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Jaden Hossler
Después de una hora esperando el doctor vuelve, rápidamente me paro y me acerco, —¿Y doctor? ella está bien ¿no? –pregunto con una sonrisa–
Se saca su gorrito y dice; —Lo lamento pero hicimos todo lo que pudimos –al escuchar esas palabras algo en mi se apaga, mis labios dejaron de curvarse en una sonrisa–
Mi corazón dejó de latir por unos segundos.
¿El amor de mi vida acaba de fallecer?
—N..no –mis ojos comienzan a picar, agarro mi pelo con ambas manos– e..ella está bien, ella tiene que estar bien –digo sin creerlo– ella lo estaba haciendo bien, ¡ELLA TIENE QUE ESTAR VIVA!.
Grito de la rabia, ella estaba más que bien, ella hizo todo bien.
Salgo corriendo a la sala de parto dónde estaba mi ángel, me acerco y una lágrima recorre mi mejilla. Su cuerpo pálido, sus ojitos cerrados,sus labios van perdiendo color. Agarro su mano y está fría.
—No,no,no –digo y comienzo hacerle respiración boca a boca– porfavor no me dejes solo ava, porfavor –dejo de mover mis manos cuando siento una mano en mi espalda–
—Hicimos todo lo que pudimos, su cuerpo no resistió, perdió mucha sangre –habla el doctor– en cuanto a la bebé, le informaré dentro de unos minutos –asiento y antes de que el doctor salga vuelve a hablar– tiene cinco minutos para despedirse de ella –asiento sin mirarlo–
Y escucho la puerta cerrarse.
Mi mirada está en el cuerpo palido que está al frente mío, ese cuerpo que estuvo conmigo por muchos años.
—Lo hiciste exelente, todo estaba bien –murmuro– porfavor decime que es una mentira o una broma de mal gusto –ruego–
Pero el silencio en la habitación me respondió. Ella ya no estaba conmigo, Ava se fué por culpa de la bebé, por su culpa Ava perdió mucha sangre y murió, por su culpa ya no voy a escuchar su dulce voz en las mañanas. Ya no podré ver sus hermosos ojitos color café.
Una lágrima aparece en mi mejilla al recordad el día en que la conocí, el día en que nos dimos nuestro primer beso, el día en el que Ava perdió la virginidad conmigo, cuando nos fuimos a vivir juntos, el día en el que viajamos a hawaii, nuestro último aniversario que fue el día en que creamos a la bebé y el día en el que me lo dijo.
Lágrimas recorren mis mejillas sin parar, hasta que un llamado me saca de mis pensamientos. Veo la pantalla y indica que nessa me está llamando, atiendo mientras limpio mis lágrimas.
—Jaden, los papás de Ava acaban de avisarnos lo que ocurrió, enseguida vamos al hospital –dice apenas atiendo–
Un dolor en mi pecho aparece al escuchar su nombre.
—Los espero –digo antes de cortar–
Guardo el celular y limpio el resto de mis lágrimas para acariciar la cara de mi novia, sintiendo lo fría que está, intento reprimir una lágrima y beso sus labios por última vez.
Su calidez y suavidad ya no se sienten más, sus labios están secos y fríos igual que todo su cuerpo.
—Vamos a volver a vernos, lo prometo –susurro al separarme– que en paz descanses –digo para salir de la sala de parto–
Me dirijo hacía la sala de espera otra vez y me siento a esperar a los chicos, minutos después veo como Josh, Nessa, Charli y Cooper, salen del ascensor.
—Lo sentimos tanto –la primera en hablar y abrazarme con sus ojitos cristalizados es charli–
Le devuelvo el abrazo, me hace bien un abrazo de charli, son cálidos y tranquilizantes. El siguiente en abrazarme es Josh, él era un hermano para ava, Ava lo conoció antes que a mí. Así con cooper y nessa también me abrazaron y lo lamentaron.
—¿La bebé?¿ella está bien? –pregunta nessa y yo bajo la mirada–
—La están examinando para ver si esta bien –digo triste–
—Y ¿es linda? Digo, ¿se parece a ella? –ahora el que pregunta es cooper–
Niego y digo; —No lo se, no la vi –me quedo un rato callado– cuando estaban por dársela a ava, sus ojitos estaban cerrados y el sonido de la máquina que cuenta su pulso empezó a sonar y... y –mi voz comenzó a romperse–
—Esta bien, no hace falta que lo cuentes –josh acaricia mi hombro–
Estuvimos un rato hablando sobre que íbamos a hacer con Ava y dónde estaban sus padres, pero dijieron que vendrían a su funeral ya que ellos viven fuera del país. Después de unos treinta minutos una enfermera con delantal rosa se nos acerca.
—¿Jaden Hossler? –yo me acerco y asiento– ya puede ver a su hija, está en excelente estado, su peso es de 2k y veinticinco, es una niña muy bonita y sana, puede verla en la habitación 432, estará con otros bebés pero la suya viste de un conjunto amarillo, con su permiso me retiro –la enfermera se va–
Al ver cómo desaparece en el ascensor me vuelvo a sentar en la silla. Acto seguido mis amigos me miran extrañados y la primera en hablar es charli, —¿No la vas a ver? –yo niego– ¿por qué? –vuelve a preguntar –
—No quiero verla –ellos me miran más confundidos– vallan ustedes, yo iré a casa, ¿pueden quedarse? —ellos asienten y me levanto– cuando ya pueda ir a casa me avisan y vengo a firmar los papeles –vuelven a asentir y me largo del hospital dejando a cargo a charli que es la madrina–
Lo único que hice esa noche fue tomar, fumar y llorar.
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Si hay una falta de ortografía prometo correjirla.
