Cap. 14: Bipolar

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KAIRA

Apuntarne a una competición de surf. Yo. ¿Desde cuándo se me ocurría hacer algo así?

Habían pasado unos días desde que se lo dije a Logan. Esa noche noté que algo entre nosotros había cambiado. Yo ya no era la chica impasible con una máscara y él ya no era el tipo chulo que se cree el mejor. Ambos habíamos cambiado.

—¿En qué piensas? —dijo Logan devolviéndome a la realidad.

—En... —dudé en si debería decírselo— que me he dado cuenta de que hemos cambiado.

—Yo me di cuenta hace un tiempo, pero tampoco quería decírtelo para no agobiarte.

Emm... vaya, por una vez me había quedado sin palabras para responder. Supongo que hay veces en las que no hace falta añadir nada más.

—¿Qué te apetece hacer hoy, Kaira?

Llevábamos en la isla casi un mes. Dave había vuelto a Los Ángeles y yo me moría de ganas de volver.

—¿Y si cogemos un vuelo para Los Ángeles?

—Kaira, ya sabes lo que dijo el médico. Quiere que estés aquí por si te pasa algo.

—No tengo la siguiente cita hasta la semana que viene —y era verdad—, podemos ir y volver dos días antes.

—No deberíamos...

—Estoy aburrida de estar aquí sin hacer nada. Solo voy a la playa por las mañanas y me paso las tardes contigo en casa.

—¿Estás diciendo que no quieres estar conmigo? —fingió que se había ofendido.

—No, pero quiero hacer más cosas.

Justo en ese momento, como si el universo me hubiera escuchado, me llamaron desde el hospital para que fuera rápidamente con algún familiar. Lo del familiar no fue muy acertado porque me llevé a Logan y él no pudo entrar.

—Ya estoy aquí —dijo mi tía entrando en la sala—. Siento llegar tarde, pero alguien no me avisó.

—No se preocupe señora —la tranquilizó el médico—. Os hemos llamado para que vengan tan rápidamente porque hemos acabado con las pruebas y ya tenemos las conclusiones sobre ti —finaliza refiriéndose a mí.

—¿Y...? —mi tía se impacientó de nuevo.

—Bueno, son tres cosas. Digamos que una buena y dos menos buenas. ¿Por dónde empezamos?

Y ahí la que saltó fui yo.

—Da igual, dígalas ya.

El doctor me sonrió y prosiguió con el análisis.

—Está bien. La primera es que ya no hace falta que te quedes en Hawai'i si no quieres, ya te puedes ir a Los Ángeles si es lo que deseas.

Bien.

—Lo segundo es algo menos bueno. Vas a tener que medicarte con vitaminas B1, B5 y B12; y para ello tienes que comprar los medicamentos que aparecen en esta hoja que tienes que guardar para que te los puedan dar en la farmacia.

Miré detalladamente el folio y leo: GINK, Vlan y PLS. ¿Tres medicamentos? ¿Cada cuánto? ¿Con qué frecuencia? Y como si el doctor me hubiera leído la mente, me respondió.

—El GINK debes tomarlo tres veces al día, el Vlan igual y el PLS una vez a la semana porque es más fuerte que los otros. Y todo esto durante tres años.

¡¿Tres años?! Me moría. Seguro que tenía efectos secundarios, esperaba que no me impidieran hacer deporte. Y con eso me refería a surfear.

—¿Y la siguiente noticia?

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