Capítulo 11

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Hola, ¿cómo estan? ¿Vieron The Virtual? ¿Qué les pareció?









Hacer que Rosé volviera a amarla iba a ser difícil y más ahora que su mente reconocía a alguien más como la dueña de su corazón, el pasado había vuelto, y traía consigo la fantasía de sentimientos que es su momento fueron fervientes, y que ahora solo se trataba de una ilusión, sin embargo debido a la pérdida de memoria la rubia no podía distinguir entre esa ilusión y la realidad, puesto que esa fantasía era alimentada con los recuerdos especiales que Rosé tenía de Suzy pero aun así su corazón no le mentía cuando le gritaba que desde hace tiempo había cambiado de dueña y que ahora pertenecía a una pelinegra de piel clara y ojos oscuros como la noche, era de ella y solo de ella, pero sería difícil convencer a la mente cuando no hay recuerdos de ello.

Jisoo tomó aire y se armó de valor una vez más para dirigirse hacía su esposa, no debía precipitarse demasiado ni sobrepensar las cosas, era claro que Rosé estaba demasiado confundida con sus sentimientos, estos eran los pensamientos con los que se consolaba la pelinegra, estoy segura que me amas Rosie trataba de convencerse, no era momento para derrumbarse, su esposa la necesitaba aunque pereciera todo lo contrario, debía ser tenaz y no dejarse llevar por las emociones del momento, debía ser paciente, apenas comenzaba esta ardua tarea de traer de vuelta a su amada Rosie, así que justo ahora no era momento para flanquear, debía aferrarse a la esperanza que aguardaba dentro de ella, aquella que le decía que la rubia la volvería a recordar, solo debía esforzarse y no rendirse, te prometo que volverás a mí pensó Jisoo, mientras se armaba de valor, dispuesta a atravesar aquella burbuja.

Así que con su corazón rasgado, sus sentimientos a flote y una valentía forzada, Jisoo se aclaró la garganta haciendo que tanto Suzy como Rosé girarán a verla —Señorita Bae, agradezco que me haya avisado sobre lo acontecido, estaba bastante preocupada, gracias— soltó Jisoo aquel agradecimiento — Sin embargo ahora necesito hablar con Rosé— dijo, tratando de sonar firme —A solas— aclaró, haciendo hincapié en estas dos últimas palabras las cuales resaltaban la presencia innecesaria de Suzy.

—Oh, por supuesto— extrañamente Suzy se levantó dispuesta a hacer lo que Jisoo quería, sin embargo una mano la detuvo —Ella no irá a ningún lado Jisoo— habló Rosé mirando fijamente a la pelinegra —Si quieres decirme algo, solo dilo, no hace falta que Suzy salga de la habitación, después de todo entre ella y yo no hay secretos— Suzy miró sorprendida a la rubia al escuchar tal confesión y esta le brindó una sonrisa —¿Qué es lo que me tienes que decir?—centró nuevamente su mirada en su esposa.

Toda esa valentía y confianza que Jisoo trataba de retener fueron pisoteadas por las palabras de la rubia, nuevamente el dolor se fijó en su pecho y por un momento la idea de irse de aquella habitación pasó por su mente como un trueno, feroz, estridente y presuroso, colocó una mano sobre su estómago, aplacandose el malestar que de pronto la inavdió, pues parecía que no llegaba aire a sus pulmones y trató con todas sus fuerzas de que las lágrimas no abandonaran sus ojos y rodaran por sus mejillas estando Suzy y Rosé frente a ella, no quería mostrar el dolor, no quería verse débil, no mientras se encontrara en aquella habitación, donde estaba una Rosé insolente que parecía odiarla y su amante que disfrutaba de aquella situación, su orgullo un poco herido aún le decía que no diera su brazo a torcer, no señor, Kim Jisoo no le iba a dar el gusto a ninguna de las dos, y si una vez pudo hacer que la rubia dejará atrás su mala vida, entonces lo haría de nuevo, por supuesto que si.

Algo dentro de Rosé se oprimió al ver la reacción de Jisoo, de alguna forma pudo percibir el brillo en aquellos ojos, esos que se tornaron tristes en cuando dejó salir aquellas palabras, esos oscuros ojos que con mucha fuerza retenían las lágrimas, sintió un pequeño tirón en el pecho al verla vulnerable y un indició de arrepentimiento se asomó pero, nmediatamente fue borrado por su arrogancia, por qué debería comportarse gentil con aquella mujer que quería robarle todo —Me dirás qué es lo que quieres o te quedaras ahí parada toda la noche— se quejó la rubia.

Ciertamente Jisoo estaba herida, Rosé estaba siendo demasiado grosera e insensible, ¿acaso la estaba humillando frente a su, posible, amante? de pronto su tristeza fue acompañada con enojo al pensar en esa idea, pues cómo se atrevía la rubia a hablarle de esa forma frente a aquella mujer con la que claramente tenía o tuvo algo—Te dije que hablaría contigo a solas, y así será o de lo contrario aquí me tendrás— miró desafiante a su esposa, en su voz podía escucharse el enojo que estaba sintiendo, parecía firme, pero realmente sólo dios sabía cuánto esfuerzo le estaba llevando aquello.

—¿Cómo te atreves a exigir a la dueña de la casa que salga de su habitación?¿No tienes modales?¿Acaso tus padres no te enseñaron principios?— lanzó Rosé un poco molesta por la actitud de la pelinegra.

—Yo no estoy sacando a nadie de su casa, simplemente pedí hablar a solas con MI ESPOSA— contestó Jisoo, remarcando el título que le correspondía a Rosé— Y cómo osas hablarme de principios cuando tú, siendo una mujer casada estás aquí con la Srta. Bae a altas horas de la madrugada, así que dime querida esposa, cuál es tu razón de visita a horas considerablemente fuera de un horario prudente, estoy curiosa por saber el motivo de tu presencia aquí— dijo con sorna, el enojo comenzaba a ser más fuerte que la tristeza, Jisoo raramente se alteraba ya que solía controlar su temperamento para no perder el decoro, como debía de hacerlo una señorita de alta sociedad, por lo tanto le estaba resultando extraño que ahora pareciese perderlo si siempre le resultaba fácil manejarlo pero, ahora era diferente, quizá porque sus emociones estaban más involucradas y eran más intensas, eso sin dejar de lado que era su esposa quien la estaba alterando, aquella misma que solía amar con vehemencia.

—¿Acaso Rosé no puede visitar a una vieja amiga?— soltó Suzy, frotando su mano sobre la de la rubia, quien aún agarraba su brazo, rápidamente le dió una mirada.

—Por supuesto que puede, pero a una hora adecuada no le parece, de lo contrario resulta un tanto escandaloso y sospechoso.

—Desde luego, por lo tanto me veo en la necesidad de aclarar que Rosé me visitó a una hora considerablemente prudente, sin embargo entre charlas y recuerdos perdimos la noción del tiempo, hace mucho que no nos veíamos y teníamos que ponernos al día, estaba a punto de marcharse cuando se desmayó y por eso ahora estamos aquí Lady Jisoo— decir aquello, de alguna forma, resultaba satisfactorio para Suzy, pues daba a entender que Rosé había pasado toda la tarde con ella, prefiriendo su compañía en lugar de la de su esposa.

—Gracias por su aclaración Srta. Bae, sin embargo preferiría que fuera mi esposa la que contestara, pues me resulta bastante fastidioso su silencio— habló mirando a la rubia— y bastante inoportuno su intromisión— posó sus ojos en Suzy, mientras decía está última declaración.

Aquella actitud tomó por sorpresa a ambas mujeres, pues segundos atrás parecía que la morena en cualquier momento iba a soltarse a llorar sin embargo, ahora claramente podía notarse el enojo, Rosé se interesó por aquel cambio de humor, escuchar a esa mujer mostrando su terquedad y su enojo hizo que una pequeña sonrisa se formara en su rostro, pero no en el aspecto de burla sino más bien algo diferente es decir involuntariamente se vió fascinada por aquella actitud, dejó de sostener el brazo de la mujer que tenía a un lado y se incorporó adecuadamente para hablar con Jisoo. Del mismo modo que la rubia, Suzy se vió sorprendida ya que tenía la idea de que la pelinegra siendo una joven aristócrata, hija de personas cercanos a la realeza, tendría una actitud sumisa como comúnmente solían ser las señoritas de clase alta, sin embargo parecía que Kim Jisoo no era de ese tipo, al contrario, el coraje era un aspecto que la caracterizaba y extrañamente le resultó cautivador a la señorita Bae.

—¿No crees que estás siendo un poco grosera con la señora de la casa?— recriminó Rosé.

—De qué hablas, creo que estoy siendo bastante cortes, o ¿acaso mis palabras la han ofendido Srta. Bae?— respondió Jisoo mientras se dirigía hacía ellas a paso lento, con ambas manos en la espalda y una cara de póquer esperando la respuesta.

Una sonrisa ladina se formó en el rostro de Suzy, al escuchar la pregunta de la pelinegra, sin duda aquella mujer tenía algo, algo que inimaginablemente, quizá estaba despertando el interés de la castaña. Por supuesto que no, Lady Jisoo— contestó mientras se ponía de pie— Las dejaré para que hablen— le dió un beso en la mejilla a Rosé y sin más salió de la habitación, dejando al matrimonio envuelto en una situación tensa y extraña.








Espero les agrade y lamento si es muy corto, gracias por sus comentarios y por sus votos, me hace feliz leerlos!! Cuidense y nos vemos pronto!

Vuelve A Mi ~Chaesoo / Jenlisa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora