Capitulo 7

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Poco después de que Lisa y Jennie se fueran, Jisoo salió del salón de té para dirigirse a la biblioteca dónde Rosé, pues no había tenido la oportunidad de hablar con ella desde que se despertó y moría de ganas por hacerlo a pesar de los sucesos de la mañana ella aún quería ver el rostro de la rubia, en su pequeño recorrido en busca de su esposa se topó con el ama de llaves.

-Georgina- habló Jisoo para que esta se detuviera. ¿Sabes dónde está Rosé?- preguntó a la mujer.

-Hace un momento que salió de la biblioteca y pidió a Thomas que prepararán el coche.

-Así que tiene planeado salir- murmuró la pelinegra- sabes a dónde va- preguntó de nuevo.

-Lo siento mi Lady, pero no mencionó nada- habló la mujer en un tono preocupado.

-Está bien, gracias Georgina, iré a verla- siguió su camino un poco dudosa de hacia dónde dirigirse.

-Subió a su habitación mi lady- gritó Georgina al ver a su señora pérdida.

-Gracias- se giró y le agradeció con una sonrisa, luego corrió hacia la habitación de la rubia.

Una Jisoo agitada llegaba al último escalón de aquella larga escalinata cuando se topó con Rosé, lo cual provocó un pequeño susto e hizo que su inconsciente saltara hacia atrás, estuvo a punto de convertirse en su segunda caída del día sino fuera porque la rubia tuvo el impulso de tomarla de la cintura y evitar que aquello ocurriera.

-¡Actúas o eres torpe!- dijo molesta Rosé mientras miraba a su esposa, no había espacio entre sus cuerpos, estaban pegados uno con el otro, lo cual provocaba que sus rostros estuvieran a poco centímetros.

Rosé podía oler el perfume a Flores y vainilla de la pelinegra, podía jurar que aquella loción ya la había olido en alguna parte, algo dentro de ella se lo decía, ese olor le era familiar y por alguna razón sintió como una ola de tranquilidad la invadía, de repente su enojo disminuyó y se sintió embriagada por aquel aroma.

-Lo siento- respondió Jisoo triste bajando la mirada, sintió un pinchazo en su corazón por la forma en que Rosé le había hablado- Siento por ponerte en situaciones así debido a mi torpeza.

Algo dentro de la rubia se encogió al ver a Jisoo de esa forma, parecía un cachorro regañado, un sentimiento de culpa se asomaba sin embargo, rápidamente borró cualquier pensamiento y emoción, si quería hacerle saber a la pelinegra que había cometido un error al casarse con ella, entonces tenía que ser como siempre lo había sido, una descarada sin corazón.

-Sigo sin comprender por qué demonios me casé contigo, rayos en qué estaba pensando- escupió Rosé, mientras soltaba a Jisoo- espero que pronto acabemos con esto querida esposa- habló mientras bajaba por las escaleras.

-Te casaste conmigo porque no podías vivir sin mí- dijo Jisoo mientra se giraba para ver a la rubia, a pesar de tener el corazón roto, su voz sonaba bastante segura.

-Qué tonterías dices mujer- se burló Rosé.

-Es la verdad Rosé, y espero que pronto te enteres de ello- ahora Jisoo también bajaba por la escalera, siguiendo a la rubia.

-¿Me seguirás todo el camino?- preguntó Rosé, giró para encarar a su esposa -¿Qué es lo que quieres?

-Solo quería saber cómo estabas- habló Jisoo, esta vez la poca confianza que había adquirido se fue cuando los ojos de la rubia se encontraron con los de ella.

-Creo que estoy bastante bien, gracias, al parecer haces bastante bien tu papel de esposa ¿no? lastima que yo no quiero una- volvió a retomar su camino.

-Pues casarnos fue tu decisión, así que no me digas que no quieres una porque fuiste tú quien estaba empeñada en este matrimonio- Soltó dolida Jisoo, las lágrimas amenazaban con salirse pero ella hacía el esfuerzo por retenerlas, no quería mostrarse vulnerable ante aquella Rosé.

-No me interesa ni me importa, solo no quiero este matrimonio- caminó hacia la puerta principal.

- ¿A dónde vas?- cuestionó la pelinegra.

-Por qué tendría que decírtelo.

-¡Porque soy tu esposa!- gritó Jisoo, esta vez sus emociones la dominaron.

-Bueno, no me esperes despierta querida- dijo la rubia mientras hacía un ademán de despedida y salió de aquella mansión, dejando a una Jisoo rota y dolida.

Eran un poco más de las seis y Rosè aún se encontraba en la empresa, había llegado ahí después de la visita de Lisa, necesitaba ponerse al corriente de todo, revisar con cierta minuciosidad cada avance ya que no recordaba nada al respecto, miró con atención los distintos contratos, cada detalle los revisó con precaución para estar al tanto de sus clientes y de sus socios también.

Se enorgulleció al ver los distintos logros que había hecho a lo largo de estos tres últimos años, al parecer les iba bien, todo indicaba que el viaje que había realizado hace años con Lisa les había abierto las puertas al mundo del comercio.

De pronto un sentimiento de melancolía la invadió, no poder recordar aquello era jodido, aquel fue el primer viaje que realizó junto a la pelirroja, ambas jóvenes se emprendían y aventuraban a algo nuevo y nada conocido, listas para vivir cualquier experiencia que les ofrecía el mundo nuevo sin embargo, no tenía memoria de ello y eso de alguna forma la hacía sentir impotente.

Se levantó de su silla y caminó hacia la licorera, aquel sentimiento necesitaba ser apagado, no valía la pena atormentarse por algo que iba más allá de sus facultades, ella no podía controlar el hecho de recuperar su memoria así que porqué verse envuelta en melancolía y tristeza, no había tiempo para eso, la vida era corta, y ella estaba dispuesta a vivirla a su manera, sin penas, sin pesares, ni ataduras, eso implicaba a la mujer que tenía en casa, aquella pelinegra de ojos oscuros que decía ser su esposa, esa chica manipuladora y cretina según la rubia, Jisoo no iba a durar mucho más de lo que ya duró en su casa, Rosé se haría cargo de ello.

De pronto recordar a la pelinegra la hizo enojar, se tragó de un solo golpe el líquido que había servido y volvió a vertir más en aquella copa, Jisoo la ponía de malas, aquella mujer era la representación de lo que siempre había odiado, algo a lo que siempre se había opuesto, una atadura, un matrimonio, iba en contra de sus principios, cómo pudo contradecirse ella misma, cómo demonios acabó así, el no recordar ese error era detestable, pero el hecho de pensar en aquel supuesto accidente la enfurecía más, pues la hacía pensar en su teoría sobre el interés que Jisoo tenía en su fortuna.

-¡Demonios!- resopló enojada, dejó la copa aún lado y caminó hacia su escritorio, guardó los documentos y se dirigió a la puerta, de pronto se le había ocurrido una mejor idea para olvidarse de aquellos problemas, por supuesto que buena compañía ayudaba o al menos para ella siempre había sido de esa forma.

Salió de aquel edificio tosco y sofocante, para encontrarse con la fría noche que invadía la ciudad, se colocó su capa y guantes y caminó hacia el coche.

-A casa de Lady Bae- dijo al cochero antes de subir.

















Helloooooo! Cómo estan ? Espero de todo corazón que bien! Lamento la tardanza en actualizar, no les prometo nada sobre el proximo capitulo, la verdad me esta costando senterme a escribir, haré lo que pueda, planeo terminar la historia, exactamente no sé cuanto tiempo me tome hacerlo, pero lo hare, gracias por su apoyo y paciencia, difrutenlo, y bueno nos vemos para el proximo.

Pasen felices fiestas! Digo ya estamos en diciembre!

Vuelve A Mi ~Chaesoo / Jenlisa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora