Hay personas con las que conectas, a las que miras a los ojos y sabes que tenía que suceder, que debías conocer, que debía ocurrir, y no se si sea el destino o una estupida casualidad, pero no concibo una vida en la que no existas, no quiero y me re...
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D I A N E
Desperté estirándome en la cama y tocando lentamente el lugar donde Tom dormía, abrí mis ojos al darme cuenta de que él no estaba acostado a mi lado.
Mire el reloj y aún era temprano, estaba confundida hasta que escuche como se movían cosas en la cocina.
Me levanté y después de acariciar el lomo de Willow la cual estaba muy a gusto dormida en su cama enfrente de la de nosotros, salí de la habitacion, viendo como Tom estaba frente a la estufa al mismo tiempo que cantaba una canción.
—Hola. —murmure besando su hombro y abrazándolo por la espalda.
—Buenos días. — tomo una de mis manos besándola. —Justo iba a ir a despertarte, te hice el desayuno.
—Uhm. —suspire. — ¿Qué preparo el chef Felton hoy? —rio negando.
—Hice... avena con fruta.
—Super bien. —bese su mejilla. — ¿Quieres que te ayude?
—No. —negó. — Solo siéntate y espera. —reí asintiendo.
Lo solté y me senté en una silla alta cerca de la barra y frente a él, miraba como con sumo cuidado ordenaba la avena en los platos, como colocaba las fresas (mal cortadas) sobre la avena y espolvoreaba canela en esta, suspiro y coloco el plato frente a mí.
—Huele delicioso. —sonreí.
—Espero que sepa bien, seguí una receta en internet.
—Te tengo fe. —guiñe un ojo.
Se sentó a mi lado y comenzamos a desayunar, no voy a mentir le quedo delicioso.
Tom y yo teníamos viviendo juntos una semana, siempre se ofrecía a ayudarme con todo lo que pudiera, ya fuera cocinar, limpiar, buscar información importante en mis libros para mis pacientes o simplemente abrazarme cuando estaba muy cansada.
Era su manera de agradecerme que lo dejaba estar aquí conmigo, pero tengo que confesar que es lo mejor que pudimos haber hecho, tenerlo junto a mi diario me encantaba, podíamos hablar horas y horas de cualquier cosa sin aburrirnos y era lo mejor del mundo.
—Hoy iré con mamá.
—¿Enserio? —lo mire y asintió.
—Quede en ayudarle en la tienda con algunas cosas, creo que de esa manera poder conseguir un poco de dinero mínimo para ayudarte con los gastos, no puedo dejar que pagues todo.
—Tom yo entiendo que...
—No me vas a ganar. —negó y beso cortamente mis labios. — Iré un par de horas, más tardar seis estaré de vuelta.
—Genial. —sonreí. — ¿A qué hora tienes que estar ahí?
—Como en una hora, quería prepararte el desayuno antes de irme.
