Capítulo 12

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Un túnel negro como la noche por donde corría sin fin, la mirada fija en un diminuto punto de luz que señalaba la única esperanza de salir de esa oscuridad infernal. Atsushi corría hasta quedar sin aliento, huyendo de algo más horroroso que la penumbra, las manos en el vientre, tratando de proteger lo que llevaba dentro. "¡NO LA ALEJARÁN DE MÍ! ¡NO LO PERMITIRÉ!", quería gritar, pero su voz se ahogaba en su entrecortada respiración.

Despertó gritando, aterrado, sobresaltando a Ryunosuke.

- Atsushi... - se sentó en la cama a su lado para tranquilizarlo. Su pareja temblaba como una hoja al viento, y lloraba como si aún estuviera soñando.

- Ryuu, mi bebé... quieren quitármela... y arrojarla a la basura... ¡Quieren dañarla! - sollozaba sin control.

Ryunosuke lo abrazó fuertemente y cubrió su cara de besos y caricias, hasta que su pareja comenzó a despertar definitivamente.

- Jinko, mi Jinko... Todo va a salir bien, yo estoy aquí, contigo, no me iré a ninguna parte. - despejó su flequillo, secó la húmeda frente de Atsushi con su mano y la besó tiernamente. - Tú sabes que yo jamás permitiría que nadie te dañara a ti o a nuestro bebé.

- Es una niña, Ryuu. - Atsushi ya había despertado bien. La tenue luz de la luna a través de la ventana iluminaba suavemente su rostro. Ya alejada la niebla de la pesadilla, sonreía con las manos en su vientre.

- ¿Cómo lo sabes?

- Sólo lo sé. Es una niña. La he visto en sueños... Bueno, no en esta pesadilla, pero sí en otros sueños que tuve antes, y ahora estoy seguro. Es una niña, una hermosa niña que tiene el color de mis ojos, pero se parece mucho a ti. Por eso es hermosa. - Mientras con su mano izquierda acariciaba suavemente el diminuto bulto bajo su ombligo, con la derecha buscó la mano de su pareja. Entrelazando sus dedos, lo miró a los ojos. - Es hermosa como tú.

- ¿Nunca lo entenderás, Atsushi? - sonreía Ryuu - Para mí no hay nadie más bello que tú en todo el universo.

Acercó su rostro hasta que sus frentes se tocaron. Atsushi cerró los ojos, pudoroso.

- Mírame.

Con la respiración agitada, Jinko correspondió la mirada. Se besaron dulce y largamente.

***

Yosano Akiko los había citado a primera hora de la mañana. Finalmente había conseguido el ecógrafo prometido.

- Atsushi-kun, antes de hacer esto quiero saber si estás seguro de tu decisión.

- Completamente seguro, Yosano-sensei. Entiendo que puede ser peligroso, y la verdad, no tengo idea de cómo ser... madre. Pero Ryunosuke estará conmigo durante todo el proceso, y yo... yo lo amo, Yosano-sensei. - Atsushi bajó la mirada, algo avergonzado pero incapaz de esconderle nada a esta especie de figura materna en la que Yosano se había convertido desde que la conoció.

Akiko sonrió complacida.

- Bien, entonces le pediré que pase. Tú mientras recuéstate en la camilla, por favor.

Pocos minutos después, el sonido de un pequeño corazón latiendo rápidamente se escuchó a través del parlante de la máquina de ultrasonido.

- Confirmado totalmente, chicos. Esto es un saco embrionario, y eso que oyen es el corazón del bebé.

Mudos de asombro y tomados de la mano, Atsushi y Akutagawa contemplaban la pequeña pantalla.

Manipulando hábilmente el ecógrafo, Yosano trazó líneas en la pantalla y realizó algunos cálculos en silencio.

- Este embrión - dijo al fin - tiene aproximadamente 6 semanas de vida. Todo se ve normal, dentro de lo anormal que es un embarazo en estas condiciones. ¿Persisten los mareos, Atsushi-kun?

- Casi nada, Yosano-sensei. Sólo que durante la mañana tengo algo de náuseas.

- Galletas saladas, Akutagawa. Dale un par de ésas antes del desayuno, eso debería ayudarlo con las náuseas.

- Sí, Yosano-sensei. - Sosteniendo aún la mano de Atsushi, Ryunosuke tenía un rictus tan serio como si estuviera recibiendo órdenes de Mori-san en persona.

- Es importante que te alimentes bien, y que descanses mucho, Atsushi-kun. Recuerda que este embarazo es de alto riesgo, por lo que, si queremos que salga todo bien, debes descansar lo más posible y evitar los esfuerzos abruptos. Ya he hablado con el director de la Agencia y ha aceptado que te ausentes el tiempo que sea necesario. Seguirá pagando tu salario, para asegurarse de que regreses en las mejores condiciones a trabajar cuando sea el momento.

- ¿Es... eso posible, Yosano-sensei? - Atsushi estaba asombrado de tantas facilidades.

- Muchacho, eres uno de los miembros más valiosos de la Agencia, y es tu derecho convertirte en madre si así lo deseas. El director Fukuzawa no se arriesgará a perderte.

- Es sólo que no... no quiero ser una molestia para nadie.

- ¡Jinko! Yosano-sensei fue muy clara: eres uno de los miembros más valiosos de la Agencia. Por favor no vuelvas a insinuar que eres una molestia.

Yosano Akiko los contemplaba, complacida de que entre dos personas de mundos tan distintos pudiera haber tanta comprensión y tanta confianza. Con sólo ver la forma en que se miraban a los ojos, era evidente que se amaban.

"Quizás - pensó para sus adentros - esta pareja y este bebé sean una señal de tiempos mejores y más pacíficos. Tiempos que nos hacen mucha falta."

***

- ¡DAZAI!!!!!! ¡Quiero una explicación clara de qué demonios está sucediendo con Akutagawa y Jinko, ahora mismo!

El estridente grito de Chuuya resonó en los amplios ventanales de los cuarteles de la Port Mafia.

- Cálmate, Chuuya, por favor. Ya acordé una cita con Mori-san, él nos recibirá y...

Chuuya interrumpió el calmado discurso de Dazai Osamu, agarrándolo bruscamente por las solapas del largo abrigo café.

- Mira, maldito desperdicio de vendajes, maniático suicida y condenado mentiroso. - con cada palabra agitaba vehementemente a su ex compañero de batalla y eterno amante.

- Hey, cariño, - susurró Dazai - baja la voz si no quieres que se den cuenta de lo nuestro.

Chuuya lo soltó exasperado y se sentó en otro de los sillones finamente tapizados del lobby de la oficina de Mori-san, el jefe máximo de la Port Mafia.

- ¿Había alguna manera de que yo supiera que Atsushi-kun podía quedar embarazado? ¡Era imposible! - sonrió burlonamente y agregó en un susurro muy cerca del rostro de Chuuya - Después de tantos años de follarte tan deliciosamente, nunca te ocurrió nada como eso.

Nakahara Chuuya se sonrojó violentamente.

- Cállate, idiota.

- ¿Te habría gustado ser la madre de mis hijos, Chuuya?

- Te juro que si no te callas en este momento...

- ¡Dazai Osamu! Adelante, por favor. - Mori los contemplaba desde el umbral de la puerta de su oficina. - Tú también, Chuuya. He recibido una llamada de Fukuzawa, y necesito que hablemos los tres ahora mismo.

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Aquí mintochokimochi, cumpliendo por fin con hacer una entrega los viernes. :3 Disfrútenla y dejen sus comentarios! Dejo esta canción de fondo, muy vibra de esta semana para mí. Les quiero! <3

La nieve al sol [shin soukoku] - EN HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora