Vuelve A Mi ~Chaesoo / Jenlisa~

Capítulo 12

Hola, disculpen por tardar tanto en actualizar, es que me esta costando mucho escribir y seguir con la historia, lamento si vuelvo a tardar. 

—Y bien, qué es eso que tienes que decirme a solas— rompió el silencio Rosé, dirigiendo su mirada a la pelinegra que ahora yacía parada a una corta distancia de la cama.

Jisoo aún mantenía su postura, aún permanecía en ella la cara de póquer, aunque detrás de ello todo era un caos, detrás de aquel rostro sin emociones que pretendía mostrar se escondía el enojo y la tristeza, sentimientos que provocaban una horrible sensación en su ser, también estaban los celos, los cuales le estaban resultando muy difíciles de esconder, pues para nada le había gustado que Suzy besara a su esposa, y quizá Rosé pudo haberse dado cuenta de ello, pues por más que la pelinegra trató de mostrar su indiferencia, una mueca de disgusto se le había escapado cuando vió lo que la Srta. Bae hizo, se sintió muy furiosa por tal acción, pero no pudo hacer nada más que mirar.

Sin embargo a pesar de tener aquellos sentimientos negativos que oprimían el ser calmante de la pelinegra, dentro de su corazón estaba presente la preocupación la cual se aferraba a su pecho como una roca en medio de una marea, así que haciendo aún lado su orgullo preguntó—¿Cómo te sientes?

—Estoy segura que eso no es lo que quieres decirme— fue lo que contestó Rosé con una risa nasal—¿En serio sacaste a Suzy para preguntarme eso?— fueron las palabras de la rubia, las cuales para nada fueron del agrado de Jisoo y mucho menos lo fue el tono con el que habló, al contrario esto provocó que la pelinegra se molestara más, así que con el mismo tono se dirigió a Rosé —Como tu esposa tengo el deber de cuidar de ti, preguntar por tu salud es parte de ese deber, y contestando a tu pregunta, estoy en todo mi derecho a querer hablar a solas contigo, sea cual sea el motivo, así que si, saque a la Srta. Bae para preguntarte cómo estás, no quería escuchar la respuesta viniendo de ella mientras tú no decías nada, como te lo dije me resulta bastante molesto tu silencio— Era evidente que Jisoo estaba fracasando en su intento de mantener la fachada de indiferencia y esto resultó divertido para la rubia.

—De acuerdo, si quieres hablar, hablemos entonces— contestó Rosé mientras hacía una sonrisa ladina— No quiero que estés aquí, como ya te habrás dado cuenta tu presencia me molesta— soltó aquellas palabras con el fin de hacer daño a la pelinegra, sus ojos estaban puestos en aquellos orbes oscuros que de pronto cambiaron a una expresión triste y dolida.

Rápidamente Jisoo desvió la mirada, no quería llorar pero pronto lo haría si seguía viendo aquellos ojos claros que una vez le profesaban amor, aquellos que sonreían cada vez que se encontraban con los suyos, esos ojos que ahora reflejaban repudio y frialdad, eran esos mismos que ahora le provocaban dolor y hacía que su corazón se rompiera. La confesión de Rosé fue algo que de alguna forma ya esperaba, es decir la forma en que la rubia la trataba era evidencia de que no la quería, sin embargo escucharlo fue algo muy doloroso.

Jisoo se dió la vuelta para tratar de esconder su expresión de los ojos acusadores de su esposa, pronto comenzó a hiperventilar debido al pánico y ansiedad que se apoderaban de sus sentido, sin embargo una vez más trató de controlarse, no quería que Rosé la viera de esa forma, no quería hacerla pensar que era débil y que se rompía fácilmente, así que tomando una respiración profunda se giró para enfrentarse de nuevo a esos ojos claros.