CAPÍTULO SIETE: UNA MANO LAVA LA OTRA
Les volví a dar un latigazo a los Bloodmounts que impulsaban mi carroza siéndome imposible no descargar parte de la enorme ira que me estaba quemando por dentro al tener, de nuevo en mis narices, a él... a Gork, ese maldito hijo de la gran...
Desde hace mucho tiempo que no oigo su nombre ser pronunciado, pero a pesar de los años que han pasado desde la última vez que lo oí sigue despertando esa faceta de mí que solo sale cuando en verdad estoy perdiendo los estribos o cuando alguien hace algo que me enfurece de verdad y que me hace tirar por la borda mi temple y cualquier tipo de pensamiento prudente que me ha permitido conservar la compostura aún en situaciones que acabarían con la cordura de cualquier otra persona.
¡PERO MALDITA SEA! En serio tuve que hacer el esfuerzo titánico de no ir a atacarlo cuando lo oí hablar con los otros Locust o cuando lo tuve a tiro al tener el rifle de Zach para así hacerle un agujero a su dura cabeza que solo piensa en las formas más horribles posibles de matar a cuánto humano tenga la desgracia de cruzársele en el camino.
Cuando lo vuelva a tener ante mí, ajustaremos cuentas como es debido y lo mataré viéndolo directamente a los ojos para que a través de mí viva el sufrimiento que le ha causado a tantos inocentes aun si para eso tenga que usar solamente mis propias manos siendo seguramente mi objetivo final en esta vida y la mayor labor que el destino me ha tenido guardada, ¡Y no fallaré al momento de llevarla a cabo!
-¡LIAM, CUIDADO!- me gritó Clyde porque estuve tan cegado por la ira que no me di cuenta de que estaba dirigiéndome a un enorme agujero en el suelo que fácilmente podría tragarse a un tanque de guerra.
Por lo que jalando con todas mis fuerzas las riendas hice que los Bloodmounts se desviaran a la derecha tan bruscamente que mi carroza casi se volcó si no fuera porque Lincoln al estar a mi lado hizo que la suya chocase contra mi costado derecho enderezándola y que todos los ocupantes de ambas jaulas se golpeasen duramente entre sí.
-¡Gracias, Link!- bastó para quitarme algo de esa ira y pudiera dedicarle una sonrisa -¡Zach, Stella, ya vamos a pasar por ustedes! ¿Están listos?- los llamé al ver que estábamos cerca de la gasolinera en dónde los habíamos dejado.
-"¡Estamos más que listos! Y a buena hora, porque parece que esos pendejos vienen tras ustedes" oí un rugido de bestia no perteneciente a nuestros transportes, sino de parte de Lincoln.
-¡Entonces prepárense para saltar una vez que pasemos bajo su posición!- luego de que Clyde les dijera esto oímos el también inconfundible sonido de disparos acercándose a nosotros.
-¡ACELEREN, PUTAS, ACELEREN!- continuando golpeando sin piedad alguna a sus Bloodmounts, Lincoln se puso al frente de la caravana no importándole que si seguía así podría descarrilarse en cualquier momento.
Al pasar por la gasolinera y debido a que no podíamos mermar la velocidad, Stella salto desde el techo cayendo con admirable sincronización encima de su carroza. Pude notar como Zach dudaba en hacer lo mismo, por lo que tuve que bajar lo más posible la marcha para que se animara a hacerlo y así lo hizo luego de gritar como si fuese un niño chiquito.
Lo que causó que nos quedásemos un poco atrás del convoy.
-¡AHÍ VIENEN ESAS COSAS!- avisó Dipper antes de que una balas dieran contra los barrotes de las jaulas casi dándoles a las personas en su interior.
Me asomé ligeramente para ver hacia atrás notando como cinco de esos imbéciles montados en Bloodmounts se nos acercaban rápidamente no dispuestos a dejarnos huir tan fácilmente como si fueran perros de caza tras una desdichada liebre.
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Engranes de Guerra (Gears of War)
FanfictionEn un mundo agobiado por la guerra, las acciones que tomen cada uno de los soldados que luchan en ella marcarán la diferencia en el destino de la humanidad y solo la salvaran si operan eficientes como los engranajes de una máquina. El sargento Linco...