Epílogo

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—Te ves realmente mal— admitió Bucky al ver a su padre entrar a su oficina en pijama, estaba envuelto en una manta y cargaba una caja de pañuelos. En toda su vida, pocas veces lo había visto enfermo y cuando lo estaba no salía de su habitación— Deberías estar descansando.

—No es nada, Bucky. El médico ya me revisó y es un simple resfriado— dijo mientras se sentaba frente al escritorio— ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con tu madre, tu esposa y Becky.

—No, dijeron que era una tarde "chicas"— mencionó fingiendo hacer dos comillas con sus manos— así que me quedé aquí a trabajar.

—Tendrás que acostumbrarte— James asintió con la cabeza como una verdad que aún no estaba listo para asumir— ¿A dónde fueron?

—A Sokovia y después al distrito forestal— se echó hacia atrás en su silla quedando en una posición más relajada— dijo mamá que un pastel te animaría.

—Nunca se equivoca— murmuró con una tonta sonrisa que Bucky analizó a fondo.

—¿Cómo van las cosas entre mamá y tú?

—¿Por qué lo preguntas?— preguntó con las mejillas sonrojadas sin notarlo, quería creer que era la fiebre— ¿Becky te lo dijo o lo escuchaste por los sirvientes?

—Me llamó ese mismo día y me lo contó todo— el rey suspiró— ¿De verdad quieres arreglar las cosas?

—Por supuesto que sí, James. Lo cierto es que tuve que perderlos, a ti, a tu madre a Becky, para darme cuenta de que necesitaba cambiar.

—¿Y cómo vas con eso? Con Becky está bastante bien.

—¿Con tu madre?— Bucky asintió— Es difícil porque aún no me perdona del todo y tiene razón en hacerlo, no tiene perdón nada de lo que hice, pero...

—¿Pero?— indagó Bucky bajando la cabeza y alzando una ceja.

—Pero ella es tan bondadosa.. Sé que no la he perdido del todo y que una parte de ella aún me ama— Bucky sonrió, esperanzado de que la familia que alguna vez imaginó, la que siempre quiso y que perdió cuando era muy pequeño, se reintegrara. Quería ver a sus padres felices— No pienso rendirme. Se qué nada puede volver a ser como antes...

—Pero podrás lograrlo.

—Se dice fácil, James; pero lo cierto es que no lo es. He sido un terrible esposo, un mal padre, ni siquiera he sido padre de Rebecca en toda su vida y en la tuya dejé de serlo desde hace tantos años— Bucky tragó despacio bajando la mirada— No he sido un buen ejemplo, Bucky, y ahora en esta etapa de tu vida quisiera aconsejarte o ayudarte, pero no tengo autoridad para decirlo.

—Lo sé, papá. Sé que cometiste muchos errores, muchos que tardarán en sanar, pero esta familia— dijo colocando su mano sobre el escritorio en forma de puño— esta familia te necesita. Becky quiere un padre, mi madre te extraña y yo también. Sólo... Trata de recuperar el tiempo perdido, por favor.

El rey se quedó en silencio pasmado ante la madurez y la firmeza de su hijo, era su reflejo, un reflejo que se perdió hace tanto, pero que podía ver, James era la mezcla de él y su amada Winnie, de la bondad y la devoción. La oficina se inundó de ese silencio repentino que alguna vez George pensó que era el mejor, pero que ahora le parecía que era bastante inquieto.

—¿Cómo vas?— preguntó haciendo que Bucky lo mirara— ¿Qué tal tus primeros días como esposo?

—Debo admitir que seguimos en la luna de miel, todo es romántico y perfecto... Pero cuando lleguen los problemas, sé que amo lo suficiente a Wanda como para resolverlos— admitió con un suspiro mientras miraba la foto de Wanda y él a la orilla del mar.

SER UNA BARNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora