Su rostro cautibava a la gente, su mirada era penetrante, su rostro era encantador, su voz era simplemente perfecta, su personalidad fría y misteriosa atraía a más gente, su cuerpo era exquisito.
su edad, su verdadero nombre, su vida por fuera de la...
Podría llegar a decirse que Adam estaba más que encantado con el líder del Grupo surcoreano, era inteligente, no decía las cosas por decir sino que sabía lo que hacia y decía.
Para Adam el hablar con su nuevo amigo le fascinaba, ambos compartían gustos similares, entre ellas el amor a la lectura, habían compartido opiniones de libros que ambos ya habían leído y eso les hacia sentir cómodos.
Se encontraban en la sesión de fotos para la marca de ropa Luis Vuitton, para los siete surcoreanos había sido una gran sorpresa ver al latino en ese lugar, pero también fue muy dichoso el poder hablar un poco con él.
Pese a que los demás ya se habían dado cuenta que el moreno ya se había ganado de una manera muy limpia al latino.
—Jay!. — llamó el hombre que siempre le acompañaba a todas partes, el de ojos verdes volteo en su dirección—. Vamos, deben de prepararte. Ustedes también chicos.
Le habló a los jóvenes coreanos, quienes asistieron con respeto.
—Ha sido agradable Namjoon, espero que podamos seguir teniendo este tipo de charlas más a menudo.— dio una sonrisa moja bragas y se retiró, no sin antes dedicarles una sonrisa a los demás—.
—Namjoon Hyung, eres muy cruel. — Dijo el la kukencio, pero por alguna razón no se sentía molesto, por el contrario le gustaba ver a su amigo tan fascinado por poder hablar con alguien que le entendía—.
—Intenten entablar una conversación con él, no es para nada difícil.
Jungkook quería ganar la confianza que ahora el joven latino le tenia a su Hyung, quería compartir sus gustos y establar una buena conversación con él.
Los siete jóvenes se dirigieron a los camerinos para arreglarse y empezar con la sesión.
—Estoy emocionado.— Habló el segundo más bajo, miraba con emoción la sala en donde empezarían a vestirse, peinarse y maquillarse—.
—Igual yo. — Jung Hoseok habló con su típica sonrisa de corazón que ilumina todos tus días, incluso hasta los más tristes—.
—Debo admitir que también lo estoy.— El de tez pálida habló por primera vez en el día, se había mantenimiento callado hasta el momento—.
—Yoongi Hyung~.— El bajo llamó—.
—Si Jimin?. — Volteo a mirar al joven de cabello rubio—.
—Estas muy callado.
—Es más o menos normal de él Jimin, no debe de hacerte raro. — Dijo el mayor de todos con una leve sonrisa—.
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¿Quien iba a creer que lograría encontrarlo? Esa joven obsesionada con él, tenía razón.
Su Adam estaba en Corea, tan cerca y al mismo tiempo tan lejos, su hermano de iba a poner tan feliz por la noticia.
El haber estado escondidos por tantos años, había válido la pena, solo para volver a verlo. Ahora que podía encontrase con su amor, es momento de dar el siguiente paso.
Debía hablar con su hermano mayor, quien era el que se encontraba detrás de todos los planes. El accidente del 2018 no volvería a ocurrir, ya no más. Tienen bien estructurado el plan, no había nada que pudiera fallar.
Tan solo debían dar el siguiente paso a la gloria.
Tener a Adam Miller solo para ellos.
No abra quien se interponga entre su amor.
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—¿Estas bien?. — Pregunto el hombre mayor con una leve sonrisa, se nota que disfrutaba de su sufrimiento—.
—Estoy bien, solo algo cansado. — Sobó su espalda estando algo encorvado—.
—JAJA el beso que se dieron en plena sesión fue épico. — dio una carcajada mientras quitaba una lágrima imaginaria—. Crecen tan rápido.
—Fue solo un accidente, no volverá a ocurrir. — Con sus mejillas sonrojadas, respondió de forma tímida—.
—Eres un total uke.
—Para nada, jamás dejaré que me den, soy el de arriba yo la pongo, no me la ponen. — Dio una leve sonrisa—.
—Si tu lo dices Adam.
—No digas mi nombre tan a la deriva, podrían escucharte.— Golpeo suavemente el hombro del mayor—
—No seas quejetas, no hay nadie, la mayoría ya se fueron. A la próxima deberías invitar a ese chico Yoongi a una cita primero.
—Fue solo un accidente.— Dijo ya irritado—.
—Eso dije yo cuando bese a la niña fea del Colegio y mira se terminó volviendo mi esposa. — Dijo con deje de orgullo—.
—Si ella te escuchara ya no podrías trabajar más.
— Ni me lo recuerdes, cuando se enoja hasta Satán huye por agua bendita.
—Aja, yo no tentaria mi suerte.
—Como?.
—Como que niña fea del Colegio?!. — Una vez femenina de escucho provenir del teléfono del mayor—.
— Mi amor! No es así!! Tu eres hermosa, siempre lo has sido. — Didico una mira asesina al latino—.
Ahora debería arreglar el problema en el que él mismo se había metido.
— Te lo dije, no tientes a tu suerte.
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