Cap. 10: Recaer

34 2 0
                                    

KAIRA

Joder, no sabía qué le daba a todos con que se la chupara. No era ninguna puta a la cual llamar cuando quisieran que les desestresara.

—Como los vea otra vez me los cargo.

—Respira, Kaira —me dijo Vicky.

Después de salir de la nave, había sentido la necesidad de retomar la marihuana, pero a la hora de ponerme en contacto con el camello, acabé comprando cocaína. Ahora estábamos de camino a mi casa. Vicky había insistido en acompañarme, decía que no se podía creer que yo fuera la misma chica que conoció el primer día de clase.

—No me esperaba que fueras así.

—Vine aquí y lo quise ocultar, principalmente para no darle más disgustos a mi madre —seguí contándole cómo había sido mi proceso y cómo ese día iba a tirar por la borda los meses que estuve en el centro de ayuda.

Las drogas eran difíciles de dejar, eso lo sabía por propia experiencia. Cuando algo me enganchaba, me era más difícil que a lo demás poder dejar de consumirlo. Por eso al venir aquí mi madre me dijo que podía fumar tabaco, controlado pero que podía.

—Mañana, ¿vas a venir? —quise preguntar disimuladamente.

—Claro, somos amigas. Estaré allí apoyándote. Si quieres un hombro para llorar siempre cuenta conmigo, o con el de Logan.

—Anda, cállate —nos despedimos—. Nos vemos.

Cuando hube entrado en casa, puse todo lo que llevaba en la mesa y comencé a liarme un porro mezclando la maría y el tabaco. Mientras me lo fumaba en el jardín, volvía al salón para dejar preparadas las rayas de coca. Estaba mal pero ya no podía controlarme.

Empecé con una fina raya pero acabé con unas cuantas más, y claro, entre eso y el porro acabé cayéndome unas cuantas veces. Los pies se me liaban y caía al suelo haciendo un sonido estrepitoso. Menos mal que Dave se había ido esa noche al tanatorio. Me había avisado de acompañarle, pero no me apetecía ver el cuerpo pálido de mi madre a través de una vitrina.

—Primero acabaré con Christy y luego con Riky.

Durante esa noche hablé sola, hablé sola con el instinto asesino que había ocultado siempre. No me lo habían detectado ni el centro al que me llevó mi madre, y tampoco tenía pensado que lo hicieran en un futuro. Pude haber hablado a Logan de las drogas, pero de esto no.

—Y tú, Logan. Me las vas a pagar por hacerme la vida tan complicada. Si no se hubiera casado con tu padre, no habría tenido que coger ese puto avión para volar de nuevo a Hawaii. Ella estaría viva.

Me puse a pensar, o a hablar, sobre las muertes de mis padres. A ambos se los había llevado el mar, el puto mar al que le tenía un amor - odio. No me acuerdo cuánto tiempo estuve en ese estado, pero de un momento a otro perdí la consciencia y me desmayé.

—Kaira, joder. ¡Kaira! —escuché una voz que venía de lejos— Respóndeme.

—¿Logan? —¿era él? Me costaba pensar rápido.

—Estoy aquí, Kaira.

Sentí que levitaba en el aire y que me posaba en el sofá, me estaba empezando a entrar sueño.

—Voy a llamar a una ambulancia —siguió.

—Logan —murmuré, apenas tenía fuerzas—, yo no sé porqué lo he hecho. Lo siento, te prometí que no lo haría.

you can be king againDonde viven las historias. Descúbrelo ahora