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Los amigos intercambian miradas, se alejan unos metros para poder hablar a solas y llegar a una conclusión.  Brian está tenso, Roger tiene una gran habilidad, admitirlo es caer bajo, pero si hay confianza, la pena no es tanta.

—Me gusta. Estuvo muy bien. —reconoce con una admiración casi obvia.

—A mi también, tiene talento. —opina John. 

—¿No es mejor ver otras opciones antes?

—¿Hay otras opciones?—Freddie interviene y lo hace de la peor forma posible, poniéndole más y más presión encima.

—No...

—Entonces, mejor decidimos ya. 

—Apenas lo conocemos, ¿Podemos esperar a encontrar a otra persona?—el guitarrista insiste, hará lo posible con tal de no formar parte de un grupo conformado por Roger. 

—Sabemos algunas cosas. 

—No me cae bien.—confiesa. 

—Dale una oportunidad —lo anima Deacon—. Escucha como toca la batería en vez de preocuparte por si está con tu hermana o no. Por favor, es una buena oportunidad.

Se siente asfixiado y sofocado por el hecho de tener que tomar una decisión rápido. Débilmente susurra «De acuerdo» y los tres vuelven con la pareja.

—Puedes quedarte con nosotros. —anuncia John con euforia, mientras que Lisa lo felicita abrazándolo y dándole besos.

Brian cierra los puños con fuerza, lo ve sonreír y le da asco.

—Voy a ayudarlos, pero con una condición. —el trío escucha atentamente, May frunce el ceño con resentimiento, ¿Entró hace unos segundos y cree tener el derecho de poner limites? —. Quiero que ninguno se entrometa entre Lisa y yo. ¿Sí?

—Si, me parece bien, no vamos a pelearnos por eso. —todos se fijan en Brian esperando una respuesta positiva.

—Voy a intentarlo. —se coloca su chaqueta para escapar de la incomodidad—. Mañana vendremos a ensayar.

Los amigos se despiden de la pareja y se dirigen a la puerta principal, antes de irse May voltea hacia su hermana.

—¿Vienes con nosotros o te quedas? —ella entrelaza sus dedos con los de su novio.

—Me quedo.

Por primera vez no dice nada al respecto y se retira pacíficamente.

[...]

—Sigo mintiéndole a Lisa, no se como decirle la verdad.

—No se lo digas, no se lo digas a nadie. Huyamos.

—¿Qué?

—Vamos a otra parte, lejos de aquí, con mi guitarra y tu batería.

—Es fácil decirlo.

—Y hacerlo. Guardas tus cosas, te llevo en mi auto y vamos a cualquier parte.

Se acerca, posiciona sus manos encima de las caderas contrarias. Esa sonrisa convence a cualquiera, es imposible resistirse a sus ojos castaños y su cabellera alborotada.

—¿Dejarías que tu familia te odie por hacer algo así? ¿Qué piensen lo peor de ti?

—Eso dejó de importarme hace mucho tiempo.

Roger no contesta pero su cuerpo sí, cede al beso apasionado y no lo detiene, se deja llevar por los roces íntimos y las caricias, podría asegurar que está levitando, es esa magia otra vez, la responsable de esos sentimientos tan fuertes.

Te amo. —consigue escuchar cuando los labios descienden a su cuello. Jadea fascinado.

De una sacudida vuelve a la realidad, despertó tan rápido como si le hubiesen golpeado en el estómago. Su pecho sube y baja desenfrenadamente, las manos están húmedas y las mejillas ardiendo.

Gira a su derecha, Lisa sigue durmiendo tranquilamente, el pelo despeinado le cubre parte de la cara, las sábanas tapan su pecho desnudo, es preciosa. Taylor se lamenta para sus adentros, la cabeza le da vueltas y siente que le fue infiel a su novia de verdad. Esa pesadilla de besar a su cuñado es tan frecuente y surrealista que le preocupa.

Sale de la cama, frota sus dedos contra los ojos, alza su ropa del piso y vuelve a ponérsela, también agarra la ropa de su novia y la coloca sobre la cama, a la vista de ella.

Eventualmente prepara un café y lo bebe con la mirada fija en la pecera y los peces dorados nadando frente a él, reflexionando y dudando de muchas cosas.

—Buenos días. —gira hacia la voz suave que viene de la puerta, sonríe a medias.

—Buen día. —ella lo abraza tiernamente y se sienta a su lado—. ¿Quieres un café?

—Yo lo hago. —deja caer su cabeza sobre el hombro masculino, percibe cierta tensión en el ambiente, una muy densa como para ignorar—. ¿Te sientes bien?

Lo abraza para calmarlo pero eso empeora las cosas. Deduce que se encuentra así por lo sucedido anoche, tal vez no era el mejor momento, tal vez las amenazas de su hermano lo perturbaron tanto que ahora tiene miedo de tocar a su propia novia. 

—No, pero no lo digo para no preocuparte por tonterías.

—Cualquier problema que tengas es importante si te hace sentir mal, ¿Qué pasó?

Igualmente prefiere callarse y esquivar la pregunta haciendo otra.

—Lisa, ¿Tú como te diste cuenta de que yo te gustaba?

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『𝑳𝒂𝒃𝒊𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒊𝒂; brian may & roger taylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora