*El dolor de una pérdida*
~Lena~
-Que conmovedor- la voz de Marcus hizo que me alejara un poco de Ashton. Pero aún así podía sentir su aliento cálido, podía ver como su pecho subía y bajaba en un ritmo constante.
Mi corazón martillaba contra mi pecho y las manos de Ash temblaban sobre mis hombros. Sé por la mirada en sus ojos que mas que todo era por rabia. No tenía ni idea de cuanto tiempo estuvimos allí parados; besándonos, mirándonos, pero ahora estaba muy consiente de la cantidad de hombres que nos apuntaban con sus armas.
-¿Por qué...? ¿Por qué haces esto, Marcus?-logré murmurar a pesar del terror que estremecía todo mi cuerpo. Terror por las cosas que logré recordar. Por las cosas que mi mente se negaba a aceptar.
Una de las primeras cosas que vino a mi mente cuando lo vi entrar fue que mierda voy hacer o como rayos le voy a contar esto a mis hermanos, pero esta vez conociendo la verdad. Porque les he dicho un millón de veces que no sé, que yo no estaba allí cuando sucedió todo, que yo no recuerdo...
-Tú no lo entenderías-dijo riendo cínicamente. No dejaba de caminar de un lugar a otro. Era evidente que algo andaba mal con él.
-Vamos, puedes intentarlo-necesitaba ganar tiempo hasta que pudiera encontrar la manera de salir de este lugar. O bueno, el tiempo suficiente para que Ashton lo consiguiera. Porque estoy segura de que el no entró aquí sin un plan de escape. O eso espero...
-Sería una pérdida de tiempo intentarlo, jamás lograrías entender porque he hecho todo esto-el tipo realmente necesita un poco de ayuda, me sentía algo mal por él, pero justo ahora el era el cazador y nosotros la presa, así que todo sentimiento de compasión fue desechado.
-¿Por qué estás tan seguro de eso?-no sabía como mantenerlo enfocado en mí. Ni siquiera sabía de lo que estábamos hablando. Pero en fin, algo era algo.
-Tu madre. Ella siempre fue la razón-su rostro estaba completamente enrojecido. Mientras que el mío, estoy segura, perdió todo rastro de color.
-¿Por qué mi madre? Acaso fue porque la amabas y...-no podía decirlo en voz alta. No con Ashton aquí. Simplemente no podía hacer esto...
-No, esa no fue la verdadera razón...-antes de que pudiera saber que era lo que estaba pasando mi cuerpo se encontraba sobre el piso y el cuerpo de Ashton estaba sobre el mío, cubriéndome, protegiéndome.
-Vamos a salir de aquí, Lena. Lo prometo-la voz de Ashton era como un calmantente en todo este caos. Me relajaba a pesar de lo que estaba sucediendo en la habitación.
Los disparos, los gritos, las ventanas rotas. Todo era como un maldito deja vu. Habían cuerpos y sangre por todas partes.
La escena me dejó paralizada. Los recuerdos me golpearon como un tornado.
-Voy a vomitar-dije a medida que pasábamos a través de los cuerpos cubiertos de sangre.
-No los mires, solo piensa que estas pasando unas lindas vacaciones.
-Mmm, no creo que esto tenga alguna semejanza con unas lindas y tranquilas vacaciones.
-Tienes razón, en ese caso piensa en mí-antes de apartar la mirada me dio aquella sonrisa despreocupada y me guiñó un ojo como solía hacerlo cuando algo andaba mal conmigo.
Seguimos avanzando, pero no estaba segura de poder lograrlo. La falta de alimentos y líquidos me estaba costando mi breve libertad de este infierno...
Todo pasó tan rápido. En un momento me encontraba en el suelo a punto de desmayarme y al siguiente estaba sobre la espalda de Ash, corriendo y esquivando todo lo que se pusiera en nuestro camino.
Ashton, en ningún momento, dejó de darme ánimos y decir que saldríamos de esta. Estaba tan consiente de eso que no me di cuenta de que ya me encontraba en el auto con mis hermanos y con el chico que una vez amé y que aún sigo amando.
-¿Estás bien?- tenía tres pares de ojos fijos en mí.
-Si...-logré murmurar a pesar de toda la adrenalina que aún bombeaba en mi sistema.
***
Kian manejó por lo que parecieron horas, llegamos a un pequeño pueblo. Dudaba que alguien pudiera encontrarnos aquí. Al parecer solo estábamos nosotros ya que ni siquiera el viento se atrevía a pasar por aquel lugar tan abandonado.
Nadie había dicho ni una sola palabra desde que salimos del infierno-por así llamarle- y esa era la mejor parte. No quería que empezara el interrogatorio de lo que me hicieron en aquel lugar, ni de porque recordé o bueno de porque besé a Ashton. Ya que se supone que el sigue siendo un desconocido para mí.
Tenía todo un lío que resolver en mi cabeza, antes de poder decirles algo. Esperaba no volverme loca en el proceso...
-Lena. Necesitamos contarte lo que sucedió- ver a mis hermanos nerviosos era algo digno de admirar, pero estaba agotada.
-Chicos, habrá tiempo mañana y quizás pasado. Pero justo ahora me siento un poco cansada.
-Claro. Saldremos a comprar algunas cosas. Ashton se quedará contigo, por si necesitas algo ¿de acuerdo?
-Ah, por cierto. Si este chico se llega a pasar no dudes en avisarnos y nosotros nos encargaremos...-murmuró Ethan.
-Bien-tan solo tuve que girarme y ya Ashton me esperaba con un interrogatorio grabado en su rostro.
-Dios, Lena. Sé que no sabes quien soy, pero... tu eres una de las pocas personas que más me importan. Y créeme son muy pocas las que ocupan ese espacio en mi vida y daría cualquier cosa por ver que estén bien. Que estés bien-me afirmó.
-Lo sé. Y siento tener que decirte esto... pero ya no eres una extraño para mí, ya no más Ton-una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro. Esto era más de lo que podía manejar a estas alturas y lo estaba haciendo de maravilla.
-Bueno... eso. Pues, eso para mí no es una mala noticia. Todo lo contrario. Yo...-me miró detenidamente- No importa- envolvió sus brazos a mi alrededor- Te ves cansada. ¿Por qué no duermes un poco?
Le di un beso en la mejilla y me dirigí al cuarto de baño, antes que todo necesitaba una ducha y urgente. Me sentía apestosa.
~°°°~
~Ashton~
No tengo ni la menor idea de que pensar, no sé que decir. Todo esto es tan... Tan duro, tan difícil. Uno nunca sabe lo que puede perder o lo que puede recuperar, en este caso.
Recuerdo cuando fuimos aquella noche al club de Jude. Cuando tocamos como una banda, pero lo único que continúa como un recuerdo vívido, fue el momento en el que toqué la canción. En el momento en que sentí las cuerdas de la guitarra tensarse, sus notas. Su melodía... mi voz mezclándose con aquel sonido que me estremecía el alma. Su sonrisa cada vez mas ancha a medida que terminaba la canción. Sus ojos cristalinos... la miré fijamente.
Mientras que ella miró directamente a los míos. La vi dar un paso al frente, luego dos, hasta que finalmente salió corriendo. Me paré y la recibí con los brazos abiertos...
Ella era mi mundo, ella era mi adoración, ella era mía...