[short] En la vida real el odio es mutuo, en el país de los sueños el romance es mutuo. Fantasías secretas, que ninguno se atreve a reconocer en persona.
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Brian siente la garganta seca, la sed le quema las cuerdas vocales y lo obliga a postergar su canto. Vuelve a guardar la guitarra con cuidado, al observar sus dedos se percata de que tiene huellas a causa de las cuerdas.
Tambalea hasta la cocina, desde la distancia, pese a estar medio adormecido, es testigo de unas risas juguetonas, las cuales se intensifican en cuanto avanza.
Se detiene en la puerta como si hubiese visto un fantasma, sus ojos se abren por completo y la sed que sentía hace un instante es remplazada por un sabor amargo en la boca. Frente a él está su hermana, y su inoportuno novio Roger. Los dos se ven entretenidos, comiendo helado, dándose besos melosos, y riéndose.
Brian da pasos estruendosos para marcar su presencia, se posiciona frente a ellos para reclamarle a Lisa.
—¿Él sigue aquí? ¿No tienes casa? —la felicidad termina por derrumbarse, Lisa lo fulmina con la mirada, Roger gruñe por lo bajo.
—No te metas Brian, saluda al menos, ¿Cuál es tu problema? —protesta ella buscando intimidarlo, pero no lo consigue.
—Son las dos de la madrugada, ese es mi problema. ¿Piensas quedarte a dormir o qué? —se forma un silencio tenso el cual indica que la respuesta es «sí».
Brian baja la vista, Roger está tocando el muslo de Lisa con firmeza.
—¡Quita la mano de ahí, carajo! —grita en consecuencia, dominado por la rabia. Roger obedece para no tener que discutir, la contraria decide quedarse callada.
—¡Me cansaste, deja de molestarnos, no estamos haciendo nada malo!
El de cabellos dorados escucha atentamente deseando que la tierra lo trague hasta el fondo y lo haga desaparecer, estar entre esos dos lo hace retorcerse de la incomodidad.
—¡Si no se va lo voy a echar a los golpes!
—¡Y si no te vas tú será mamá la que te eche a golpes!
Brian lo piensa, Lisa es capaz de hacer aquello, lo ha demostrado en reiteradas ocasiones, y no quiere hacer el ridículo frente a su enemigo mortal. Exhala un suspiro pesado que confirma su derrota, la menor sonríe con satisfacción.
Antes de irse, mira a Roger con los ojos en llamas, con la mirada le da a entender que le hará la vida imposible.
Se retira con fastidio, y sin su vaso de agua.
Cae a la cama derrotado, el cuerpo le pesa más que nunca, no llega a cambiar su postura a una más cómoda porque se queda profundamente dormido. El cansancio se adueña de él y le quita los sentidos temporalmente.
Reconoce que está sentado en una silla, en un cuarto que no es suyo, no logra verlo detalladamente porque la poca iluminación lo dificulta, trata de moverse pero es incapaz, unas cuerdas le raspan las muñecas, entonces, entra en pánico.
Pasa a no ver absolutamente nada cuando una venda negra le cubre los ojos. Alguien asegura la venda y pasa a sentarse sobre las piernas de Brian, unas manos misteriosas le sostienen los hombros y unos labios desconocidos le besan el cuello.
Pronto aparecen mordidas leves, May suspira de placer y sonríe sabiendo que esa mujer tiene control absoluto sobre su cuerpo. La extraña le libera las manos, él las posiciona en los muslos femeninos, los aprieta suavemente, su cuerpo arde en deseo y con ello, sus dedos ascienden por su abdomen en busca de los senos.
Al recorrerle el torso se extraña por la ausencia de una cintura estrecha, se asusta aún más cuando no siente los pechos bajo sus palmas, en su lugar, hay pectorales.
