Capítulo 1

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El otoño llegaba a su fin, el frío de invierno ya se podía sentir en aquella brisa que invadía la ciudad de Londres, las mujeres ricas londinenses estaban preparándose para el cambio de estación y para la nueva temporada, comprando vestidos, abrigos acogedores, guantes de fina seda, nuevos encajes, nuevos corset, capas para cubrirse del helado frío que pronto cubriría la ciudad.

Era una mañana a finales de octubre, el sol apenas y podía notarse en aquel cielo gris; en una mansión en la zona de Mayfair, se encontraba lady Rosé Park, una aristócrata rica y arrogante, que no respetaba las leyes que imponía la sociedad, muchos la describirían como una mujer egocéntrica y frívola, este comportamiento suyo se debía a que a su temprana edad quedó huérfana y supo que tenía que ser fuerte e indiferente para poder abrirse paso en aquella ciudad.

Rosé se encontraba en su habitación, recosatada en su amplia y cómoda cama, había sufrido un accidente tres días atrás, recibiendo un golpe en la cabeza dejándola inconsciente y sin poder despertar por aquellos largos días, Jisoo se encontraba muy preocupada, creía que la perdería y conforme pasaba el tiempo esa sensación se volvía más amarga al ver a su esposa tirada en la cama sin ninguna reacción, sin embargo no se imaginó que aquella mañana volvería a sus brazos aquella rubia grosera.

La casa se encontraba en silencio, todos estaban haciendo sus deberes, la ama de llaves se encontraba supervisando el trabajo de las sirvientas, el jardinero recogiendo las últimas hojas secas, los peones limpiaban las caballerizas y cada quien estaba metido en sus propio oficio, Jisoo había salido a supervisar el negocio de café que tenía su esposa.

La rubia despertó lentamente, se movió para poder sentarse pero, al hacerlo sintió una fuerte punzada en la cabeza, lo cual la hizo gemir de dolor y rápidamente llevó sus manos a la cabeza maldiciendo el dolor que la invadía, cuando por fin el dolor se pasó, miró a su alrededor tratando de averiguar que es lo que había pasado, se dió cuenta que estaba en su habitación, se levantó y husmeo por el cuarto, al parecer todo se ve igual pensó.

Decidió llamar a una doncella para que le trajeran algo de comer porque su estómago dolía y hacia ruido, cuando lo hizo, de inmediato se abrió la puerta de su habitación.
—¡Señora!— gritó una mujer delgada, de edad media, que entraba casi corriendo con dos doncellas tras ella.
—¡Cielos, Georgina! Qué sucede contigo, me asustaste, que no tienes modales— habló Rosé un poco molesta, ahora se encontraba parada frente de una venta enorme, esta tenía la cortinas abiertas dejando entrar la luz que iluminaba la habitación.
—Lo lamento señora, pero me siento muy feliz de ver que usted por fin ha despertado— habló la mujer casi llorando.
—¿Cómo que por fin? Qué sucedió Georgina, y por qué demonios estás llorando— Rosé se cruzó de brazos y camino hacia la mujer que cubría su rostro mientras lloraba.
—Ay señora lo siento mucho, es que estoy muy feliz, hace tres días usted tuvo un accidente y quedó inconsciente, el doctor dijo que sólo debíamos esperar, que probablemente sí despertaría, sin embargo la señora Jisoo y yo nos encontramos muy preocupadas por usted— habló entre sollozos.
—¿Qué?¿He estado tres días en cama? Aghhhhh-—su cabeza volvió a punzar, de pronto le pareció que el piso se tambaleaba, Georgina corrió a sostenerla y la llevó a que se recostara de nuevo.
—Señora, debe descansar—dijo en un tono maternal. Rápido, una de ustedes mandé a un peón a que traiga al doctor—Se dirigió hacia las doncellas, las cuales asintieron y salieron casi corriendo.




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—Mi lady—habló un hombre mientras se inclinaba y plasmaba un beso en la mano de Jisoo.

—Buenos días Lord Jimin—saludó Jisoo amablemente.
—Tome asiento por favor—Dijo Jimin mientras señalaba la silla que tenía frente al escritorio
—Dígame, desea algo de tomar, un té o un café.
—No, gracias mi Lord—Jisoo se sentó y Jimin hizo lo mismo.
—Oh vamos, sabe que puede dejar aún lado el formalismo y llamarme por mi nombre Lady Jisoo. Jimin era uno de los aristócratas socios de Coffee Park's, debido a la ausencia de Rosé, últimamente se encontraba trabajando todos los días en la empresa, ya que según él tenía que cuidar sus intereses.
—Está bien Jimin, tú puedes hacer lo mismo—dijo Jisoo con una media sonrisa, ella estaba preocupada por Rosé, no había querido despegarse de su lado sin embargo, Lisa le comentó que sería bueno que fuera a la empresa para supervisar que todo vaya bien ya que esta era muy importante para Chaeyoung y además agregó que no se fiaba mucho del liderazgo de Jimin así que su visita sería algo bueno.
—Y dime qué te trae por aquí mi querida Jisoo—dijo Jimin con una sonrisa, él sentía atracción hacia la esposa de su socia, desde luego le parecía una estupidez el matrimonio entre ellas agregando que eso no era posible, y con sus comentario dejaba ver que para él Jisoo era libre y por lo tanto aún podía desposarla, puesto que no tenía ni un poco de respeto por ese vínculo, él tenía la idea de que tarde o temprano Jisoo sería su esposa.
—Solo quiero que me informes cómo ha estado trabajando la empresa, ¿has tenido algún problema?—dijo Jisoo, en su voz podía verse reflejada tristeza, ella pensaba en Rosé y le dolía verla así, pues la amaba, lo hacía desde el momento en que la conoció, una noche de verano en una fiesta de temporada en donde las aristócratas cazaban marido, Jisoo vio a aquella mujer que vestía con traje de caballero, todos la miraban con desaprobación pero a aquella chica rubia parecía no importarle, Jisoo admiró su belleza y despertó en ella un sentimiento de curiosidad hacia aquella chica misteriosa y extraña que desafiaba la sociedad. La pelinegra solía pertenecer a una familia cercana a la realeza, por lo tanto solía tener gran importancia entre la sociedad; ella no estaba interesada en el matrimonio y aquellas fiestas de temporada le resultaban enormemente aburridas, sin embargo el motivo por el que se encontraba allí aquella noche fue debido su prima Lady Jennie quien le había insistido en que fuera pues quería que conociera a su futuro esposo.

—¿Jisoo?—Jimin tomó su mano haciendo que está saliera de sus pensamientos.
—Oh, disculpa Jimin, qué decías— dijo Jisoo un poco avergonzada.
—Hasta ahora todo va funcionando genial, no tienes de que preocuparte—dijo Jimin mientra acariciaba la mano de la pelinegra sin embargo al ser consciente de esta acción Jisoo quitó su mano casi de inmediato poniéndose un poco nerviosa y levantándose de la silla —De acuerdo Lord Jimin, espero que me mantenga al tanto de todo lo que suceda—habló en un tono serio, hizo una reverencia y se fue, una sonrisa apareció en el rostro de Jimin, como le encantaba esa mujer y haría todo lo posible para que fuera suya.

Vuelve A Mi ~Chaesoo / Jenlisa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora