Capítulo trece

59 3 0
                                    

Desencadenando conflictos internos

Suspiró pesado con la molestia en su garganta que no la dejaba respirar y estar tranquila, para luego voltear su cabeza y mirar adelante, al pizarrón, queriendo prestar atención a la clase. No era lo mismo sin la divertida y animada compañía de sus amigos, quienes eran una distracción para ella y de los que querían prestar atención a las aburridas clases porque debían aprobar. De vez en cuando los retaban por hablar mucho y crear bullicio en el salón. 

¡Qué lindo sonaba eso al estar acompañado de tus grandes amigos! 

En cambio ahora, ya ni ganas daba de sonreír por un chiste propio que te contaste a vos mismo o algún intento absurdo de distracción... O simplemente de simular que estaba bien cuando eso era una mentira. Al recordar esas cosas simples pero bonitas del secundario la pusieron aún más sensible y nostálgica. Intentó con mucho esfuerzo no llorar, se mordía los labios y sus ojos estaban al punto del colapso.

Pasaron unos minutos, y así llegó la hora del recreo. No aguantó más y fue corriendo, dentro de lo que se podía en un aula pequeña, hasta sus amigos.

—¡PERDÓÓÓN, NO QUERÍA SER TAN FORRA CON USTEDES! —Lloriqueo en los brazos de Jessica y otro amigo más. Estos y el resto del grupo de amigos se mostraron sorprendidos. Fue tan rápido y repentino que algunos de sus compañeros, que no salieron al recreo, los miraban con una cara de confusión. En especial a Agustina.

Ella no se sentía digna de ser su amiga, pero obviamente quería ser perdonada. Continuó pensando en lo peor, mientras no paraba de llorar, y grande fue su sorpresa cuando sintió una mano acariciar su espalda en forma de consuelo. Levantó su cabeza y los miró a ellos. No estaban enojados con ella... Parecía otra cosa desde otra perspectiva. Se secó las lágrimas y lloriqueo un poco más, mientras trataba de levantarse del piso. Se lastimó un poco sus rodillas, pero eso no era muy interesante o importaba en ese momento.

—¿Enserio me perdonan...? —Preguntó, incrédula y desconcertada. Ellos asintieron con tranquilidad. Secó sus pequeñas lágrimas un poco emocionada. Ahora su linda sonrisa volvía a relucir y estaba más aliviada.

—Vení Agus, sentate acá. —Jessica palmeó la silla al lado suyo. Ella se había sentado sola, ya que pensaba que nadie debía usurpar el lugar de su mejor amiga. La Argentina, emocionada, fue a buscar rápido su mochila y pertenencias para acomodarse ahí.

Desde ese momento, el día pareció más bonito y tranquilo para Argentina, aunque era algo extraño en ella que un conflicto suyo se resuelva tan rápido, ¿No les parece? Al menos podría hacerle ruido, pero la joven nación puede ser muy ingenua y despistada que ya podría confiar casi en su totalidad de los posibles peligros. Es decir, ya podría estar confiada con que todo estaba perfecto, sin problemas ni nada por el estilo.

Esto puede sonar muy fuera de lugar o paranoico, pero solamente es una reflexión: puede que en realidad sus problemas internos desencadenen otros más graves y consecuentes, como le ha ocurrido toda su existencia.

Por su mente pasaron todos esos pensamientos, que podrían ser muy asertivos si los demás supieran que se trata de la autentica República Argentina. Pero como tiene que mantener su verdadera identidad bajo perfil por su propia seguridad y la de los demás representantes, sería un juego en contra si tratara de expresar esa incomodidad que empezó a sentir luego de minutos. Además, ¿Quién le creería si dijera su verdadera identidad, situación o todo lo que atravesó? Nadie, a parte de sus tutores, los cuales fueron personas elegidas especialmente para cuidarla y criarla al volver a repetir su ciclo de vida. Tal vez pueda hablar con ellos, aunque como de costumbre, ambos estén muy cansados u ocupados por el trabajo que ni siquiera querrían escucharla, mucho menos prestarle su total atención. 

¡Por Dios, qué complicado que es ser un país en estos tiempos!

Antes era algo más común, y por lo tanto menos pesado desde esta perspectiva. Sin embargo, por el contexto histórico y cultural de las anteriores épocas, dudo que sea más fácil de enfrentar estos problemas. Digo, ¿Era bien visto que tus problemas personales como país sean hablados con tus habitantes? Claro que no, era muy complicado. Lo único que podría ser más ventajoso sería el hecho de que las personas sabían que existía su país personificado. Pero más allá de eso, todo el peso de los conflictos era carga de las naciones.

Actualmente, ni siquiera el propio gobierno sabe que ellos están vivos y coexisten con los seres humanos, ya que los creían muertos o extintos. Esa era una creencia popular, predominante en las personas mayores que han llegado a vivir esas épocas difíciles, o que han escuchado el típico relato de boca en boca de sus antepasados sobre un encuentro histórico con su nación. Un ejemplo común podría ser durante una guerra o conflicto donde, el en ese entonces joven, defendió a su nación.

—¿Agus? ¿Estás bien? —Preguntó Jessica, tocando su hombro, aparentemente preocupada por la representante. Esta, dio un saltito de la impresión y volteó su mirada hacia su amiga.

—... ¿Ah...? ¿Q... Qué...? —Balbuceó desconcertada. Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que estuvo inmóvil, casi sin respirar ni mosquearse.

—Es que estabas quieta, sin hablar ni nada. Creí que estabas en shock o algo. —La miró a los ojos, intentando adivinar que le ocurría.

—Uh... —Se quedó sin palabras. ¿Realmente pasó tanto tiempo pensado?

—Si boluda, estuviste ahí súper quietita. Me preocupaste... Pero ahora estás bien, ¿No? —Pareciera como si le leyera la mente, aunque esa supuesta capacidad fuera algo limitada.

—Eh... Si, claro. Estoy joya. —Rio suave, achinando sus ojos y mirando para otro lado. 

¡Qué gran mentira! No estaba bien, o al menos no del todo. Su debate mental la dejo sin aliento. No quería seguir pensando en esas cosas que la hacían sentir tan mal, aunque era algo imposible cuando se trataba de ella.

[🌱]

❁ 1017 palabras
❁ Capítulo trece
❁ 02/12/2021
❁ @LuzAra14

Mi pequeña historia UKArg | CHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora