Engranes de Guerra ch 19

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                            CAPÍTULO DIECINUEVE: LA ÚLTIMA BATALLA

Tanto los habitantes del Refugio, como los Gears que llegaron de improviso se aterraron por la también repentina aparición de los Locust que sin demora alguna empezaron a destruir todo lo que estuviera en frente alzando enormes bolas de fuego y humo convirtiendo lo que fue por muchos años un lugar pacífico en uno de los tantos campos de muerte que se han creado a lo largo de 14 años de guerra continua.

-¡ELIMÍNENLOS A TODOS, QUE NINGÚN PATEA SUELOS QUEDE CON VIDA!- todo eso siendo orquestado por Gork subido en uno de los tantos Reavers que revoloteaban y tiró unas Granadas de Fragmentación que cayeron en medio de un grupo de Ónix volándolos en mil pedazos.

-Infeliz... ¡DEBÍ SUPONERLO DESDE UN INICIO!- Liam pudo verlo a la perfección.

-¡VIENEN MÁS LOCUST!- avisó un soldado cuando las grandes puertas dobles del Refugio fueron derrumbadas a base de explosivos junto con su puente levadizo para que pasaran a batallón tras batallón de esos engendros trayendo consigo a sus bestias de ataque, incluyendo unas Berserkers.

-¡LARGUÉMONOS!- revelando que sigue siendo el mismo cobarde de siempre, Chandler fue el primero en emprender la retirada dirigiéndose a uno de los helicópteros.

Algunos Gears siguieron su ejemplo y trataron de correr por sus vidas, pero otros no se iban a rendir así de fácil y respondieron el fuego, o al menos, eso intentaban por desde el suelo no podrían abatir a los Reavers que causaban decenas de explosiones a su alrededor matando a varios de ellos.

-Simios sin pelo, mucha lástima darme- aprovechando la distracción causada por sus secuaces, Jermad se liberó usando una llave que tenía oculta para huir.

-¡TÚ NO TE VAS A NINGÚN LADO!- Lincoln no dejaría que escapara y tomó el Lancer de un soldado muerto para dispararle, pero a pesar de las heridas causadas por la tortura, él logró escapar.

-¡LINCOLN, DETENTE ¡Debemos cuidar a tus hermanas, al resto de mujeres y evitar que los Locust y Ónix les hagan daño!- para que su ira desmedida e irracional no lo volvieran a poner en peligro mortal, Clyde lo tomó de un brazo esperando que con estas recuperase algo de raciocinio.

Por fortuna logró ese cometido y todos comenzaron a correr por sus vidas en medio de disparos y explosiones que podrían erradicarlos en un abrir y cerrar de ojos.

-¡A LA FORTALEZA, TODOS ENTREN A LA FORTALEZA!- trató de guiar Lori yendo a la cabeza ayudando a Leni y sus hijos a correr viendo como una de sus más terribles pesadillas se hacía realidad.

Desafortunadamente, unos explosivos dieron contra el enorme domo de metal. No pudieron dañar de forma significativa la enorme estructura, pero si a la única entrada impidiéndoles resguardarse ahí.

-¡¿QUÉ HACEMOS?! ¡¿QUÉ HACEMOS?!- preguntaba desesperadamente CJ abrazándose a Carl.

-¡A LA CLÍNICA, VAYAN A LA CLÍNICA!- pensó Wendy con rapidez y cambiaron de rumbo.

-¡DESPEGA, MALDITA SEA, DESPEGA!- exigía desesperado Chandler al piloto del helicóptero que abordó para escapar junto con Stella y otros Ónix.

No pudieron tan siquiera prender motores porque la cabina fue destrozada por una ojiva creando un estallido tan fuerte que los mandó a volar por los aires y chocasen duramente contra el suelo.

-Maldición...- la morocha fue la primera en incorporarse sobándose la cabeza.

Vio primero como los helicópteros que sí lograron alzar vuelo fueron derribados a base de tiros y explosivos y luego se percató como los otros Gears que decidieron pelear no solamente trataban de lidiar contra los aparentemente infinitos batallones de Locust, sino que algunos trataron de abatir a las habitantes del Refugio, hasta a los niños chiquitos.

Engranes de Guerra (Gears of War)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora