Se acercó a ella hasta el punto en que sus narices chocaban, Jisoo cerró los ojos y Rosé sonrió al ver aquel gesto de la pelinegra, con su mano derecha tomó el mentón de su presa y lo elevó a la altura de sus labios.
La rubia se echó a reír —Así que en verdad creíste que te besaría—dijo con una sonrisa arrogante, quitó la mano que tenía en la pared y se dirigió a su armario, su caminar era elegante y arrogante a la vez. La pelinegra avergonzada trató de recuperar la postura.
—¿Por qué no debería creerlo? Si eres mi esposa después de todo—dijo Jisoo, quería sonar segura pero su voz temblaba, Rosé quién ahora se encontraba abriendo el armario para seleccionar su vestimenta, rió de nuevo.
—Y¿Por qué debería creerte? suena como una estupidez—decía mientras esculcaba entre sus cosas—Apuesto que la sociedad cazaría a quién hiciera eso, creo que sería algo parecido a la inquisición, sin embargo ahora nosotras tomaríamos el papel de brujas—sonaba divertida y serena a la vez, tomó el vestido que usaría y lo llevó hasta su pecho—¿Por qué yo iba a arriesgar mi vida por casarme con una mujer o por casarme siquiera?—dijo mientras volvía su cara para ver a Jisoo.—Por amor.
—Hahaha, qué tontería es esa—llevó el vestido hasta la cama y lo dejó allí, para luego dirigirse al tocador, comúnmente las damas de sociedad son vestidas por sus doncellas, sin embargo Rosé odiaba eso, decía que no era una niña para que la vistieran.
—El amor ¿eh? Ya no somos niñas pequeñas, el amor es un termino que utilizan las personas para hablar de lujuria, el amor solo es un invento para tratar de llenar de algo la vida—dijo mientras cepillaba aquel hermoso cabello, rubio y brillante, suave como aquella seda de la que estaba hecha la bata que cubría su cuerpo.—Eso no es verdad y nuestro matrimonio lo prueba—dijo Jisoo mientras se acercaba al pequeño banco en donde se encontraba sentada su esposa—Ambas nos dimos cuenta que el amor realmente existe y que es una locura—su voz sonaba amable y suave, se puso detrás de Rosé y colocó su manos en sus hombros, miró a la rubia en el espejo —Yo te amo Rosie, me casé contigo aún sabiendo lo que implicaba y no me importa si la sociedad nos excluye o nos acusan de brujas, yo sé que estoy con la persona correcta.
Jisoo bajo su cabeza y besó la mejilla de Rosé, la rubia volteó de inmediato y sus ojos se encontraron, estaba muy cerca, la pelinegra se movió aún más y unió sus labios con los de su esposa en un cálido y suave beso, Jisoo extrañaba el sabor dulce de Rosé, se sentía bien el poder probarlos de nuevos, en cambio para la rubia era extraño y nuevo el sabor de la pelinegra, o eso le decía su mente, sin embargo sus labios conocían perfectamente bien aquel sabor, son suaves, se siente bien pensó, quería descubrir más de aquellos labios, así que intensificó el beso, se giró por completo tomando a Jisoo de la cintura y sentándola en sus piernas, apretó sus manos en su espalda y la acercó más hacia ella.Jisoo pasó sus manos por el cuello de Rosé, jugó con su cabello rubio y después dirigió sus manos hacia el nudo de la bata que su esposa tenía puesta, lo desató y empezó a quitar aquella vestimenta de seda, bajó su boca al cuello de la rubia y empezó a plasmar pequeños besos, Rosé soltó un gemido al sentir los labios de Jisoo—Ess..pee.raaa—trató de decir una Chaeyoung excitada —Jisoo espera—habló otra vez—¡Jisoo!—se escuchó el grito de la rubia.
La pelinegra se encontraba aún parada detrás de Rosé, mirándola a través del espejo, al parecer la escena de besos habían sido producto de su imaginación, parpadeó para que esos pensamientos se fueran y quitó las manos de los hombros de Rosé como si estos quemaran, mientras tanto la rubia la miraba confundida. —Diablos Jisoo¿Qué sucede contigo?En un instante estas hablando bien y al siguiente parece que te transportas a otro mundo—dijo mientras se levantaba y se dirigía a su cama.
—Lo sie-ento Rosé—caminó hacia la puerta—Perdona, tengo que irme—dijo, abrió y se fue.
—¡Dios! Esta mujer esta loca.
ESTÁS LEYENDO
Vuelve A Mi ~Chaesoo / Jenlisa~
FanfictionLady Rosé, una aristócrata que siempre ha hecho lo que quiere sin importarle lo que la sociedad diga sobre ella, pierde la memoria en un trágico y misterioso accidente, olvidando a su amada y linda esposa Jisoo, es londres de 1858 y sabe que casarse...