Hay personas con las que conectas, a las que miras a los ojos y sabes que tenía que suceder, que debías conocer, que debía ocurrir, y no se si sea el destino o una estupida casualidad, pero no concibo una vida en la que no existas, no quiero y me re...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Entonces si compraremos drogas?—preguntó Oliver.
—No puedo creer que lo consideren siquiera—Georgia habló.
—¿Qué tiene de malo?—habló James.
—Ya somos adultos... muy adultos—contestó con obviedad Annika.
—Diane puede conseguirla sin problema.—alentó Rupert.
—¿Yo que?—gire mi cabeza mirándolo con el ceño fruncido.
—¿Puedes conseguirnos drogas?
—Seguro.—asentí sonriendo.
—No.—contesto Tom—No nos vamos a drogar.
—Que aburrido viaje, ¿Cuándo lo volveremos a repetir, cuando ya todos tengamos hijos y tengamos que cuidarlos de que no se ahoguen?—preguntó Rupert.
—Rupert tiene un punto—conteste encogiendome de hombros.
—La cosa es, ¿Donde?
-—Investiguemos.—sacó su teléfono.
—No creo que si lo googleas salga una dirección Rupert.—hice una mueca—Hay que ir por ahí.
—¿Como sabes eso?—me miró.
—Es obvio Tom, no te las ofrecen en la entrada de los hoteles.—rodé los ojos.
—No puedo creer que estemos hablando de drogas—negó Georgia—.Pero... podríamos buscar un poco de hierba.—reí asintiendo.
—Que los hombres vayan, nosotras nos quedamos y preparamos bebidas y eso. —habló Katy.
—Enseguida.— los cuatro se levantaron.
—Esto será un desastre.—contestó Tom negando.
—Nos vamos a divertir.—contestó Oliver.
Después de quince o quizá veinte minutos decidiendo a dónde irían desaparecieron, algo dijeron del centro no entendi bien.
En lo que ellos iban, nosotras nos quedamos preparando comida, bebidas y un poco de alcohol.
Era un tanto emocionante saber como nos pondriamos después de esto, jamás me hubiera imaginado que estaría casada apunto de fumar marihuana con los amigos de mi esposo.
Fantástico
Tardaron aproximadamente dos horas en llegar, y cuando lo hicieron Oliver entró celebrando con al menos cinco bolsas con cigarros preparados.
—Fue un desastre—Rupert nego—.Nos dijo viejos.—reímos.
—Y Tom se asusto.—James lo miró negando.
—Tenía una navaja.—hizo una mueca.
—Y como quince años.—contestó Oliver encogiéndose de hombros.