𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐊𝐀𝐓𝐄| Jaden Hossler

EXTRA II

Esto es un extra de lo que sería cuando Jaden invito por primera vez a Kate al cementerio a conocer a Ava.
Espero y lo disfruten <3

Jaden Hossler

Los nervios me carcomen cuando Kate no dice nada.

Le conté todo sobre su madre, desde el día que la conocí (evitando algunas cosas), hasta el día que ella falleció. Y hace más de diez minutos que Kate no emite ni un solo sonido. Ninguna expresión.

Por suerte, estamos solos en casa, necesitaba decírselo a solas sin sus tíos. Y tengo miedo de que su reacción sea un llanto que no sabría cómo manejarlo porque solo tiene seis años y no sé cómo lo está...procesando.

Sin embargo, muestra su hermosa dentadura en una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Querías mucho a mamá? –pregunta curiosa–

Suelto una pequeña risa, recordando algunas cosas que siempre me hacían saber cuánto la amaba.

—La quería mucho mucho –le respondo–

La levanto, poniéndola en mis piernas mientras la quito las arrugas inexistentes de sus pantalones.
Sus pequeñas manos se agarran de mi cuello.

—Mi seño dice que algunos padres no se quieren –hace una mueca–

Le beso la frente. Muriendo de ternura. Mi hija es hermosa, nuestra hija.

—Pero con mamá nos amábamos, y ella te amaba, cuando estabas en la panza siempre decía que ibas a ser una niña muy bella e inteligente. Y tenia mucha razón.

Kate se ríe, escondiendo su rostro entre sus manitos. Haciendo que suelte una carcajada.

De pronto. Saca las manos como si se le ocurrió algo y la miro curioso.

—¿Podemos ir a verla? –pregunta haciendo un tierno puchero– porfavor.

Junta sus manitos, rogando.

Una mueca decora mis labios. Todavía es muy pequeña para que vaya, pero si es lo que realmente quiere puede que funcione.
Mi mayor miedo es que se ponga a llorar o le quede algo mal en su cabezita, y que no me lo diga.

Pero si es lo que quiere o necesita. Está bien.

—Bien –acepto, una sonrisa adornando sus labios dejando el puchero de lado– pero primero vamos al colegio.

La sonrisa de borra enseguida. Poniendo mala cara.

Me levanto ignorandola, y me agarra de la mano cuando con un gesto se la pido.
Salimos de su habitación y bajamos a la cocina donde se sienta en un taburete.

Antes de que me preguntará sobre Ava y yo le conteste, pude cambiarla y hacerle las coletas que adornan su cabeza.
El desayuno lo había dejado listo y se lo pongo al frente antes de poder hacerle la chocolatada.

Comienza a hablar de cosas que me encantan escuchar mientras desayuna y se ensucia la remera blanca, que tengo que cambiar cuando termina. Minutos después bajamos una vez más pero esta vez con el uniforme puesto y la mochila pequeña en mano.
Preparándonos para ir al auto.

—¿Puedo llevarme a coco? –pregunta mientras levanta las manitos–

Le abrocho el cinturón una vez está dentro del auto y niego.