"No quiero morir... ¡No quiero morir!".
Se dice que cuando un bebé llega a este mundo, es capaz de experimentar un conjunto limitado de emociones básicas. Para Nakajima Atsushi, el miedo y el dolor formaron parte de ese repertorio desde el principio. Además del maltrato y la negligencia de sus padres, había estado a punto de morir al menos dos veces en su infancia, tras las brutales golpizas propinadas por el director del orfanato donde pasó la mayor parte de su vida.
"Por favor, no quiero... Tengo miedo... ¡Me duele tanto!".
En esos horrendos momentos, paralizado de terror, sólo atinaba a ovillarse. Ni siquiera podía gritar, quizás porque sabía que nadie lo escucharía. Era sólo un niño, incapaz de pedir ayuda, incapaz de protegerse de las patadas que destrozaban sus costillas. Incapaz de luchar por su propia vida.
El terror pasado y el presente se aglutinaban en su mente, mientras cerraba los ojos ante una nueva contracción. El ser que gestaba se había dispuesto a nacer, y Atsushi podía sentir sus propios huesos intentar acomodarse para abrirle paso, violenta y dolorosamente. Sentado al borde de la cama, cerró los ojos y apretó los dientes, ahogando el llanto.
"Si muero... Si muero, mi hija no tendrá más que a su padre. Si muero... nunca podré abrazarla. Nunca podré volver a abrazar a Ryuu... No quiero morir. ¡No quiero!"
***
Hacía tan sólo días atrás, en la última ecografía, Yosano-sensei le había confirmado que no era seguro esperar un parto natural.
- La bebé está muy bien, Atsushi. Es una bebé saludable de un buen tamaño para su edad gestacional. – Yosano hizo una pausa, los ojos fijos en la pantalla del ecógrafo – Eso podría ser un problema. Tu útero parece estar soportando bien el desarrollo de tu hija, pero los huesos de tu pelvis no están hechos para un parto. Es la pelvis de un hombre, después de todo.
Una larga y detallada explicación les había ayudado a entender que la mejor solución era esperar unas semanas más, reevaluar el crecimiento gestacional y entonces programar una cesárea.
- ¡No teman! – sonrió Yosano. – Dazai-san ya se puso en contacto con especialistas en este país. Todo va a salir bien.
- Yosano-sensei... ¿qué pasaría si... si las cosas no salen bien?
La interpelación de Atsushi se quedó flotando en el aire, suspendida en un ominoso silencio.
- Francamente, no lo sé, Atsushi-kun. No quiero mentirte: no sé hasta qué punto mi habilidad funcionaría en ti mientras estés en labor de parto. O en la bebé.
Jinko sujetó la mano de Ryuu. Un relámpago de angustia destelló en sus ojos.
- A pesar de todo, tú y tu hija se han mantenido en perfecta salud hasta ahora. No veo por qué eso debería cambiar.
***
En cosa de minutos, el dolor se volvió intolerable. Con cada contracción, Atsushi sentía como si tenazas ardientes desgarraran sus entrañas y separaran a la fuerza los huesos de sus caderas.
"No estoy listo para esto... No... ¡No quiero morir!"
Un calor familiar en su mejilla lo trajo de nuevo al presente. La suave mano de Akutagawa.
- Atsushi, vamos. Debemos ir al hospital, ahora. Gin está aquí, y Yosano-san ya va camino hacia allá.
Abrió los ojos. Ryunosuke lo miraba dulcemente, de pie frente a él, intentando transmitirle tranquilidad. Atsushi asintió y trató de levantarse, pero una nueva contracción lo detuvo. Cuando finalmente pudo ponerse de pie, se dio cuenta de que sangraba.
- ¡Gin!
Al grito de Akutagawa, Gin corrió hacia el cuarto. Aún estaba al teléfono.
- Yosano-san, algo no está bien. Atsushi-san siente mucho dolor y está sangrando. ¿En cuánto tiempo crees que puedas estar en el hospital? Bien, estaremos allá en unos minutos. – Tras finalizar la llamada, se dirigió hacia su hermano mayor. – Estaban al otro lado de la ciudad con Higuchi-san y su... Un amigo. Pero ya están por llegar, debemos apresurarnos.
***
- Acabas de pasarte una luz roja, Leevi.
- Creí que queríamos llegar rápido al hospital, Ichiyo...
- También queremos llegar en una pieza, en lo posible. – gruñó Yosano, acomodándose el cabello en el asiento trasero – Demonios, de verdad quería seguir en ese karaoke bar. ¡La estábamos pasando tan bien!
- Apenas nazca la bebé, saldremos a celebrar los tres, ¿qué les parece?
- Sólo si tú invitas las copas esta vez.
- ¡Yosano-san!
- Estaré encantado, siempre que la hermosa Ichiyo también vaya.
- Higuchi-san, toma mi abanico. Debes tener calor, tu cara está roja.
Yosano Akiko era realmente buena para disimular su preocupación. Sólo quien la conociera por mucho tiempo podría adivinar que la sombra de sus ojos no se debía al cansancio del trasnoche.
***
- Jinko, amor... Yo sé que duele, pero debes confiar...
- ¡Ryuu, me duele demasiado! Esto no está bien... Tengo mucho miedo por Yua. – Lágrimas corrían por su rostro pálido y sudoroso.
Akutagawa hacía lo posible por controlar el terror que lo invadía de pies a cabeza.
- Mi precioso y dulce niño tigre, nuestra Yua es como tú, como su madre. Fuerte y valiente, incluso en el peor de los momentos. Va a estar bien. – Tomando una de las manos de Atsushi entre las suyas, lo miró fijamente a los ojos. – Recuérdalo, y resiste. Yua te necesita, y yo te necesito conmigo.
Jinko sonrió débilmente y acarició la mano de Ryuu.
- Te amo.
- Y yo te amo a ti. Te amo tanto que moriría mil veces sólo para que tú y Yua estuvieran a salvo.
- No... no llores, Ryuu. Voy a estar bien, te... te lo prometo.
- La doctora Yosano ya está preparándose para entrar a pabellón, señor. Debo llevarme al señor Nakajima ahora.
- Yo voy con él.
- Akutagawa-senpai, debemos dejar esto en manos de Yosano-san. – dirigiéndose al enfermero, Higuchi preguntó en perfecto finlandés – ¿Dónde está la sala de espera?
Akutagawa miró alejarse a Atsushi, sobre esa gran cama quirúrgica cuyas ruedas producían un ruido sordo al girar sobre el suelo de baldosas. Cuando desapareció tras las puertas batientes del pabellón, cerró los ojos y permaneció de pie, sintiendo que el mundo a su alrededor se deshacía en miles de pequeños fragmentos.
Se dejó conducir como un zombie a la sala de espera.
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Aquí mintochokimochi, anunciando feliz que lo he logrado. Pude terminar un nuevo capítulo a tiempo! xD Imagino que eso es el mejor indicador de que estoy completamente recuperada. :3 De hecho ya estoy trabajando en el siguiente capítulo!
En serio gracias por la bella recepción que este fanfic ha tenido. Me encanta leer sus comentarios, y sentir que tantos de ustedes se involucran de a poco en la historia. I LOVE ALL OF YOU!!! <3
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La nieve al sol [shin soukoku] - EN HIATUS
FanficTras su forzoso compañerismo en batalla, Atsushi y Akutagawa desarrollan una conexión que va mucho más allá de la simple colaboración en combate. ¿Podrá la dulzura de Atsushi sanar las profundas heridas del corazón de su compañero? Fanfic 18+ basado...