo fracaso; Sasha Waybright podrá a ver sido una persona un poco malhumorada, mandona, cretina, exasperante y un largo etc, pero cuando se trataba de dar regalos a las personas que le importaban, se volvía la personificación perfecta de lo que significaba la palabra altruismo; en cumpleaños, como detalles, y sobre todo en navidad, de alguna forma ella tenía un sexto sentido para sorprenderte con un obsequio fabuloso que casi parecía un sueño; la Nintendo Switch de Marcy que muchas personas creerían que fue dada por sus padres, en realidad fue un regalo de Sasha, la bicicleta amarilla de Anne, Sasha, una colección de figuras articuladas de Sailor Moon, Sasha, una raqueta de tenis profesional, Sasha, y la lista sigue y sigue hasta la actualidad; y contrario a lo que se podría esperar, la mujer ruda de cabellos dorados nunca esperaba nada de igual valor a cambio, a pesar de que los regalos que recibía de vuelta por sus amigas eran muy inferiores en comparación a los que daba, ella se veía genuinamente feliz con cualquier cosa, ya que desde su perspectiva ese nunca era su objetivo, daba lo que podía porque las amaba, en sus propias palabras "Sus chicas siempre se merecían lo mejor". Tanto Anne como Marcy lo entendían, pero muy en el fondo sentían que no estaban haciendo suficiente; el sosiego las abrumo tanto este año que querían hacer las cosas diferentes, querían darle a Sasha el mejor regalo del mundo.

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