Hay personas con las que conectas, a las que miras a los ojos y sabes que tenía que suceder, que debías conocer, que debía ocurrir, y no se si sea el destino o una estupida casualidad, pero no concibo una vida en la que no existas, no quiero y me re...
Nota de la autora: Holi, bueno como saben ya estamos en los últimos capítulos de She entonces si son #R saben que anteriormente eran dos capítulos de cuando Diane se entera, aquí se convierte en uno así que será un poco largo, saben que pueden comentar tanto como quieran no se limiten, un besito chau.
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Se quedó en silencio mirándome, tratando de procesar lo que acababa de decirle, miraba mi mano luego me miraba a mi y negando hablo.
—¿Qué?....¿Por qué tienes...
—¿Es más importante para ti saber cómo lo conseguí?—fruncí el ceño.
—No entiendes es que...
—¿Que no entiendo?—pregunte—¿Que eres un maldito mentiroso de mierda?¿Que me tienes como una idiota creyendo todo lo que dices?—reclame y mire las flores en mi mano—Y todavía tienes el descaro de fingir que todo está bien y me traes flores, no Tom, no quiero flores. ¡Quiero un maldito hombre que me incluya en su vida!—reclame.
Comencé a golpearlo con el ramo de rosas, viendo como cada botón y pétalo salía volando con cada golpe..
—¡Para!—gritó intentando evitar los golpes con las flores—¡Déjame hablar!
—No.—negué—Callate, no vas a hablar, no me interesa escucharte, tuviste dos años para hablar ahora te callas.—lo apunte con el ramo desecho—Y me escuchas.
Bajo su mirada suspirando y asintió.
—Jodidamente genial.—sonreí aventando el ramo al piso—Engaña a tu estupida esposa, ve y dile que es una pobre niña abandonada por que sabes que no tendría el corazón para no tenerla aquí, porque sabes que despues de Tommy el tema de los niños es muy sensible para mi—lo empuje con lágrimas en los ojos.
>>Mientele porque sabes que la va a dejar entrar aunque sea una jodida niña caprichosa.
—No quiero escucharte.—reclame—Sabias esto desde hace años—solloce—Años los cuales me mentias en la cara simulando un estupido matrimonio perfecto.
—Diane, se que soy una mierda de persona, un imbecil, cobarde y un puto mentiroso.—trato de acercarse—Pero...
—¿De qué me sirve que me lo digas ahora?—me aleje—¿Crees que decirme la verdad después de tanto tiempo arreglara las cosas?
—No.—negó—Se que no lo hará, solo... por favor escúchame.—me crucé de brazos y suspiro—Me enteré seis días después de nuestra boda—abrí mi boca dejando que un jadeo saliera de mis labios—No sabía cómo abordar el tema, era muy difícil para mi.
—Lo sabes desde hace dos años.—murmure.
—Sí.—contestó.
Cerré mis ojos sosteniéndome del sillón apreté mis labios tratando de que las lágrimas no salieran más lo cual era imposible.