*Maratón 3-3*
~Lena~
La noche es cada vez más oscura. El frío se cuela entre mis huesos, pero eso no es lo que me hace temblar.
-¿Cariño, estás bien?-siento la suave caricia de la palma de la mano de mi madre sobre mi mejilla.
-Sí-digo mis palabras con firmeza. Pero para el momento en el que pienso bien las cosas, no estoy muy segura de que eso sea del todo cierto. No debería estar nerviosa. No en lo absoluto, pero... si tan solo el miedo que recorre cada una de mis células dejara de atormentarme, podría controlarlo.
No es que quiera ser pesimista, sin embargo es allí donde está el meollo del asunto. El miedo no es algo que puedas controlar así por así, el simplemente invade todos tus sentidos, te paraliza de pies a cabeza, te controla en cada aspecto.
-Verás que todo saldrá bien. Tienes a tu hermano, a tus amigos. Bebé, me tienes a mí...-Sentí la brisa rosar contra mi piel desnuda. Una ola de escalofríos se apoderó nuevamente de mí.
-Lo sé, es solo que...
-¿Qué? ¿Qué es, princesa? ¿Qué pasa?-La palabra se ha vuelto muy... significativa desde que soy la hija menor de Nicholas Parker, el magnate más importante de la ciudad, del mundo quizá.
-No es nada. No pasa nada mamá-niego rápidamente y le brindo una de mis sonrisas más radiantes, sin embargo ésta desaparece al instante en el que observo a mi madre a la cara.
No puedo creer que Teresa Collins. Una mujer de negocios, experta en cuidar a sus seres queridos y en defender lo que es suyo a toda costa. Que ha visto y descubierto lo que otras personas no soportarían ni en un millón de años. Esté en una situación como esta.
La escena frente a mí me ha dejado completamente impactada. Me pregunto donde estará la mujer que toda mi vida he considerado que es de hierro. No logro entender como es que esa mujer está llorando frente a su "pequeña" nena. Este es uno de esos momentos madre e hija que guardaré en mi memoria por siempre.
-¿Papá vendrá?-mi voz falla por un segundo pero logro recuperarme antes de que mi madre pueda notar la decepción en ella o bueno, al menos logro ocultarlo lo suficiente para que no haga preguntas.
-No lo sé. Pero te ha enviado esto como un regalo, bueno más bien como un insentivo, diría yo- me entrega una pequeña caja de color rojo con una cinta negra como envoltura- Sabe que eres muy pequeña para hacer este tipo de cosas, pero te prometo que no dejaré que nada te suceda, mi niña- me da un fuerte abrazo y luego me deja ir- Por favor abrela cuando sientas que es el momento correcto.
Da un paso alejándose de mí y no sé porque pero siento que esta despidiendose, siento que ya no habrá marcha atrás. Que una vez que cruce por esa puerta ya no la volveré a ver...
-Estoy segura de que Kian te estará cubriendo las espaldas al igual que el resto de nosotros. Ellos estarán allí para apoyarte en todo lo que necesites... aunque tengo mis serias dudas con Sean. Es un chico un tanto despistado...
Dejo escapar una leve sonrisa. El aire, que no sabía que estaba reteniendo, sale temblorosamente entre mis labios. He hecho esto por bastante tiempo. Prácticamente desde que tengo uso y razón de mi memoria, pero ahora es diferente. Voy a robarle al padre de mi novio o quizá no tenga tanta importancia ya que de cierta forma es su padrastro, sin embargo. Tengo un mal presentimiento sobre todo esto.
Marcus Hundson es un hombre muy inteligente, de no ser así no sería uno de los magnates más importantes que ha tenido esta ciudad junto con mi padre. Pero como cualquier otra persona, tiene sus debilidades. Y allí es donde entro yo.
Se supone que tenía que hacerme amiga de este chico y su hermana, pero resulta y pasa que he terminado enamorándome de él. Su hermana se ha vuelto una de mis mejores amigas y al hacer esto. Al buscar algún punto débil para que Marcus caiga, me hace sentir que de alguna forma los estoy traicionando a ellos también.
No sé exactamento como digerir todo lo que está pasando de un solo golpe. Pero tampoco sé si debería utilizar la palabra con "N" tan solo llevamos un par de meses juntos, pero siento que es todo lo que siempre he esperado, bueno claro está que después de aquella noche . Ya saben, es la clase de cosas que una chica de 16 años puede esperar de un chico de su edad.
-Es hora-mi madre coloca su mano sobre mi espalda y me empuja levemente al interior. Mis pies están tan pesados que siento como si fueran plomo en vez de huesos.
Miro una ultima vez antes de continuar. No llevo ni dos minutos en el baile cuando tropiezo con algo o mejor dicho, alguien.
-¿Qué infiernos estás haciendo aquí?- la voz de Ashton resonó en mis oídos.
-¿Quieres calmarte?-dije tomándolo por los hombros para alejarlo un poco de mí.
-Tienes que salir de aquí...-Dios, estaba en modo automatico. Ni siquiere me estaba escuchando.
-¡Hey! Intento decirte que no he sido yo quien...-la puerta principal fue abierta de golpe y un montón de persoas vestidas de negro y con armas entraron sin esperar nada.
Ashton me tomó de la mano y corrimos juntos por un pasillo, me detuve de golpe al ver la escena frente a mí.
Quería vomitar...